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EL GOBIERNO BUSCA RECURSOS PARA AUMENTAR LAS JUBILACIONES
Para  que el abuelo sonría

En línea con el anticipo de Machinea a Página/12, el ministro de Trabajo, Alberto Flamarique, confirmó que el Gobierno estudia cómo subir las jubilaciones. Cortan las de privilegio. Y cambia el régimen de retiro para militares, la Cancillería y la Justicia. 


Por David Cufré
t.gif (862 bytes) El Gobierno sabe que los jubilados han sido los grandes olvidados de la administración menemista. Y que, después de haber comenzado su gestión con un antipático paquete impositivo, un aumento a los mayores redundaría en una vital ganancia de capital político. El ministro de Trabajo, Alberto Flamarique, fue el segundo miembro del gabinete en confirmar la intención del Poder Ejecutivo de buscar mecanismos para incrementar esos haberes. El primero fue José Luis Machinea, quien reveló en un reportaje publicado ayer por Página/12 que "si logramos la aprobación de la reforma a la seguridad social, seguramente habrá margen para aumentar a los jubilados". Ayer, Flamarique añadió que "el sistema de seguridad social está en el orden de los 30 mil millones de pesos y se recaudan 10 mil millones. Por ende, si aumenta la recaudación, evidentemente se pueden generar subas dentro del sistema previsional".

  La reforma previsional que el Gobierno enviará al Congreso en las próximas semanas, como la última de las leyes de la emergencia económica, incluye una batería de medidas para elevar la recaudación de la seguridad social. "El Gobierno está planteando hacer un combate muy profundo a la evasión en los aportes jubilatorios", expresó Flamarique. Uno de los instrumentos será "convertir el resumen de la Anses y de las AFJP en títulos ejecutivos, para poder demandar rápidamente el cobro de las deudas por muchos trabajadores a los que les hacen los descuentos salariales, pero que las empresas no aportan", señaló el jefe de la cartera laboral.

  En la actualidad, la DGI debe iniciar una causa judicial cuando detecta a una empresa que evade los aportes jubilatorios. Al asignarle el carácter de título ejecutivo al resumen que la Anses y las AFJP envían a los afiliados, la DGI podrá exigir el pago evadido sin más trámite.    

  Otra fuente para obtener recursos con que financiar un aumento a los jubilados es modificar los regímenes de retiro de la Justicia, las Fuerzas Armadas y la Cancillería. Machinea le dijo a este diario que "los queremos cambiar" y que se está definiendo el mecanismo.

  El ministro de Defensa, Ricardo López Murphy, está elaborando el proyecto para el caso de las Fuerzas Armadas. Sus integrantes se retiran mayoritariamente antes de los 65 años, en edades que oscilan de acuerdo a los años de servicio y las áreas en que los hayan prestado, pero son numerosos los casos en que lo hacen entre los 50 y los 55 años. La propuesta oficial mantendría ese esquema, pero plantearía una disminución a sus haberes y, especialmente, una reducción a los beneficios especiales con que hoy cuentan los militares y sus familias. Por caso, las hijas solteras tienen derecho a una pensión vitalicia cuando muere su padre militar. En compensación por esas quitas, el Gobierno dispondría un plan especial de capacitación a miembros de las Fuerzas Armadas para facilitar su reinserción laboral en el sector privado.

  En el caso de la Justicia y la Cancillería, las edades de retiro son de 60 años las mujeres y 65 los hombres. La ventaja radica en que perciben un haber jubilatorio equivalente al 85 por ciento del salario de una persona en actividad de su mismo escalafón. "Es una inequidad insólita", describió a este diario un alto funcionario de Economía, y señaló que "el promedio de la jubilación para el resto de la gente es del 60 por ciento del sueldo de una persona activa". Por lo tanto, la modificación sería equiparar a los jubilados de la Justicia y la Cancillería con el resto.

  Además de dotar a la DGI de mayores poderes para combatir la evasión previsional y de modificar los regímenes de retiro de la Justicia, las Fuerzas Armadas y la Cancillería, el Gobierno le apuntará a las jubilaciones de privilegio. Machinea destacó que "en la Argentina no habrá nuevas jubilaciones" de este tipo, porque "por primera vez conseguimos que se les impusiera un impuesto especial a los haberes superiores a los 3 mil pesos". "Yo quisiera eliminar las jubilaciones más altas, pero lo cierto es que existe una cuestión de derechos adquiridos", indicó. Sin embargo, en la reforma previsional próxima a ser girada al Congreso figurará un artículo que, indirectamente, volteará las jubilaciones de privilegio vigentes. Y aportará fondos para distribuir entre los demás jubilados.

  Como reveló ayer Cash, la ley fijará un tope a los haberes que podrán cobrar aquellos que se reincorporen al mercado laboral. Todo aquel que en su nuevo empleo gane más de 1200 pesos, dejará de percibir la jubilación. Y si gana menos de 1200, la jubilación será por la diferencia hasta ese monto. De este modo, los jubilados de privilegio --que mayoritariamente siguen trabajando, y en muchos casos en la administración pública-- no podrán seguir gozando de sus suculentos haberes como retirados. Para el resto de los jubilados la medida tendría menos impacto, porque, en los hechos, aquellos que vuelven a trabajar lo hacen para aumentar sus magros ingresos jubilatorios. Y, además, se sabe que en general cobran en negro.


FLAMARIQUE NO QUIERE SUBIR LA EDAD JUBILATORIA
Ministros pelean por mujeres

"Se ha propuesto aumentar la edad jubilatoria de las mujeres, pero no estoy de acuerdo. Se está discutiendo y todavía no hay nada cerrado". El ministro de Trabajo, Alberto Flamarique, salió a confrontar con su par de Economía, José Luis Machinea, en un ítem particularmente sensible de la reforma previsional. "Antes que eso hay otras cuestiones que equiparar, como el hecho de que el hombre cobre más jubilación que la mujer por la misma tarea", añadió Flamarique. Es la primera voz dentro del gobierno que se alza contra la propuesta del ministro de Economía.

  El cruce reedita otros similares que mantuvieron durante la gestión menemista los jefes de Hacienda, Roque Fernández, y de la cartera laboral, Erman González. Esta vez, el conflicto surgió por la intención de Machinea de incorporar en la nueva ley previsional el incremento de 60 a 65 años de la edad jubilatoria de las mujeres. El principal argumento de Economía es que resulta fundamental para "asegurar la solvencia del sistema previsional a largo plazo".

  De acuerdo con el cronograma preparado en esa cartera, la edad jubilatoria se elevaría progresivamente a partir del 2003. Desde ese año, las mujeres podrían retirarse a los 61. Finalmente, en el 2011, se llegaría a los 65 años. El cálculo es que en el 2003 la recaudación del sistema previsional aumentaría en 100 millones de pesos. Y desde el 2011, crecería en 700 millones al año. Pablo Gerchunoff, jefe de asesores de Machinea, le dijo a este diario que "no ignoramos que hay un debate en torno de esta idea, pero una razón para llevarla a cabo es que la renta vitalicia que cobran hoy las mujeres cuando se jubilan es menor que la de los hombres". "Esto cambiaría al equiparar las edades de retiro, porque la mujer acumularía fondos en la AFJP durante más años", afirmó.

  Desde el Congreso también existen resistencias a esta iniciativa. Sin embargo, los legisladores de la Alianza están dispuestos a votar en favor de la misma. Pero, aclaran, lo harían siempre y cuando se incluya en el proyecto una cláusula gatillo por la cual el cronograma de incremento de la edad comience a correr sólo cuando la tasa de desempleo sea inferior al 10 por ciento. "En las condiciones actuales del mercado laboral es absolutamente inoportuno aumentar la edad jubilatoria de las mujeres", le dijo a este diario el diputado aliancista Eduardo Santín. "Sin embargo, cuando la desocupación baje a menos del 10 por ciento se podrá avanzar con esta medida", concluyó.

 

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