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RIVER SE QUEDO SIN ENTRENADOR A POCAS HORAS DEL DEBUT
A Ramón le dieron el toque


Renunció, pero ésa fue la salida elegante encontrada por los dirigentes que en la madrugada anterior ya habían decidido cesarlo. Mañana dirige Delem y Gallego será el sucesor.


Por Adrián De Benedictis
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"Como mis ideas y convicciones no coinciden con la nueva estrategia de la institución, siento la necesidad de presentar la irrevocable renuncia a mi cargo. Estoy convencido de que esta gran institución seguirá consiguiendo éxitos deportivos. Como hincha de River, ése es mi mayor deseo." Con esas palabras leídas de un comunicado redactado minutos antes, el técnico Ramón Angel Díaz le puso punto final a una historia llena de polémicas y desencuentros entre él y la dirigencia de la entidad de Núñez. En consecuencia, el riojano dejó ayer de ser el conductor del plantel, y a sólo dos días del inicio del torneo Clausura, el campeón del fútbol argentino comenzó a buscar entrenador. Aunque varios nombres aparecieron entre los candidatos a sucederlo, la vuelta de Américo Rubén Gallego es casi un hecho.

  La ida de Díaz se hizo oficial a las 14.35, pero la historia se escribió en la madrugada. Cerca de la medianoche, el Consejo de Fútbol integrado por David Pintado, Alfredo Dávicce y Mario Israel se reunió en la confitería Camerún, en la avenida Udaondo, a metros del estadio y a las tres de la mañana acordaron comunicarle a Díaz que cesaba en el cargo. En la reunión de la mañana decidieron la "salida elegante" disfrazada de renuncia del técnico.

  Es el desenlace de una semana de alta tensión para River. Antes del clásico con Boca, Dávicce había dicho que el club "no realizará ninguna incorporación" y Díaz respondió en los vestuarios del estadio marplatense con munición gruesa y aclaró que en esas condiciones no podían pelear dos torneos (local y Copa Libertadores) al mismo tiempo. Luego de perder con la reserva de Boca --en el vestuario discutieron en términos muy fuertes Díaz y Pintado--, el entrenador criticó a los jugadores que "no tienen roce internacional, y algunos no pueden vestir la camiseta de River". Era una declaración de guerra que terminó por convencer a los directivos para prescindir del riojano.  

La jornada que se vivió ayer en River no tuvo nada que envidiarle a una comedia de televisión. El entrenamiento del equipo comenzó a las 9.30, y media hora más tarde ya se encontraban en las oficinas del primer piso los representantes de Díaz (Antonio Caliendo y Juan Luis Berros), para negociar la desvinculación con los máximos directivos. En principio, no pusieron trabas a la salida de Ramón, pero a partir de ese momento el tema central pasaba por las condiciones económicas en las que se iría el ex goleador: River le abonará 200 mil dólares correspondientes a enero y febrero del 2000, y además saldará una deuda de cerca de dos millones. Sus colaboradores Angel Labruna, Oscar Dean y Rafael Giulietti esperan cobrar 700 mil, 350 mil y 180 mil, respectivamente. Díaz había acordado su nuevo contrato en diciembre pasado, recién después de ser campeón del Apertura, pero la firma nunca se concretó. Al no haber contrato no hay rescisión, por lo tanto tampoco indemnización, sólo reconocimiento económico del tiempo trabajado.

  Ninguno de los jugadores estaba al tanto de lo que sucedía, dijeron, cuando concluyó la práctica matutina. "Me enteré de los rumores en el vestuario. Esto me llama mucho la atención porque estamos en el inicio del campeonato. Ramón no nos dijo nada y entrenamos normal, como siempre", explicó Sebastián Rambert. Al igual que Rambert, el resto de los futbolistas tampoco tenía información de lo que podía ocurrir.

  Cuando se habían retirado todos los jugadores, Ramón Díaz se quedó varios minutos en el vestuario con su ayudante Labruna. A las 12.23 abrió la puerta y al ver la avalancha de periodistas se refugió en los vestidores. Luego de unos minutos, salió y dijo: "Para que todo sea más ordenado, hablaré en la sala de conferencia. Que quede claro que lo hago por ustedes". La maraña de periodistas se dirigió hacia el lugar y, ante el descuido de muchos, Díaz salió del vestuario y subió al primer piso para sumarse a la reunión que tenían los directivos con Caliendo y Berros. En el trayecto, un fotógrafo tuvo un choque con Labruna (también subieron el preparador físico Dean y el coordinador Luis Wilson), quien intentó taparle la cámara con su mano.

  Según le comentó a Página/12 una fuente del club, "estuvieron todos juntos sólo un momento. Luego se separaron en dos oficinas distintas, por un lado Ramón y su gente, y por el otro los dirigentes. Caliendo iba y venía con papeles para ver si ambos grupos estaban de acuerdo en los términos". En medio del desconcierto, el jefe de prensa de River, Norberto González, apareció para decir que habría dos conferencias de prensa: una de Ramón Díaz y otra de los dirigentes. Finalmente, luego de más de dos horas de espera, Ramón Díaz, David Pintado y Alfredo Dávicce, se presentaron en conjunto para ofrecer explicaciones al periodismo. Allí, y antes de que comenzaran las palabras del riojano, Dávicce mostraba su mejor sonrisa. La misma que se le había visto al dirigente Ricardo Grosso en los pasillos del estadio.

  "A la tristeza que significa el hecho de dejar de ser el técnico de River, me queda como consuelo el poder tener más tiempo para dedicarle a mi familia", indicó luego Ramón. Díaz asumió como entrenador de River el 12 de julio 1995 y obtuvo cuatro títulos locales, una Copa Libertadores y una Supercopa. Por su parte, Pintado destacó: "Ramón es un hombre identificado con la institución, que consiguió muchos éxitos. Por eso, ésta es su casa, sigue siendo su casa y las puertas del club están abiertas para él. Le deseo lo mejor junto a su familia. En nombre de River y del presidente del club, gracias Ramón". En tanto, Dávicce dijo no saber "por qué se llegó a esto. Tal vez no le satisfizo el cierre del libro de pases. El decidió irse. Esto es complejo, viene desde hace tiempo".

  Luego de las palabras, Díaz intentó abrazar a Dávicce, pero éste apenas le extendió la mano sin ponerse de pie. Apenas Pintado se levantó para saludar al entrenador. Era el final.

 

El equipo de Gallego

Por A.D.B.
Con la misma rapidez con que se alejó Ramón Díaz, ya estaría muy cerca de arribar Américo Gallego. Inclusive, se supo que un alto dirigente se comunicó con el rosarino ayer por la mañana para asegurarle el puesto.

Junto a Gallego llegarían Héctor Pitarch (ayudante), Alejandro Marcone (preparador físico), Luis Seveso (médico) y Rubén Bombicino (kinesiólogo). Además de Gallego, en segundo orden aparecen Enzo Francescoli, Alfio Basile y Juan José López. Mientras, en el partido de mañana frente a Instituto en Córdoba, River será dirigido por el brasileño Delem, quien se desempeña como coordinador general de las divisiones inferiores. 

  Pero no sólo Gallego suena para el futuro. En medio de todo este revuelo, un directivo llamó a Brasil para ver si podía lograr el regreso de Leonardo Astrada, vendido el mes pasado al Gremio de Porto Alegre. Si bien esta negociación no se llevaría a cabo, el que sí cuenta con muchas chances de sumarse al plantel es el defensor Hernán Díaz. "Ahora estoy muy ilusionado con volver. Esperaré a ver qué pasa en los próximos días", señaló el jugador.


El plantel no celebra

Por A.D.B.
Mientras las versiones sobre la salida de Ramón Díaz eran cada vez más grandes, los jugadores de River se retiraban del entrenamiento rodeados por la incertidumbre. "Me sorprendería si a dos fechas de empezar el campeonato Ramón se va de River", explicó el volante Eduardo Coudet. Y agregó: "Estos son sólo comentarios, nada más, no hay nada concreto. Nosotros no podemos hablar sobre algo que se rumorea. La verdad, no sabemos lo que pasa, lo único que vemos es que hay muchos periodistas". Más tarde, el plantel se enteraría por los medios de que Díaz no conducirá al equipo mañana, por la primera fecha del torneo Clausura. En principio, el riojano se despediría de los jugadores hoy por la mañana, antes de la práctica.

  Otro de los que se mostró sorprendido fue el ex jugador de Argentinos Leonel Gancedo, quien dijo "no saber nada de todo esto". En relación con el inminente inicio del campeonato, Gancedo puntualizó que "estas cosas no ayudan, espero que se aclare rápido para la tranquilidad de todos". En cuanto al trato de Ramón en el día de ayer, Gancedo aclaró que lo vio "normal". Y sobre la derrota con Boca el miércoles pasado, Gancedo expresó que "no se habló nada del partido. Además, quiero aclarar que no leí nada acerca de unas declaraciones de Ramón. No hay que adelantarse a hechos que todavía no sucedieron".

 

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