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ENTREVISTA AL ARTISTA CONOCIDO COMO LEO MASLIAH
 �Nunca tuve éxitos-éxitos�

Acaba de editar un CD (�Leo Maslíah y pico�), está a punto de presentar un libro de relatos (�Carta a un escritor latinoamericano y otros insultos�) y muestra un nuevo espectáculo (�Ex Hitos�).


Por Roque Casciero
t.gif (862 bytes) A veces, Leo Maslíah da la sensación de ser incansable. Más de un artista se preguntará cómo hace este músico, compositor, escritor, humorista, ex cerrajero y actor uruguayo para abarcar tanto sin dejar de apretar. Porque, por estos días, acaba de editar un disco (Leo Maslíah y pico, con canciones desopilantes), está a punto de presentar un libro de cuentos y relatos (Carta a un escritor latinoamericano y otros insultos) y muestra un nuevo espectáculo (Ex Hitos, los viernes y sábados a las 23, en Oliverio Always, Callao 360), al tiempo que tiene listo un álbum de música instrumental y trabaja en otro. ¿Cómo hace? �Rara vez llego a sentirme presionado porque trabajo con bastante anticipación. En general, tengo bastante resto: cuando publico un libro, tengo uno o dos más para entregar después. Y lo mismo me sucede con los otros géneros. Lo que pasa es que el círculo de público al que accedo no es muy grande, entonces eso me obliga a renovarme más.�
�Su nuevo espectáculo Ex Hitos ¿es una suerte de grandes éxitos en vivo?
�Más o menos. Es de grandes éxitos, pero no míos (risas), porque nunca tuve éxitos-éxitos. Hago algunas canciones viejas mías, monólogos y diálogos con una locutora en off. Y también hits de otros autores. En un par de temas toco fragmentos de obras conocidas de música clásica y hago versiones de �Unforgettable�, que popularizó Nat King Cole, y de una canción llamada �¿Qué tendrá ese petiso?�, de Riki Maravilla.
�En varias canciones aparece el tema de las dificultades en las comunicaciones entre la gente. Usted busca distintos medios para comunicar aquello que tiene para decir.
�Me interesa mucho la comunicación, creo que es el tema principal de lo que he escrito. Hay muchas cosas que, aparentemente, hablan de distintos temas, pero el principal es la comunicación. Porque, en general, lo más importante es el tipo de lenguaje utilizado. Es el tema más recurrente y el que más me llena la cabeza.
��Desesperanto�, una de las canciones de su nuevo álbum, muestra a una pareja que sólo volverá a llevarse bien cuando ambos hablen el esperanto, ese idioma mundial que nadie usa.
�(Se ríe.) Sí, sí. Es que la comunicación es el tema que más me acapara y también es la fuente de todos los conflictos en los que me manejo. Vivimos en una cultura que está estructurada de determinada manera y las dificultades de acomodarse dentro de esos estantes generan el noventa por ciento de aquello de lo que puedo hablar. Tengo una incomodidad permanente en cuanto a todos los géneros que existen. Por ejemplo, por una parte trabajo en lo que podría llamarse música popular, pero no tengo mucho que ver con lo que suele haber en esas casillas. Por otro lado, me metí bastante en el ámbito de la música �culta� o �contemporánea�, con comillas muy grandes. Son denominaciones sumamente desagradables, por todo lo que implican. ¿Por qué llamarla música contemporánea si no tiene ninguna nota que sea más contemporánea que las de otros géneros? El solo rótulo implica un posicionamiento con el que me siento muy incómodo, una determinación de cuáles son los aspectos de la música que son capaces de generar un sentido histórico. O sea, cuáles son los aspectos que tienen futuro y cuáles son sólo presente y pasado. Eso implica una disección de la música que se demuestra totalmente inoperante, pero esa casilla sigue existiendo. Yo compongo cosas que suelo mostrar dentro de ámbitos de música contemporánea, pero no cuajan mucho. A veces generan que algunos se pregunten: �¿cómo este tipo viene a mostrar eso acá?�. Siempre encuentro la excepción, la incomodidad. 
�En �La cibernovia�, usted plantea un nuevo problema de comunicación en la pareja, pero ahora a través de Internet. ¿Usa mucho esa herramienta?
�Sí, bastante. No me ha cambiado tanto a mí, pero sí me enganché con la transformación que implica en la vida de la gente.
�Usted cruza elementos de la música con la letra y viceversa. La letra de �La negrita� habla de la duración de las notas musicales.
�Tiene mucho que ver con haber sido influido o nutrido por expresiones de ese tipo. Por ejemplo, cantidad de cosas de Les Luthiers, que hablaban de la propia música que tocaban o el tema �Desafinado�, de Newton Mendoça y Antonio Carlos Jobim, que es una canción que habla de sí misma. Es algo a lo que fui especialmente sensible, porque es la comunicación hablando de sí misma.
�Entonces, para ponerle un rótulo de esos que no le gustan, usted sería un comunicador.
�Un comunicador de la incomunicación.

 

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