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OPINION
¿Hacen falta cascos blancos?
Por Alberto Omar García *

Días atrás fueron publicadas en Página/12 sendas columnas de opinión de los Sres. Ariel Umpiérrez (presidente de la ONG �Médicos en CatástrofeSolidarydar�) y Octavio Frigerio (por entonces responsable de los �Cascos Blancos�, la organización gubernamental de acción humanitaria creada por el ex presidente Carlos Menem). En éstas se planteaba una polémica acerca de cuál debe ser la función de esa organización estatal. Un debate que parte del supuesto de la razonabilidad de su existencia.Nuestra agrupación, Médicos del Mundo Internacional, es una organización con casi dos décadas de experiencia junto a los sectores más vulnerables de los más diversos lugares del planeta y con más de cien misiones actualmente en actividad. Esta trayectoria le ha valido la aceptación como miembro observador del Consejo Económico y Social de las Naciones Unidas y la inminente firma de un Acuerdo Marco de Asociación con el �Alto Comisariado de las Naciones Unidas para los Refugiados y Apátridas�. Esta experiencia es la que nos inclina a realizar algunas reflexiones sobre cuál es el lugar de las ONG humanitarias de nuevo tipo y subrayar nuestra convicción de que su actividad no debe confundirse con la responsabilidad que pueden y deben ocupar los estados. Estas ONG de nuevo tipo nacieron a fines de los años sesenta, a partir de la iniciativa de un grupo de profesionales de la salud franceses que, luego de vivir la dramática experiencia de participar como voluntarios durante el sangriento conflicto de Biafra (donde en muchas ocasiones fueron únicos testigos de las más abominables violaciones a los derechos humanos en general y el derecho a la vida en particular), decidieron tomar su maletín de primeros auxilios, unos pocos efectos personales e ir al encuentro de los más vulnerables para brindarles atención sanitaria, ayudarlos en todas las medidas de sus posibilidades y dar luego testimonio ante el mundo de las situaciones que estas personas sufrían. Decidieron especialmente ejercer su acción sin fronteras ideológicas, de raza, religión, sexo u orientación sexual y con el único compromiso de defender los derechos fundamentales de toda criatura humana y, muy particularmente, el derecho a acceder a la salud. Los estados, en cambio, tienen frecuentemente razones que la razón no entiende, compromisos que los limitan y conducen a actuar de manera distinta frente a situaciones muy semejantes. Nosotros efectuamos una fuerte intervención en los Balcanes durante el conflicto bélico que se prolonga hoy en la posurgencia. Estuvimos presentes en Chechenia desde el comienzo del conflicto y permanecemos en este preciso momento. Estuvimos también junto a la población afgana durante los años de la invasión de ese país por el ejército soviético y trabajamos hoy en defensa de las mujeres afganas sometidas a condiciones inhumanas por el régimen totalitario de los talibanes. Para una organización humanitaria no gubernamental no hay razones de Estado que condicionen la presencia en uno u otro conflicto sino sólo el compromiso con el sufrimiento de las víctimas civiles.El debate animado por Umpiérrez y Frigerio nos genera una notable duda. Nuestro país, tan comprometido desde el punto de vista económico, financiero y fiscal, ha buscado durante las sucesivas gestiones gubernamentales transcurridas o en transcurso, transferir todo lo posible (y muchas veces más que lo posible) de la órbita del Estado a la de la iniciativa privada. ¿Por qué, entonces, este país nuestro debe asumir como �política de Estado� el mantenimiento de una estructura estatal humanitaria como los �Cascos Blancos�, cuyo equivalente no existe en los países más ricos del mundo? Es difícil entender por qué el Estado debe sostener toda la infraestructura administrativa que el funcionamiento de una organización estatal de este tipo requiere en lugar de canalizar sus intenciones humanitarias a través del apoyo a las ONG que han probadosobradamente su eficacia y eficiencia en la tarea humanitaria durante los últimos treinta años de este convulsionado siglo XX.* Presidente de Médicos del Mundo Argentina

 

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