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HAIDER RENUNCIO A LA JEFATURA NEONAZI AUSTRIACA
Un gran paso al costado

Joerg Haider dimitió ayer en Viena como titular de su partido  de ultraderecha. Seguirá siendo gobernador de la provincia de  Carintia e integrará una "comisión de vigilancia" partidaria. 


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El neonazi Joerg Haider renunció ayer a la conducción de su Partido de la Libertad (FPOE), que junto con los conservadores forma la coalición que gobierna Austria. Haider permanecerá como gobernador de la provincia de Carintia e integraría un "consejo de vigilancia" del partido. Como sucesor designó a la ultra-leal vicecanciller Susanne Riess-Passer (ver nota aparte). Su renuncia fue interpretada como un intento por aminorar los ataques y sanciones del exterior que desde el pasado 4 de febrero cayeron sobre el gobierno conservador-neonazi. El diario conservador Die Presse, por su parte, señaló que Haider buscaría distanciarse oportunamente de un gobierno a punto de implementar un duro plan de ajuste. Al abrigo de su reducto alpino de Carintia, esperaría a que, pasado el ajustazo, se creen condiciones propicias para cumplir su sueño de ser el próximo premier de Austria.

  El primer indicio concreto de que Haider renunciaría a la jefatura de su partido vino desde Peter Sichorovskyun, un diputado del FPOE en el Parlamento Europeo. Según él, Haider ya había planteado la posibilidad el sábado durante una reunión secreta de la cúpula partidaria. Al llegar ayer a la sede vienesa del FPOE para un segundo encuentro, Haider se limitó a afirmar misteriosamente que "por ahora no les puedo decir nada". Mientras pasaba hora tras hora sin novedades, en Viena se multiplicaron los rumores acerca de sus posibles motivos para renunciar. Una versión era que existía un desacuerdo interno acerca de la paga que reciben sus correligionarios que integran el gobierno de coalición. Cinco años atrás, el FPOE había hecho una cuestión de honor no aceptar salarios por más de 4700 dólares. Ahora que entraron en el gobierno, algunos ministros habrían descubierto que su honor no se comprometía por ganar más. Se especuló que ésta no era la concepción de Haider, quien entonces habría decidido retirarse de la conducción del partido. Pero el diario británico The Guardian planteó una posibilidad aún más inesperada: citando "fuentes internas", el diario sugirió que el líder neonazi habría entrado en pánico a raíz de acusaciones desde dentro de su partido de que era homosexual.

  Con la noche bastante avanzada, Haider finalmente salió del cónclave partidario para confirmar efectivamente su renuncia. "No quiero ser una traba para el gobierno", sostuvo. Y explicó que así buscaba probar que los ministros de su partido no eran "marionetas manejadas por una apretada correa", la de él. "Quiero evitar que nuestros ministros tengan que consultar todas sus decisiones con el 'canciller en la sombra' de Carintia", precisó. También aseveró haber descubierto de golpe que su responsabilidad dual como líder partidario y gobernador de Carintia era demasiado pesada. Por último, enfatizó que su acción no se debía en lo más mínimo a las sanciones diplomáticas de la UE: "No acepto presiones externas; en mi partido estamos acostumbrados a tomar nuestras propias decisiones".

  La oposición en Austria no le creyó nada. El titular del Partido Socialdemócrata (SPOE) Alfred Gusenbuaer se burló de la dimisión como "uno de los tantos trucos de Haider". El jefe de los Verdes, Alexander van der Bellen, se hizo eco de esa opinión al considerar que Haider no había hecho nada más que jugar "una de sus típicas bromas y tretas políticas". Fue interesante el hecho de que tampoco los partidarios de Haider parecieron tomarse demasiado en serio su renuncia. El vicejefe del bloque parlamentario neonazi, Thomas Prinzhorn, aseguró que no hubo ninguna "retirada" y que Haider seguía siendo "el jefe". "Nos volveremos a ver en las próximas elecciones generales", exclamó sonriente. El muy vendido diario Kurier sintetizó que, "una sola cosa es clara: con Haider como socio el gobierno de coalición no podía salvarse, pero si dimitía le dejaba menos posibilidades al extranjero de atacar a Austria". Por lo tanto, ahora Haider tendría la oportunidad de "decir que se sacrificó por la patria".

  El gobierno norteamericano hizo hincapié sobre el carácter incompleto de la renuncia. El Departamento de Estado explicó que si bien era "un paso en la dirección correcta, no modifica nuestra preocupación por el hecho de que el Partido de la Libertad forma parte del gobierno". La noticia de la dimisión llegó ayer demasiado tarde para que las cancillerías europeas pudieran reaccionar, pero es improbable que decidan levantar sus sanciones contra Austria en tanto que los neonazis sigan en el gobierno. El mismo Haider insistió en que no debía sobreestimarse el significado de su renuncia. "Que nadie se equivoque, quiero dejar bien en claro que no estoy huyendo de la política nacional", subrayó. Después de afirmar que no excluía postularse en el futuro como canciller, concluyó su rueda de prensa con una promesa muy poco tranquilizadora: "Si el actual gobierno trabaja bien, no me necesitará".


HAIDER DEJO A SUSANNE RIESS-PASSER COMO SUCESORA
El zorro astuto y la cobra

The Guardian 
De Gran Bretaña 

Por Kate Connolly 
Desde Viena
"Nunca conocí a una mujer política erótica. La política daña a casi todas las mujeres." Joerg Haider, ex líder del Partido de la Libertad (FPOE), siempre dijo que la política no era un lugar para la mujer. Sin embargo, el FPOE tiene cinco diputadas, y la jefatura del partido pasó a ser de una mujer, Susanne Riess-Passer, de 39 años, conocida como "la cobra real" por su firme lealtad a Haider y por su habilidad para sacarse de encima a quienes no le merecen estricta confianza. Hay que recordar que Riess-Passer, actual vicecanciller austríaca, se suma en el gobierno a otras dos mujeres del partido de Haider: una a cargo del Ministerio de Asuntos Sociales, la otra en una secretaría de Estado en asuntos económicos.

   Y, sin embargo, Maria Rosselhumer, autora de un libro reciente, El FPOE y las mujeres, es escéptica respecto de que la prominencia de las mujeres en el partido refleje un compromiso con la igualdad. Ella cree que Haider simplemente está tratando de asegurarse el voto femenino para un partido masculino, obsesionado por temas masculinos. Las "heroínas" de Haider, señala ella, se opusieron fuertemente a una política de cuotas como forma de impulsar la representación femenina. "La capacidad y no el sexo debería ser el factor determinante", dice Thresia Zierler, vocera de las mujeres de FPOE. Las mujeres en el Partido de la Libertad siempre hablaron contra la necesidad de una mujer ministra. Rosselhumer dice que sus actitudes son "una puñalada en la espalda por los logros de las actuales políticas hacia la mujer".

   Más allá de estas cuestiones, el hecho de que Haider haya "abdicado" en favor de Riess-Passer, que por otra parte ostenta el cargo más alto que haya ocupado nunca ninguna mujer en la política austríaca, es signo de un movimiento astuto por parte del líder neonazi. Y cuando alguien lo acuse de no darles una oportunidad a las mujeres, podrá señalar este brillante ejemplo.

 

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