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La mancha venenosa se llama Castillo

De la Rúa el 24 de febrero, luego de su visita a la AFIP. En el círculo, el presunto Castillo según Rico

Tras la primicia de Página/12 sobre la detención de su antiguo amigo carapintada, Rico dijo que "El Indio" Castillo revista en la SIDE. Pero De Santibañes lo negó anoche.


Por Raúl Kollmann 
        y Laura Vales

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El ministro de Seguridad bonaerense, Aldo Rico, utilizó ayer una conferencia destinada a dar datos sobre el crimen de la descuartizada en La Plata para hablar sorpresivamente del hampón Carlos El Indio Castillo, curiosamente uno de sus hombres de confianza hasta hace unos años. Rico acusó al presidente De la Rúa y a la SIDE de tener como custodio al mismo personaje que -�como reveló en exclusiva ayer Página/12-�  fue detenido en Paraná la semana pasada.

Castillo es un matón del sindicato de marítimos, represor durante la dictadura, carapintada, sospechado de haber participado en varios asesinatos y prófugo de la Justicia por distintos delitos, entre ellos el intento de homicidio contra el intendente de la localidad correntina de Monte Caseros. Rico mostró ayer una foto donde aparece una persona muy parecida al Indio haciendo de custodio de De la Rúa a la salida de una visita que hizo el Presidente a la Administración Federal de Ingresos Públicos el 24 de febrero pasado.

Un alto funcionario de la SIDE replicó anoche ante la consulta de este diario que El Indio no trabaja ni trabajó para ellos y sugirieron que podría ser un agente al servicio del Ejército.

   La conferencia de prensa de Rico fue insólita. Primero dijo a los periodistas que no podía hablar de la descuartizada porque no lo autorizó el juez César Melazo, a cargo de la causa. A continuación, como al pasar, sacó de la galera la foto en la que El Indio parece actuar de guardaespaldas del Presidente. Instantes más tarde, hombres del antiguo jefe de las rebeliones anticonstitucionales de Semana Santa y Monte Caseros distribuyeron también una especie de comunicado en el que se lee que "Página/12 no deja ningún tipo de dudas: El Indio Castillo es empleado de la SIDE".

     En verdad este diario reveló ayer que cuando Castillo fue detenido casualmente en Paraná  -�se había ido del hotel sin pagar la cuenta--, se le encontró una credencial de la SIDE y, además, invocó el nombre de Jorge Cañiza, jefe de la Delegación Paraná de la central de espías. También dio el teléfono y la dirección tanto de la oficina de la SIDE como del domicilio particular de Cañiza. Cuando lo detuvieron, Castillo tenía encima una pistola 9 milímetros --de uso prohibido--, otra pistola calibre 38, dos granadas, documentación falsa a nombre de dos personas distintas y obviamente con su fotografía. Conducía una camioneta Toyota robada y usaba patentes del Congreso Nacional y, por las dudas, tenía en reserva otras patentes de la Legislatura bonaerense.

    Castillo estaba doblemente prófugo. Por un lado, intentó matar al intendente de Monte Caseros, Eduardo Galantini, en el marco de una polémica por la compra de un predio sobre el Río Paraná. Según denunció en su momento el intendente, Castillo, los dirigentes del gremio marítimo y otros carapintadas querían utilizar ese predio, que da a la Triple Frontera con Uruguay y Brasil, para operaciones de tráfico de armas y drogas. Castillo le tendió una trampa a Galantini, pero éste percibió la maniobra y la policía detuvo a uno de los cómplices del Indio, Alberto Gelvez, quien contó que Castillo lo contrató para manejar la camioneta en la emboscada destinada a matar al intendente. El Indio estaba prófugo también en otra causa radicada en La Plata por asociación ilícita, abuso de arma, robo, falsificación de documento, intento de hurto y tenencia de armas de guerra.

    En la foto distribuida ayer aparece una persona muy parecida a Castillo actuando como guardaespaldas de De la Rúa. Fue tomada por la agencia DYN el 24 de febrero, fecha en la que obviamente El Indio también estaba prófugo. No se puede afirmar categóricamente que sea Castillo ya que se lo ve con cabello castaño, en tanto que el detenido tiene bastantes canas. Sin embargo, la similitud es notoria. Según los hombres de Rico, su jefe se dio cuenta que El Indio estaba actuando como custodio del Presidente cuando lo vio en un noticiero de televisión saliendo de la AFIP. De inmediato le pidió a sus colaboradores que busquen una foto de ese momento. 

   En diálogo con Página/12, el titular de la SIDE aseguró que "nosotros no hacemos la custodia del Presidente, que está a cargo de la Policía Federal. Hemos chequeado en todos nuestros registros y puedo afirmar que Carlos Castillo no figura ni como personal ni como inorgánico de la SIDE. Aquí no cobra. No figura ni figuró, ni con este gobierno ni con el anterior".

En Paraná nadie sabía para quién operaba. Hacía casi un mes que estaba, se cambió dos veces de hotel, vivió en casa de un ex comisario, pero nunca quedó claro para quién estaba trabajando y qué hacía.

   Es cuanto menos pintoresco que Rico denuncie a Castillo, quien fue uno de sus hombres dilectos desde Semana Santa. Lo acompañó en las rebeliones carapintadas y en 1991 incluso fue capturado con un arsenal a dos cuadras de la quinta presidencial de Olivos. Las armas  --se dice--  eran en verdad del Modín. Castillo fue a la cárcel tres años y cuando salió lo ubicaron en un cómodo despacho del Congreso Nacional, con el título de interventor del Modín en Río Negro. Según él mismo sostiene, fue la persona que recibió el dinero con el que Eduardo Duhalde le habría pagado a Rico sus votos para conseguir la reforma de la Constitución Bonaerense y la reelección.  Era, por entonces, casi uno de los hombres más fieles del jefe carapintada.


La historia negra, foto a foto


Varias fotos ligan a Carlos "El Indio" Castillo con los momentos más negros de los últimos 30 años. La primera es de 1974, donde aparece cuerpo a tierra y rodeado de matones sindicales durante la Masacre de Ezeiza. Castillo era por esos tiempos militante de la ultraderechista Concentración Nacional Universitaria (CNU), desde donde se unió a la Triple A. Un año más tarde, según el relato de Lilian Rodríguez, viuda de Eduardo Fromigué, fue uno de los integrantes de la banda de Aníbal Gordon que asesinó a su esposo y a otras dos personas --Juan Carlos Acosta y Graciela Chej Muse-- en Florencio Varela.

  Una segunda foto sirvió para que Pablo Díaz, el único sobreviviente de la llamada "Noche de los Lápices", lo reconociera como jefe de la patota que en 1977 secuestró en La Plata a los estudiantes secundarios asesinados por reclamar por el boleto estudiantil. Otros ex desaparecidos lo señalaron también como torturador en el Pozo de Banfield.

  Las de su prontuario policial dan cuenta de un rosario de acusaciones por delitos cometidos desde los últimos años de la dictadura hasta hoy: hurto, robo, asociación ilícita, lesiones leves, lesiones calificadas, abuso de armas. En 1982 fue acusado de robo y dictaron su prisión preventiva. En el 84 volvió a ser detenido por el intento de secuestro extorsivo de un empresario, también en La Plata, la ciudad donde vive en varias casas que le sirven como aguantadero.

  Su imagen también quedó en el archivo de los levantamientos carapintadas, cuando fue uno de los civiles que apoyaron a Aldo Rico desde la primera hora. En su círculo íntimo --y no sin un dejo malicioso-- Castillo suele contar siempre la misma anécdota: la de cómo, cuando el ex teniente coronel estaba todavía en Monte Caseros "sin un peso", se las arreglaba para robar cubiertas destinadas al auto del embetunado. En 1991 fue preso por un arsenal descubierto a pocas cuadras de la residencia presidencial de Olivos, donde se guardaban armas y explosivos que los investigadores vincularon al Modín de Rico. Y hace cinco años, cuando baleó a unos muchachos que escuchaban música bajo su ventana, lo vieron escapar en un Fiat con chapa del Congreso Nacional. La patente le había sido otorgada al ex diputado carapintada Emilio Morello; ya eran los tiempos en que Castillo, tras cumplir su condena por el arsenal de Olivos, había vuelto al partido de Rico como uno de los hombres de mayor confianza del actual ministro de Seguridad Bonaerense.

  Todavía no está claro que el personaje que aparece detrás de De la Rúa en la foto que ayer distribuyó Rico sea efectivamente él. Como sea, el ministro de Seguridad manifestó no tener dudas. "El pelo es distinto, es cierto, de otro color, con otro corte y más abundante. Pero Rico está absolutamente seguro de que se trata de Castillo", dijeron ayer sus voceros. Y el Ministro, bien pudieron agregar, lo conoce bien.

 

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