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MANUEL GAGGERO, FRENTE DE LA RESISTENCIA
Enemigos del �modelo�

El abogado Manuel Gaggero es candidato a jefe de Gobierno de la Capital por el Frente de la Resistencia. �No podemos votar a Cavallo ni a Ibarra �dice�, porque ambos coinciden en este modelo.�

Manuel Gaggero, abogado, por un frente contra el modelo.
�Ibarra y Cavallo tienen el mismo signo ideológico.�


t.gif (862 bytes) Manuel Gaggero empezó a militar en el Peronismo Revolucionario en los años 60 y fue uno de los primeros defensores de presos políticos. En la década siguiente integró el Partido Revolucionario de los Trabajadores y dirigió el diario El Mundo. Dice que la izquierda �tiene asignaturas pendientes� con la sociedad, que Ibarra y Cavallo �tienen el mismo estilo ideológico� y que, por eso, su partido, el Frente de la Resistencia, no apoyaría a ninguno de los dos candidatos en un eventual ballottage. 
�¿Qué evaluación hacen de la campaña del Frente de la Resistencia?
�Nuestra campaña fue buena en el sentido de que hemos logrado instalar un debate en la ciudad en torno de los temas que creemos fundamentales en este momento: el modelo económico de exclusión, la problemática de la salud, la desocupación, la descentralización y el tema de la seguridad vista no desde el ángulo que la ven los partidos del orden conservador sino desde el nuestro. El Frente de la Resistencia considera que no se puede confiar la seguridad a la Policía Federal, que es una policía comprometida con toda clase de violaciones a los derechos humanos desde la dictadura militar en adelante.
�¿Por qué cree que, una vez más, la izquierda se presenta dividida?
�Creo que hay dos concepciones de la izquierda que hacen que no sea factible unirse en este momento. Por un lado, está la iz- quierda que considera que la cuestión es clase contra clase. Todos los grupos trotskistas entienden que el problema es de los trabajadores contra la burguesía. Después, por otro lado, estamos los que creemos que la problemática es mucho más compleja, que el modelo económico social de globalización y la caída del Muro de Berlín son acontecimientos que nos obligan a hacer una reflexión profunda de lo que está pasando y que en un frente contra el modelo económico actual no sólo tenemos que unirnos los trabajadores, sino también todos los nuevos agentes sociales que han aparecido en la sociedad: los desocupados, los pequeños profesionales, los comerciantes, incluso sectores de la burguesía industrial. Hay otro argumento: que nosotros consideramos que el frente no puede obviar la cultura radical y peronista. La izquierda tiene asignaturas pendientes: no hemos analizado la década del 60, 70, por qué un grupo de gente en el que me siento incluido tomó las armas. Todo esto no ha sido seriamente debatido y esto imposibilita una unión.
�O sea que, por ahora, es una cuestión insoluble.
�Hay que empezar a debatir temas, dejar de rehuirlos. Creo que las fuerzas antimodelo, antisistema, van a tener algunas expresiones en la Legislatura porteña y a partir de eso por ahí se puede empezar a tratar de construir por lo menos un bloque unitario que posibilite implementar una política unitaria. En los hechos, en la acción concreta y en la calle estamos siempre juntos. El 24 de marzo la Alianza y Cavallo no están en la calle. Nosotros sí. Nos resulta más difícil ponernos de acuerdo en la cuestión política.
�¿Por qué cree que el escenario está tan polarizado para el domingo?
�Eso fue forzado por el oficialismo, que intentó y logró ubicarse como la variante transparente y progresista, entre comillas, frente a la opción más conservadora y autoritaria que era el cavallismo.
�En una eventual segunda vuelta, ¿a qué candidato apoyaría el Frente de la Resistencia?
�Primero decimos que no podemos apoyarlo a Cavallo, obviamente. Pero tampoco podemos darle nuestro apoyo a Ibarra porque el problema es que el oficialismo para nosotros tiene el mismo signo ideológico que el cavallismo. Ibarra propone una administración más transparente que la de Cavallo, pero dentro del modelo que nosotros pretendemos cambiar.
�¿Usted no encuentra diferencias entre Cavallo e Ibarra?
�No esencialmente. Los dos apuntan, por ejemplo, a un proyecto de �mano dura� que el Frente no comparte.
�Al parecer, Cavallo es más resistido en Capital.
�Por suerte. Es una buena cosa que la sociedad tenga memoria.

 


 

PATRICIO ECHEGARAY, CANDIDATO DE IZQUIERDA UNIDA
Una banca de �puertas afuera�

El automóvil atraviesa lentamente la ciudad desde Liniers hasta Diagonal Sur, bajo la lluvia. En su interior viaja Patricio Echegaray, secretario general del Partido Comunista y candidato a legislador por Izquierda Unida (IU). �Hasta la Legislatura no paramos�, bromea parafraseando el slogan de la última campaña. �Hay como una especie de revival para la izquierda. Es como un grafitti que vi en Córdoba: �Nunca nos fuimos, pero estamos de vuelta. Firmado: la izquierda��, responde a Página/12 sobre sus posibilidades de entrar en la Legislatura. 
�Las encuestas están mostrando un crecimiento de Izquierda Unida. ¿A qué cree que se debe?
�Hay una sensación en los votantes de la ciudadanía porteña de que debe haber una verdadera oposición. En el escenario político previsible con el triunfo de Ibarra, Cavallo no puede ser oposición. Va a haber un gobierno de centroderecha y una oposición de ultraderecha, el �Haider calvo� como le digo a Cavallo. Hace falta una oposición verdadera. Y la otra cuestión es que en la sociedad hay un reclamo histórico a la izquierda: la unidad. IU es la fuerza que está siendo sensible a ese reclamo. Además, la derechización de la Alianza y del Frepaso generó mucha incomodidad. El Frepaso hoy es una �fuerza de tareas� de la derecha. 
�Si es electo, ¿qué hará en la Legislatura?
�Vamos a trabajar en el bloque con la Coordinadora Nacional de Izquierda Unida, donde están todos los partidos y los independientes, representados por Patricia Walsh y Herman Schiller. Será una banca de �puertas afuera�, muy vinculada a las luchas de los trabajadores. Con los trabajadores del Teatro Colón vamos a formar una comisión entre el bloque y la comisión interna para impulsar la lucha contra la privatización y los contratos basura. Lo mismo con los jubilados, con los desocupados y con las pymes.
�¿Cómo analiza las críticas del Partido Obrero por la inclusión de Herman Schiller en la fórmula?
�Esas críticas han sido rechazadas no sólo por IU sino también por toda la opinión progresista. Lo que criticaban a Schiller era el hecho de ser judío. Estamos orgullosos de que los representantes del judaísmo progresista estén en nuestra lista. Fue lamentable la crítica y habla mal de quienes la hicieron. 
�La izquierda argentina venía en retroceso y ahora usted es probable que sea electo. ¿Significa que el recelo contra el PC se terminó?
�El PC tiene una línea que está asentada en una mirada realista de lo que es la izquierda: la izquierda argentina es plural; el PC ha abandonado sus enfoques de autoproclamación como vanguardia, esto es el sentido fundamental del viraje, y tiene una línea de trabajar enérgicamente por la unidad de la izquierda. No sólo de la izquierda de tradición socialista, comunista y trotskista, sino también el peronismo de izquierda, los radicales que tienen una tradición antiimperialista y los cristianos de base de la Teología de la Liberación. La gente está revalorando al PC: cree que tiene un sentido, un rol.
�En el �97 en el recital que conmemoraba los 30 años de la caída del Che Guevara, usted fue abucheado. Ahora es muy probable que entre a la Legislatura porteña. ¿Lo toma como una revancha personal, una revancha que le dio la vida?
�No, para nada. De ninguna manera. También podría decir que estuve en la cárcel, que fui torturado, que estuve exiliado. Esas son circunstancias. Yo soy un luchador, que lucha en distintas circunstancias. Hay momentos negativos y otros más favorables o menos difíciles. Como decía Marx, �hasta la toma del poder, la batalla de los trabajadores y obreros son todos contratiempos�.

 

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