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Para Sanguinetti el Cóndor no voló sobre Uruguay

 

El presidente uruguayo contestó la carta enviada por Günther Grass y 20.000 intelectuales alemanes pidiendo por el nieto/a de Juan Gelman. Dice que su país no participó del Plan Cóndor.

 

 

Julio María Sanguinetti respondió a los alemanes y a Grass


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El presidente de Uruguay, Julio María Sanguinetti, contestó la carta encabezada por el Premio Nobel de Literatura Günther Grass, quien junto a más de 20.000 personas de la vida literaria y cultural de Alemania, Austria y Suiza, se habían sumado --hace casi diez días-- a la cadena mundial de solidaridades por la búsqueda del nieto o nieta desaparecido del poeta Juan Gelman. Es la primera vez que Sanguinetti contesta a una de las tantas cartas de adhesiones internacionales y usó casi los mismos argumentos con que replicó a Gelman. En primer lugar, hizo todo lo posible por desmentir que Uruguay haya sido uno de los socios del Plan Cóndor. También insistió con la necesidad de un "milagro" para esclarecer el paradero del bebé apropiado y se disculpó refiriéndose a sí mismo en tercera persona: "No está en sus manos, ni en las de nadie, la capacidad milagrosa de dar una inmediata respuesta a la demanda del escritor".

  El texto enviado a Günther Grass y a "otros varios intelectuales alemanes" enfatiza que "los hechos conocidos sobre este tema son que el hijo y la nuera de Gelman fueron detenidos en Argentina por argentinos y el infortunado destino de su hijo pudo comprobarse: fue asesinado en Argentina". Y agrega que María Claudia García Irureta de Gelman --nuera del poeta que fuera trasladada embarazada de ocho meses a Uruguay, en uno de los tantos operativo del Plan Cóndor-- "estuvo recluida en un lugar clandestino de detención de Buenos Aires, junto a muchas otras víctimas de esos años, entre ellas un grupo de uruguayos que habían sido detenidos en el vecino país".   

  Sanguinetti acentúa la responsabilidad argentina al mismo tiempo que, subrepticiamente, desligó a Uruguay de estar implicado en las rutinas que coordinaban el accionar de las dictaduras latinoamericanas. Y se volvió a valer de esta presunción para excusarse, tal como lo hiciera con Gelman. En noviembre señaló: "El caso de su nuera sería, entonces, una completa excepción". Y, ahora, repite: "El caso sería enteramente excepcional, en tanto los trasladados a Montevideo eran todos uruguayos y doblemente excepcional, en cuanto no se ha denunciado en Uruguay la sustracción de ningún niño nacido en cautiverio, práctica que en cambio fue usual en Argentina".

  Sanguinetti estuvo recurrente a la hora de redactar la justificación de su inoperancia y aseguró que "no puede promover más esfuerzos que los que ya se han hecho y se siguen haciendo por tratar de arrojar luz sobre este caso". En la primera respuesta a Gelman, el presidente endilgó al poeta que "en plena campaña electoral, usted alimentó hasta el cansancio un esfuerzo para presentarme como indiferente o insensible a reclamos humanitarios". Ahora también arremete contra Grass por difamar su imagen: "Y debiera también Ud. tener en cuenta que este pedido confunde, porque un lector distraído o desinformado puede pensar que Sanguinetti, un demócrata que se opuso tenazmente a la dictadura, tiene alguna responsabilidad en el caso o es insensible frente a tamaña atrocidad. De este modo gente respetable, con las mejores intenciones, termina convirtiéndose en instrumento de una campaña política y periodística de desprestigio dentro de Uruguay que en su momento tuvo inmediatas finalidades electorales y que hoy continúa, con metas a largo plazo".

  Es la segunda carta del presidente uruguayo. Hasta ayer, Sanguinetti sólo se había pronunciado públicamente para responder la carta abierta de Gelman, la cual, a su vez, originó otra respuesta del poeta para impugnar la débil y huidiza declaración oficial. Mientras tanto, las cartas de apoyo no dejan de asediar al mandatario uruguayo (ver recuadro) a pesar de que Sanguinetti insista con que "no se ha denunciado en Uruguay la sustracción de ningún niño nacido en cautiverio, práctica que en cambio fue usual en Argentina".

 

Poetas de Norteamérica

"Como comandante supremo de las Fuerzas Armadas uruguayas, la Constitución lo faculta para informarse de lo que los militares de su país han ocultado celosamente durante más de 23 años", dice una nueva carta remitida a Julio María Sanguinetti. Esta vez se trata de treinta escritores, profesores universitarios y poetas estadounidenses que se agrega a los miles de pedidos que recaen, desde octubre de 1999, sobre el presidente uruguayo. Los norteamericanos, después de relatar la desaparición del hijo, la nuera y el nieto o nieta del poeta, sintetizaron que "repetidas peticiones de Juan Gelman, de la comunidad internacional de escritores y de otros interesados fueron recibidas con expresiones de interés pero no con los resultados esperados".

 

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