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Viale y Avilés se enriquecían, ATC perdía dinero al por mayor

Viale ganaba 36 mil por mes (arriba)

Avilés cobraba cien mil por mes (derecha)


Por Carlos Polimeni
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El interventor de ATC, Juan Carlos Abarca, les puso nombres y apellidos a los favorecidos por algunos de los graves hechos de corrupción interna en el manejo del canal: Mauro Viale y Lucho Avilés. Esos nombres están sugeridos, pero no mencionados, en un informe que las autoridades del canal elevaron a la Oficina Anticorrupción del Gobierno, luego de un trabajo interno realizado por un equipo de la Sindicatura General de la Nación (Sigen). El canal, aseguró, perdió solo en 1999 unos tres millones y medio de dólares por los acuerdos leoninos que ambos empresarios periodísticos habían firmado con la anterior conducción. Los casos de Viale y Avilés son emblemáticos, porque explican una lógica de funcionamiento por la cual el canal perdía plata mientras los conductores-empresarios con que negociaba se enriquecían.

  Viale, citó Abarca, ganaba 36 mil dólares de sueldo por mes, pero además obtenía el setenta por ciento del dinero que ingresaba como publicidad en sus programas, quedando para el canal apenas el 30 por ciento. En consecuencia, el canal "perdió el año pasado sólo con Mauro Viale dos millones de dólares". En cuanto a Avilés, había firmado un acuerdo por el cual "los cien mil dólares mensuales que se obtenían en publicidad iban directamente a él y lo que excedía hasta 130 era compartido", cincuenta y cincuenta. "O sea que si facturábamos 140 mil dólares, para que tenga usted una idea --precisó ayer Abarca en una entrevista con Alfredo Leuco y Carlos Ulanovsky para su programa de Radio Del Plata--, él se quedaba con 120 mil y nosotros con 20 mil." Por ese acuerdo "perdimos un millón y medio de dólares en nueve meses."

  Cuando se le puntualizó que ni siquiera "las grandes estrellas de la televisión argentina" ganaron el año pasado, en canales privados de mucho mayor rating que ATC, esas cantidades de dinero, el funcionario contestó que estos ejemplos sirven para entender cómo fue manejado el canal durante los años del menemismo. Al respecto, aclaró que ATC le pagó a la Sigen para que realizara un estudio de las irregularidades internas, y que con esa base se elevó esta semana una denuncia a la Oficina Anticorrupción. "La idea fue saber exactamente qué es lo que recibimos, porque es terrorífico", explicó.

  Abarca consideró que una serie de gravísimas irregularidades administrativas que han empezado a salir a la luz prueban que en el canal hubo un sistema planificado de desfalco del que no pueden haber estado al margen los sucesivos interventores, como Germán Kammerath, Gerardo Sofovich u Horacio Frega. "Yo diría que los delitos (de los que serían responsables los interventores) no son excarcelables. Yo los quiero ver presos", cargó el economista. Abarca confirmó que durante el fin de semana pasado desapareció del canal una computadora cargada con la información de las irregularidades detectadas por la Sigen, pero agregó que lo importante fue que esa información no se perdió, porque había sido guardada en diskettes. Sin embargo, aseveró que una maniobra así sólo pudo ser ejecutada con complicidad interna. "Estamos cambiando todo el sistema de seguridad", confió. "A la empresa de seguridad que heredamos no le teníamos confianza, porque era la misma que dejaba que los ñoquis vinieran, ficharan y se fueran."

  En el canal, que tiene una deuda de 75 millones, en un 70 por ciento generada durante la gestión de Sofovich --que llegó allí como amigo del presidente Carlos Menem--, la lista de irregularidades descubiertas en una investigación preliminar es más que larga. Entre otras cosas, se detectaron "pagos de gratificaciones sin causas", "contratos de asesoramientos sin posibilidad de verificar los servicios prestados", "participación de autoridades del canal en el patrocinio de acciones judiciales contra el canal y cobro de honorarios al canal mientras ejercían el cargo", "reintegros por gastos de telefonía móvil a familiares de los miembros del directorio", "retención a empleados de cuotas de créditos que luego no eran depositadas en los bancos", "contratación de derechos de exhibición de largometrajes al mismo valor que se había abonado para su estreno", etc. "¡Esto fue afano!", exclamó hablando del tema con Abarca el hoy ubicuo, antes hipermenemista, Jorge Jacobson. "Exactamente, es así la cosa", contestó el interventor, que dijo que el desfalco fue más grande de lo que auguraban los peores presagios. "Es mucho el dolo, el robo, la mala administración", remarcó. Intentando agregar una dosis esperanzadora, agregó: "Yo espero seguir haciendo denuncias y que nadie quede impune".

 

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