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MARIANA ENRIQUEZ FOTOS: NORA LEZANO

En su nuevo hogar de La Plata y al lado de
su jovencísima esposa, la leyenda del punk rock mundial
dice que se fue de la banda que aman los
pibes argentinos porque no soportaba más eso
de ponerse campera de cuero negra. Ahora quiere
tocar blues, nada de punk rock. Mientras tanto,
cuenta cómo conquistó a Bárbara,
los problemas que tuvo para “llevársela”
(pide perdón por eso, inclusive), habla de su amigo Iggy
y elogia a los Illya Kuryaki. ¿Qué tal?

En su nuevo status de ciudadano platense, la leyenda punk neoyorquina que se hizo y se hace llamar Dee Dee se acomoda debajo de un árbol en una quinta del apacible barrio de City Bell, muy cerca de su novia Bárbara y Mario Gimeno, bajista y baterista de su nueva banda respectivamente. El grupo que acaba de formar el ex Ramone se llama –obviamente– The Dee Dee Ramone Band, según él “porque quiero controlar todo y que ellos sepan para quién trabajan... aunque nadie se cree eso”. En unas pocas horas, Bárbara y el ex-Ramone viajan a Nueva York por una corta temporada así que no se ve mal esa fila de chorizos que cobran temperatura sobre la parrilla, en una suerte de “despedida” bien argentina. Cuando la pareja vuelva, la banda continuará con sus shows: Dee Dee está muy conforme con la perfomance de hace 15 días en el Chacal de La Plata, donde ejecutó rocks clásicos y temas de los Ramones cantados por la voz adolescente de su bella Bárbara. Y aunque el mito sostenía que Dee Dee podía ser un hueso duro de roer en una entrevista, el clima veraniego lo encontró en el colmo de la verborragia, con un inacabable anecdotario en donde Patti Smith, Iggy Pop y Tom Verlaine son, antes que mitos, “mis amigos”.


–¿Tenés decidido vivir en Argentina?


–No lo sé. Mi idea es ir y venir, de Argentina a Estados Unidos. Me gusta mucho City Bell, es un barrio hermoso. Y también me gusta Lomas de Zamora, hay una zona comercial que está muy buena y no tiene la locura de Buenos Aires. A lo mejor compro algo acá. Ya no tengo la protección social que tenía cuando estaba con Los Ramones. No soy tan duro, y es difícil no tener dónde ir. Lo que espero de Argentina es que mi mujer me cuide, (después de pedirle disculpas a su familia por robármela y eso) y que los fans me adopten. Pero no sé si esta es nuestra base permanente. Tampoco estoy listo para volver a América... y no puedo decidir por Bárbara. Siempre podemos ir y volver: vivo de mis regalías, y mientras puedo pagarlo, es una situación ideal.


–¿Cómo se conocieron?


Bárbara: Hace 4 años, cuando él vino acá a tocar con su banda. Fui al show un viernes con una amiga, y el sábado un tipo nos dijo cómo podíamos ir al hotel. Dee Dee estaba afuera enojado, le habían roto la guitarra o algo. Me gustó, era demasiado, no lo podía creer. Yo no hablaba inglés: un tipo le tradujo lo que yo le dije. Fuimos al hotel y me quedé con él.


DD: Yo no podía creer lo que pasaba. Me sentía tan deshonesto, creía que estaba mal

.
B: Es que le mentí, le dije que tenía 20, pero tenía 16 en ese momento. Tenía miedo de que no viniera conmigo...


DD: Es una cosa horrible, pido perdón por lo que hice. Pero no sabía. Después me contó, pasaron meses. Hablé con un abogado de inmigraciones porque quería llevármela y me dijo “pero estás loco, es contra la ley”. La amaba mucho de verdad, pero me daba vergüenza, no creía que estuviera bien que se quedara conmigo, yendo y viniendo todo el tiempo. No quería deshacerme de ella, en absoluto, pero sentía que era una irresponsabilidad, algo inmoral sacarla de su casa... Era tan joven. Tuvimos muchos problemas graves, burocráticos y sociales, todos estaban en contra de la relación, estaban shockeados.


B: La gente creía que él era mi papá.


DD: Todos. Me estaban volviendo loco, me lo tomé mal, era una vergüenza. Todos me decían “qué linda nena es tu hija”, y yo decía no, es mi novia, y la gente me gritaba “¿cuántos años tiene?” y yo decía “16...” Vivíamos en Holanda. Se lo conté a mi jefe en Nueva York, y me dijo que me quedara en Holanda... Que tendríamos problemas en América. Espero que ahora Bárbara sea mayor... (risas) Ella es mi esposa. Y este es un casamiento honesto. Queremos formar un hogar y vivir vidas decentes. Y es tan bueno que podamos trabajar juntos. Es probable que en un futuro termine trabajando para ella.


–Hubo un momento en el que no querías tocar más...


–Sí. Pero no puedo sentarme en un departamento haciendo nada todo el día. Esto tiene sentido para mí... quiero algo pequeño. Quiero ser como Johnny Hallyday, que trabaja 6 meses al año y no deja que nadie lo contrate en los otros 6. Pero no sé, yo tengo un estilo de vida tranqui, me pone contento cualquier cosa que pase. Tenemos grabado un álbum con Bárbara, y estamos buscando un contrato. Cuando escribimos canciones tenemos cierta influencia de Sick of it All y Cypress Hill. Creo que vamos a conseguir ese contrato. Yo tengo una buen estado mental, todas las cosas que vienen con el circo no me llegan. Ya pasé por eso. Sacar un disco y que no llegue a los charts y sentir la presión y pensar que mi vida es eso. Ahora creo que estoy bien, y que es bueno para la gente que vuelva a tocar, fuera de todo eso. Es que, ¿qué más tengo que demostrar? ¿qué puedo demostrar? Nada. Y estoy feliz con este trío, sobre todo porque en Mario encontré el baterista blusero que buscaba. Marky Ramone, por ejemplo, que supongo es mi amigo... No me gusta como toca, rompe la batería. Quiero una banda de garage, que es lo que el punk debería ser, amigos que tienen bandas. Con Marky no hay pasión, hay ruido. Los Ramones tenían productores que eran como referís. Por eso me fui de Nueva York. No me estoy quejando, pero es difícil mantenerte honesto en este negocio. De alguna forma la cosa es así: si yo formo una banda de este tipo, todos quieren que me deshaga de ella. Quieren que tenga una management que me haga trabajar todas las noches y sacarme plata. Y no me interesa. Se hace todo por plata, pero yo tengo mi dinero ... y esa es una situación sin salida. No quiero ser el proximo Iggy Pop.


–¿Por que decís eso?


–Iggy no puede encontrar una banda con la que esté cómodo. Hace una semana hablé con él por teléfono. En este último tiempo nos llevamos muy bien, y es la primera vez que puedo decir esto en 25 años. Amo su música, eso es otra cosa, pero... Bueno, me dijo que no iba a hacer más giras, pero yo también dije eso hace unos meses. Me dijo que estaba cansado.


–Pero ahora va a tocar en el Woodstock europeo y también sale un nuevo disco suyo.


–Pobre. Espero que sea bueno para él. Es decir, siempre es maravilloso que Iggy grabe. El público lo ama. Está loco de la mejor manera. Y es maravilloso, porque la pasó mal. Es un genio, y nadie le dio nada. Tuvo que salir de gira y alquilar un departamento barato en Brooklyn y empezar de vuelta por décima vez cuando grabó Instinct, y tomar el subte para ir a los ensayos. Estaba quebrado, y seguía adelante. Después se casó y trató de ser bueno y no drogarse, se fue de gira dos años y ahorró 90.000 dólares y con eso hizo un disco. Contrató a Steve Jones y una banda de sesionistas e hicieron ese discos... Y empezó la rutina. El es un animal de escenario, un tipo de giras. Tiene su manera de hacer las cosas, pero prefiero no hacer lo mismo. Es un profesional, pero no puede salir de ese círculo de las giras, no puede hacer otra cosa. Por eso tiene que complacer a los promotores, lograr que la compañía confíe en él. Y llega a puntos en los que se va del escenario y se va a la mierda, se encierra en su habitación y no habla con su banda. Iggy no tiene banda: siempre cambia, no los conoce. Mi mejor amigo era Andy McCoy de los Hanoi Rocks, que tocó con él. Andy siempre fue amoroso conmigo, pero la gente me contaba historias onda “nunca dejaría entrar a Andy a mi casa, vomita en el baño, toma pastillas” y eso. Yo no sé. Cuando lo vi tocar con Iggy me di cuenta que sus músicos lo destruyen. Y he llegado al punto en que ya no hablo más con Andy.


–¿Qué relación tenés hoy con el resto de los Ramones?


–Cuando los vi en Buenos Aires la última vez, me dieron lástima. En el mejor sentido. No eran una banda. No puedo enojarme con ellos, me siento una madre, me da como pensar “pobrecitos”. Pero eso es lo que pasa cuando estás en una banda por mucho tiempo y para lo único que hacés música es para tener una carrera, para mantenerte. Yo soy más del tipo callejero, no quiero ser así, no quiero estar en el “negocio”. Si tengo que volver a serasí, por lo menos quiero tener una banda mía, donde todos nos llevemos bien y donde pueda controlar las cosas, y no tener a Marky Ramone diciéndome qué me tengo que poner, vestirme de negro si no quiero. No quiero volver a tener “discusiones privadas”.


—Pero debió haber sido divertido...


—No sólo divertido, sino real. El punk rock debería ser real. No sé dónde está gente. Vi a Joey en diciembre, pero no me estoy llevando bien con él. No es serio, no es una amistad, es una cuestión de negocios. Complica las cosas más simples y todo es lucha de poder y no quiero jugar su juego. Muchos en Nueva York están de mi lado. No quiere tocar canciones de los Ramones, canta baladas, aunque dice que hay que ser fiel al rock. Y está bien que le guste otra música, pero es tan rígido. Es una estrella de rock paranoica, desesperada por mantener las cosas. Y no se puede así. Es algo del pasado, si querés seguir siendo así, estás loco.


–¿Y cómo es la relación con los fans argentinos?


–Es terrible. El primer show, en 1987, fue salvaje. Se te va de las manos. Me acuerdo del pobre Charly García. ¿La policía lo arresta todo el tiempo, no? Son malos con él, y la gente lo acosa. En otro nivel yo tampoco puedo controlar esas cosas, pero pasa todo el tiempo. Es curiosidad normal, los entiendo y por supuesto está todo bien con ellos. Es amable de su parte, pero no puedo ir a la playa ni a ningún lado, porque la gente me mira. La gente en Argentina es más amable que en otros países. Pero es difícil controlar... El ambiente, quienes te rodean. Quiero tocar, por ejemplo, y te tocan la puerta y tenés que hablar con ellos tres horas, y no podés tocar. A mí me cuesta concentrarme, necesito mis tiempos y no sé por qué pero nunca me los respetaron.


–¿Por ejemplo?


–Por ejemplo. En Nueva York, hace unos años, tuve que hacer un montón de copyrighting, grabando horas y horas de canciones. Todo el tiempo amigos entraban a la habitación, sin golpear, sin avisar. Una minita que me conoce desde hace 20 años, que es mi amiga, entraba y molestaba, caminaba sobre los papeles, y después de un tiempo dije “¡se van todos a la mierda, no aguanto más!”. Por eso me fui de Nueva York. Quiero controlar las cosas para que no me pase lo mismo acá. Siempre tuve problemas para tocar la guitarra. Cuando era chico mi mamá me tiraba las guitarras por la ventana. Después que dejé Los Ramones tenía una novia, que me molestaba “por qué tocas la guitarra, bla bla”... Todos quieren contratarme como bajista, y yo no quiero. Me compré una Fender una vez, y la enchufaba a todo volumen. Entonces, mi novia ponía la tele más fuerte. Finalmente se la tiré por la ventana: te estoy hablando de un departamento de la Quinta Avenida. Ella me dijo “no me impresionás en absoluto”. Yo le dije “ponete las pilas, porque quiero aprender a tocar blues, aspiro a algo onda Johhny Winter, necesito varias horas de práctica”. Me calenté y quemé la guitarra, y listo. Y me fui de la casa. Mi propia casa. Esa es mi lucha. En los Ramones los últimos tiempos nadie quería ensayar. Y si íbamos a un ensayo nada más charlábamos e hinchábamos las pelotas. O comprábamos pizza, y nadie trabajaba. Ni hablar de escribir una canción. No se podía trabajar con ellos... Yo les decía “me puedo ir, sería más feliz” y ellos “no, tenés que quedarte”, y el prodcutor me rezongaba. Terminaba yendo solo a McDonalds.


–¿Qué otros problemas había?


–Un ejemplo. Una vez hicimos una entrevista en MTV con Kurt Loder y Joey decía, “odio a Donna Summer, odio a KC and the Sunshine Band”, y yo me enojé, porque a mí me gustaban. Me gusta la música disco y realmente no me importa un carajo decirlo. Donna tenía grandes canciones... y Joey estaba hablando por mí y yo no podía soportarlo, me estaba avergonzando. ¿Por qué tan cerrados? También dijo :”odio esa mierda del rap”. Y yo amo a LL Cool J.


–Entonces, te gusta el hip hop...


–Ahora no tanto, pero cuando salió la música rap era increíble, música de la calle, tan cool, verdaderamente un escape. Yo no sabía de qué estaban hablando, cantaban acerca de las diferentes marcas de zapatillas. Me copé y me empecé a vestir como ellos. Era fan de Rum DMC. Y aparecí así en el video de “I Wanna Live”. Llegó a un punto en el productor trató de demandarme porque decía que no colaboraba. Yo no iba a las ensayos porque querían que me vista de negro con una campera de cuero.


–¿Qué bandas te gustan?


–Me gustó Different class, de Pulp. Creo que Jarvis Coker es un compositor increíble, esas canciones raras acerca de crecer y la crisis de los 30, y su romanticismo. Pero creo que el showbusiness lo va a volver loco, al punto de que pronto no va a tener nada para decir. Todos se vuelven locos, no puedo vivir en Inglaterra por la vida social rockera, no la soporto. Yo era amigo de Michael Hutchence: pero cuando se mató yo no lo veía desde hacía cuatro años. Y leí en un artículo acerca de la entrega de los MTV Awards Europa, que él estaba en el backstage en París y los hermanos Gallagher lo bardearon porque odiaban a su mujer Paula Yates... A mí tampoco me gusta Paula, no sé por qué estaba con ella, excepto que necesitara una madre... Pero que lo gastaran por eso en público es patético. Me gusta Oasis, pero no su actitud. Me gustaban Teenage Fanclub, pero se volvieron tan malos....


–¿Y Marilyn Manson?


–No me gusta eso. Pero tampoco me gusta Brian Setzer, y dijo que Manson era un gran tipo, entonces desconfío. No los escuché nunca, igual. No quiero ser su amigo. ¿Para qué lo necesito?, ya sufrí bastante de eso. Si yo fuera a los MTV no hablaría con nadie. No sé quiénes son mis amigos ni dónde están. Si fuera no quisiera que me molestaran. O haría como Ozzy que va a las fiestas 5 minutos. Pero estas bandas... Se toman todo muy en serio. Yo me siento deshonesto en ese ambiente, y ellos se dan cuenta.


–¿Y de las bandas argentinas qué? ¿Las conocés? ¿Te gustan?


–Me gusta Illya Kuryaki, están bien producidos, y tienen buenas canciones. Y me gusta su sentido del humor, son tan neoyorquinos, no lo podía creer. Sus videos son fantásticos, muy cool. Me gusta su sentido del humor, muy portorriqueño, y también su actitud.


—Pero para recibirte de argentino cabal debería gustarte el fútbol...


–Me encanta. Solía gustarme el Arsenal de Inglaterra. Y de acá me gusta como juega Caniggia: es un atleta. El fútbol británico es muy dramático, todo lo que hacen los jugadores sale en los diarios, son como estrellas de rock. Y me gusta Maradona, claro, me gusta verlo hacer jueguitos aunque ya no juegue más. Pero no me hice hincha de ningún equipo local, no tengo mucha idea de eso. A todos los que conozco les gusta el equipo de azul y amarillo. Bárbara me dio una camiseta de ellos, y la estuve usando. Así que a lo mejor... Pero no sé.

 

HIZO TODO

Corría el año 1963 en Pirmesnes, Alemania, cuando Douglas Colvin, a la corta edad de 12 años ya vislumbraba un oscuro futuro, pero también fue por entonces que escuchó por primera vez a Los Beatles, adoptó su look y decidió cambiarse de nombre. Si Paul Mc Cartney era Paul Ramone él podía ser Dee Dee Ramone.

Fue poco después cuando comenzó a sentirse atraído por las drogas, lo que pronto lo llevó a la delincuencia: pequeños delitos para conseguir lo necesario. Así es que tenemos un adolescente interesado en drogas y rock’n’roll, llamado Dee Dee Ramone. Sólo faltaba mudarse a New York, y así sucedió. PERFECTO.
Dee Dee: aspecto, personalidad, talento necesario y esencial puestos al servicio de uno de los mejores casos de rock callejero que hayan existido jamás. LOS RAMONES. Millones de personas alrededor del mundo les deben el pasar de una adolescencia preclara a la luz de una nueva-vieja forma de ejecutar temas cortos y furiosos, detalles que se convirtieron en la patada inicial para un cambio gigantesco en la historia del rock: la explosión punk. Claro, no sabían que estaban inventándolo, pero son ellos quienes exportan a Inglaterra la ebullición neoyorquina y así es que cuando tocan en el Roundhouse de Londres el 4 de julio de 1976 muchos de quienes forman el público saldrían de ahí decididos a comenzar sus bandas: THE CLASH, THE DAMNED, THE SEX PISTOLS. Es cierto, todos sabemos la importancia de LOS RAMONES como banda, pero fue sin lugar a dudas Dee Dee el cantautor drogadicto buscapleitos que mejor hizo de ramone. Entrenamiento y legitimidad nunca le faltaron, después de todo fue el creador del nombre y autor de gran parte de los temas. Dee Dee R. todavía conserva esa envidiable capacidad de entregar toda su experiencia cretina en formidables piezas de punk pop garajero, es una seguridad que muy pocos rockeros te pueden dar: en una calle de New York, Banfield o Amsterdam, en un estadio o sobre un pequeño escenario de La Plata, él siempre saldrá ileso con una nueva buena canción. Sus ex compañeros de banda lo saben bien, luego de que Dee Dee dejó a los RAMONES en 1990 en un gesto de sanidad –cuando ya se habían convertido en una familia con demasiados problemas–, continuó entregando temas a cambio de dólares para su subsistencia.


SUPERVIVENCIA es una palabra clave para Dee Dee quien, como Iggy Pop, es otro sobreviviente. Lo han visto, hecho y probado todo con la gente adecuada. En 1993, en menos de seis meses, murieron su dealer Jimmy Smit, Stiv Bators y luego Johnny Thunders. Todos en New York señalaban a Dee Dee como el próximo de la lista de perdedores difuntos. Y como si sólo fuera para defraudar a sus enemigos, decidió no morir por las drogas. Debía tomar control de la situación. Costó años, pero mientras tanto nunca se detuvo: Dee Dee King, Dee Dee ultra killer rockero con Chinese Dragons, solo o con The Remains, a cada paso, parecen dar prueba de sus dichos. “La agresión es lo que hace que una banda de rock’n’roll sea buena. No se puede disimular porque de inmediato se notaría que es una basura. La gente de clase alta no lo puede entender. El sistema capitalista no puede crear buenas bandas de rock y esperar que todos acepten que eso es rebelión. No funciona. Un sistema que protege un lado mientras todos nosotros esperamos me pone loco. No esperen mi cooperación.”
Seguro Dee Dee.


PATRICIA P.