Principal RADAR NO Turismo Libros Futuro CASH Sátira


UN MISTERIOSO GAS CUBRIO GRAN PARTE DE LA CIUDAD
Algo huele mal en Buenos Aires

Un fuerte olor a gas recorrió ayer varios barrios porteños. Luego se supo que no era gas, pero nadie sabe de qué se trató. Sospechan de un circuito clandestino de sustancias prohibidas.

El director de Defensa Civil, Víctor Capilouto, aseguró que se trató de un escape de mercaptán.
Se trata del odorizante que se le agrega al gas natural, pero la hipótesis terminó descartada.


Por Horacio Cecchi

t.gif (862 bytes) Una misteriosa nube de olor a gas, pero que no era gas, recorrió la ciudad ayer a la madrugada, alarmando a miles de porteños de barrios tan distantes como La Boca y Villa Urquiza. Las líneas de Defensa Civil, de la Central de Bomberos, y de emergencias de Metrogas quedaron saturadas por la cantidad de llamadas que alertaban sobre el olor a gas que no era. El olor fue siguiendo una ruta: los sucesivos llamados señalaban que La Cosa se inició en La Boca, progresaba por el Centro, luego Barrio Norte, poco después Recoleta, más tarde Palermo, y siguió por Núñez, hacia Villa Urquiza. Metrogas no registró pérdidas en sus cañerías y voceros de la empresa descartaron que se tratara de gas natural. Durante la tarde, todos hablaban de un camión transportador de mercaptán, la sustancia que odoriza el gas, con su tanque pinchado. Pero la empresa distribuidora demostró que sus camiones no pasan por la ciudad y la hipótesis se desvaneció del mismo modo en que finalmente lo hizo La Cosa. Anoche, el gobierno porteño investigaba otra variable más terrenal y práctica: un circuito clandestino de transporte de sustancias prohibidas.
El primer llamado se registró a las 20. Lo recibieron en Defensa Civil y provenía de La Boca, más específicamente sobre la calle Puerto de Palos, entre Wenceslao Villafañe y Aristóbulo del Valle. Diez o quince minutos más tarde se desencadenaba toda la furia del teléfono, pero ya no de los boquenses sino de una zona indefinida que avanzaba en dirección a Recoleta, pasando antes por el Centro y Barrio Norte.
Ante el cariz que estaba tomando el presunto escape de gas, Defensa Civil despachó treinta hombres trepados en nueve móviles, dispuestos a detectar la fuga de gas. La central de emergencias de los Bomberos de la Federal también quedó saturada. Se decidió entonces despachar equipos de la Brigada Especial de Riesgo Químico, de la División de Protección del Medio Ambiente, provistos con modernos cromatógrafos.
�Llegábamos al lugar y ya recibíamos avisos de que el olor se había desplazado hacia otra zona�, dijo a este diario uno de los integrantes de la brigada. Durante toda la noche los hombres de la brigada recorrieron los barrios porteños tratando de detectar una de las misteriosas partículas que conformaban La Cosa. Pero �sólo se pudo detectar que no era un gas peligroso. Es prácticamente imposible saber de qué gases se trata porque la composición puede ser infinita y el cromatógrafo sólo detecta los gases que tiene incorporados a su patrón de lectura�.
El director de Defensa Civil, Víctor Capilouto, intentó llevar tranquilidad a la población afirmando que �no fue gas lo que sintieron. Es un producto mercaptán, que se le da al gas para que tenga olor, lo que percibieron todos�, y acto seguido elaboró su teoría del camión que lleva carga y no la siente. �Debe ser un transporte con una pérdida, por el movimiento que fue mostrando. Las llamadas fueron siguiendo un corredor desde La Boca, siguiendo por el Centro, Recoleta, Barrio Norte, Palermo, y Villa Urquiza. La última llamada se registró en Morón.� Según Capilouto, el camión cargado de mercaptán habría seguido su trayecto por el Bajo, Lugones, General Paz hacia el oeste, desparramando su estela a su paso. En Defensa Civil aseguraban que el mercaptán había sido detectado por los bomberos.
Pero la hipótesis se hizo humo junto con la tranquilidad de la población cuando los bomberos negaron haber detectado el producto evanescente. Metrogas salió a escena para desvirtuar la posibilidad de un escape de fluido de las cañerías distribuidoras. �No sé qué es, pero gas natural no es�, aseguró Orlando Di Pino, gerente de Relaciones Institucionales. También aclaró la teoría del mercaptán. �La última entrega que recibimos fue los primeros días de marzo. Está debidamente registrada. Además, los camiones de nuestros proveedores siguen una ruta que no entra en la ciudad, están perfectamente protegidos y son permanentemente chequeados. Y la única planta productora de mercaptán se encuentra en Carlos Casares.� Aunque doce horas después de haber aparecido, La Cosa ya se había disuelto, el mal olor había llegado a lo más alto del gobierno porteño: Enrique Olivera ordenó iniciar una investigación. Contaba con un dato: hace dos meses La Cosa también fue registrada, con menor intensidad. Y el olfato de los sabuesos está ahora dirigido al transporte clandestino de sustancias peligrosas.

 


 

LOS CIGARRILLOS NO PUEDEN REGULARSE COMO DROGAS
Tabacaleras de festejo en EE.UU.

Por M.F.C.
Desde Nueva York

En un fallo que dio por tierra con la principal iniciativa antitabaco de la administración Clinton, la Corte Suprema estadounidense decidió ayer que el gobierno no tiene autoridad para imponer regulaciones a los cigarrillos como lo puede hacer con una droga adictiva. La decisión del máximo organismo de Justicia fue considerada un triunfo para las empresas tabacaleras, cuyas acciones treparon ayer casi un 8 por ciento en Wall Street, alcanzando así una cotización 15 por ciento más alta que el mínimo que habían tocado en el curso del último año.
Los analistas estimaron, sin embargo, que en el futuro el Congreso norteamericano ampliará �de alguna forma� las regulaciones ya existentes, aunque se descuenta que las tabacaleras harán lobby para influir en el curso que tome la legislación. �La industria tiene ahora mayor poder de presión con este fallo�, opinó una experta del Credit Suisse First Boston.
La decisión, que fue votada en la Corte por cinco jueces contra cuatro, estableció que la agencia que controla los alimentos y las medicaciones (la FDA) excedió los límites de su jurisdicción al imponer regulaciones a los cigarrillos y al tabaco en 1996, después de haber mantenido durante décadas una política prescindente. Cuando la FDA optó por intervenir en la regulación del tabaco, el gobierno de Bill Clinton sostuvo que ésta era la medida más importante que la agencia había tomado en materia de salud pública en los últimos cincuenta años. La FDA puso límites a la edad de los compradores de tabaco, exigiendo que toda persona menor de 27 años debía mostrar su documento de identidad al adquirir cigarrillos. Además, la FDA convirtió en regulación federal la prohibición de vender cigarrillos a los menores de 18 años.
Las tabacaleras respondieron con un juicio a lo que consideraron una intromisión gubernamental, y en 1998, una Corte de apelaciones decidió que la FDA no podía regular en la polémica cuestión del tabaco. Ese tribunal también sostuvo que la regulación era atribución exclusiva del Congreso, el que previamente había prohibido fumar en los aviones y la publicidad de cigarrillos en los medios de comunicación. El Congreso había ordenado que las marquillas de cigarrillos llevaran leyendas de advertencia.
En los argumentos que hizo ante la Corte, el procurador Seth Waxman dijo que la FDA puede regular el tabaco como si fuese una droga porque la nicotina es �muy adictiva� y actúa como un estimulante, un sedante y reduce el apetito. Pero ayer la Corte rechazó esa explicación. Y las tabacaleras festejaron.

 

PRINCIPAL