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Las tres centrales convocaron a la huelga de 24 horas
Primer gran desafío a De la Rúa

A punto de cumplir seis meses en la Presidencia, Fernando de la Rúa afronta el primer paro general de las dos CGT y la CTA en protesta contra el recorte de los sueldos del Estado y la desregulación de las obras sociales. La clave en las grandes ciudades será la huelga de transportes.

El presidente Fernando de la Rúa y el ministro José Luis Machinea son dos de los principales blancos de la protesta.

Por Martín Granovsky

Solo falta un día para que Fernando de la Rúa cumpla seis meses en la Presidencia. Pero antes, paro. Las tres centrales sindicales convocaron para hoy a la primera huelga general conjunta, motivada por el recorte salarial y estimulada por la desregulación de obras sociales. La medida será un test para medir, al mismo tiempo, la fuerza de los sindicatos, el poderío de los gremios del transporte y el desgaste de la imagen oficial después del último ajuste.
El paro de un día completo empezó a las cero de hoy y terminará a las 24. Por primera vez adhirieron a una misma medida la Confederación General del Trabajo de Rodolfo Daer (que hasta hace poco aparecía como la más oficialista), la CGT de Hugo Moyano (crítica hacia De la Rúa) y la Central de Trabajadores Argentinos de Víctor De Gennaro, donde tienen el peso mayor los empleados de la administración pública que trabajan en el gobierno central y en la docencia. 
A diferencia de los dos últimos paros virtuales �el primero en Congreso, caracterizado por la feroz represión policial, el último en Plaza de Mayo�, la de hoy será una huelga pura, a secas y sin actos ni manifestaciones por lo menos en la Capital Federal. 
La modalidad del paro seco tiene consecuencias que cada cual buscará utilizar en su provecho: 
  No hay pulseada sindical abierta, aunque docentes, colectiveros, ferroviarios y aeronavegantes podrán atribuirse después el papel clave en el paisaje del país, que en estos casos suele mostrar desolación en estaciones y escuelas, calles vacías y aeropuertos de cabotaje atestados por larguísimas colas.
  La inexistencia de palco evitará las presencias difíciles de explicar para los dirigentes sindicales, como la de Luis Patti en Plaza de Mayo, pero a la vez restará la suma de capital político que significa reunir alrededor de un orador a intendentes, gremialistas, políticos y hasta disidentes de la propia Alianza. 
  El Gobierno tendrá la posibilidad del lugar común, y decir que el paro tuvo �dispar acatamiento�, un eufemismo que cualquiera podrá interpretar para su lado. Los sindicalistas, naturalmente, elevarán las cifras de ausentismo hasta más allá del 85 por ciento y mirarán felices las pantallas de televisión, que suelen quedarse en la calle y no entran a comercios y fábricas. En estos casos, de todos modos, la falta de transporte será decisiva para asegurar ausencias masivas especialmente en las grandes ciudades. 
  Los incidentes podrán ser mostrados por el Gobierno como un indicio de hacia dónde lleva la protesta gremial, y la falta de ellos como la evidencia de que la protesta es, además de apabullante, pacífica. Página/12 pudo saber cerca de la medianoche que la policía bonaerense estaba en estado de alerta, en previsión de rotura de vidrios o quema de taxis y colectivos.
En realidad el paro, como todo paro general, funcionará como una prueba para evaluar el descontento por el frío de la economía, que cada sector usará con mayor o menor condimento político según el protagonista. 
Si un paro es la acción individual de adherir a la huelga más la imagen social de esa decisión, hoy habrá muchos paros en uno.
Estará el paro contra el Gobierno que no cumplió lo prometido.
El paro contra un Gobierno que, era esperable, desatendería a los trabajadores.
El paro contra la desregulación de las obras sociales.
El paro contra el recorte de los salarios públicos.
El paro contra la retracción del consumo.
El paro contra la concentración de la economía. 
El paro contra la sensación de que el Gobierno no se preocupa por la reactivación.
El paro contra los mercados.
El paro contra el FMI.
El paro que se inspira en los documentos episcopales contra el liberalismo económico.
El paro contra De la Rúa.
El paro contra la Alianza, incluido el Frepaso.
El paro forzado porque no hay transportes.
El paro contra el Gobierno pero no a favor de los dirigentes sindicales (versión de la izquierda más radicalizada).
O el paro de quien desea �genéricamente, sin demasiadas precisiones�, canalizar en una medida visible y colectiva la realidad de los bolsillos escuálidos.
¿Cuántos de los que harán huelga hoy votarían a la Alianza si hubiera elecciones ya mismo? El Partido Justicialista aspira a que pocos, o menos que en octubre último, y confía en que la base electoral del Gobierno vaya sufriendo una erosión progresiva con un pico en el 2001, cuando se elegirán senadores, y otro en el 2003, año de renovación presidencial. La Alianza, en cambio, apuesta al fenómeno que se producía con Carlos Menem, cuando los paros no tenían incidencia electoral, aunque recuerda alarmada los tiempos de Raúl Alfonsín, con los paros contribuyendo al desvanecimiento del Gobierno. 
Sin hiperinflación ni levantamientos militares, la comparación con Alfonsín es anacrónica y la Alianza no tendría por qué luchar contra ese fantasma. El parangón con Menem, en cambio, le juega en contra. Por un lado Menem sufrió menos paros generales de los que puede padecer De la Rúa. Por otro, las huelgas no lo desgastaron electoralmente porque, hasta la formación de la Alianza, no hubo alternativa política con posibilidades de gobernar, cosa que sí existe hoy con el justicialismo. 
Pensando en la disputa mayor, la política, es que los máximos dirigentes aliancistas aprovechan estos días para enviar un mensaje de cohesión a sus legisladores disidentes. El argumento es que cualquier protesta con proyección política será capitalizada al final por el PJ. Los díscolos dirán, claro, que el ajuste es el responsable de la pérdida de capital político. Los socialistas Alfredo Bravo, Héctor Polino y Jorge Rivas adhirieron afirmando que �nada nos parece más justo que la resistencia a una política que contribuye con el brutal proceso de empobrecimiento de las mayorías�. La frepasista y dirigente de los aeronavegantes Alicia Castro dijo que �la gente votó por el trabajo, la justicia y la educación y para que dejara de privilegiar los intereses más concentrados y fuera capaz de una redistribución de la riqueza�. En un matiz diferente, el frepasista Enrique Martínez calificó a la protesta sindical de �básicamente correcta� pero aclaró que su rol de político de la Alianza �no es apoyar un paro sino aportar soluciones�. �Sería una demostración de impotencia mía sumarse a un paro cuando yo tengo otros instrumentos para tratar de modificar la situación�, explicó.
De la Rúa cerrará el día con un mensaje por televisión. Se pondrá los anteojos, mirará a cámara y dirá, más o menos, que la Argentina ya está creciendo, que los argentinos están haciendo el esfuerzo y que el sacrificio vale la pena. Puede hablar de equidad. Pero como, en principio, parece muy difícil que modifique la política fiscal después del paro, De la Rúa hará lo mismo que otros presidentes en días como éste: esperar que lleguen las doce de la noche. Por más que las encuestas reflejen, después, que el Gobierno no sufrió un daño irreparable, cualquier protesta de esta envergadura es un mal trago que ningún político realista quiere pasar.

 

Claves

  Convocan al paro la CGT de Daer, la de Moyano y la CTA de De Gennaro.
  Según los casos, la protesta se dirige contra el ajuste fiscal, la política económica, el modelo, el FMI o la desregulación de las obras sociales de los sindicatos.
  El paro será probablemente muy visible en las grandes concentraciones urbanas.
  De la Rúa hablará a la noche por televisión con la intención de quitarle a la huelga el efecto político de canalización de la protesta.
  El Partido Justicialista busca aprovechar el paro para desgastar a la Alianza.
  Adhirieron varios diputados aliancistas disidentes, pero esta vez no se expresaron en una posición común. 
  También adhirió la izquierda, que en su variante más radicalizada también criticó a los gremialistas.
  El Gobierno dijo que garantizará la seguridad del transporte.

Gieco, el paro y Moyano

El cantante León Gieco criticó �a los que organizan paros y se olvidan de la corrupción que imperó en el país en los últimos años� y dijo que el sindicalista Hugo Moyano es �un hombre de Carlos Menem�.
�Todo el mundo le está haciendo paro a este gobierno, pero ya se olvidaron de toda la corrupción que había en el anterior, que no se investiga porque la Justicia que tenemos en la Argentina es endeble�, dijo el músico durante una conferencia de prensa que ofreció en Santiago del Estero.
�Yo quisiera saber dónde estaba Moyano en la época de Menem, cuando se bajaron los salarios hasta la mitad y nos llevó a una catástrofe económica�, agregó Gieco, que viajó invitado por el Movimiento Campesino de Santiago del Estero y ofreció un recital para cinco mil personas. 
Gieco se enorgulleció por la invitación. �Estoy en la lucha y me sumo a la defensa de las causas indigenistas y de los campesinos�, dijo, y comparó a los campesinos de Santiago con la lucha de los zapatistas de Chiapas en México. Les sugirió que utilizaran técnicas del zapatismo, como usar Internet �para divulgar sus ideas en el mundo�. 
�No hay nada más lindo y hermoso que poder hacer algo por la gente y los que menos tienen, y nada más aburrido y estúpido que nunca hacer nada por nadie�, concluyó. 

 

 

El Gobierno ya tiene lista su batería de respuestas

Por Fernando Cibeira

En la Rosada entienden que el paro de hoy puede registrar un alto nivel de acatamiento y que la convocatoria unificada de las tres centrales sindicales significará también un costo político a pagar. Como antídoto, el Gobierno preparó una activa actitud comunicacional de respuesta. Ayer, el presidente Fernando de la Rúa dijo que la huelga �no se justifica ni es buena para el país� y por la noche el ministro Federico Storani emitió un comunicado en el que destacó que �el cese de actividades va en la dirección contraria del esfuerzo que está realizando la inmensa mayoría de los argentinos�. Hoy, tres horas después de que finalice la medida de fuerza, De la Rúa utilizará la cadena nacional para explicar una vez más el estado en que encontró el país y hacia dónde piensa llevarlo. 
Para contrarrestar la temida postal de ciudad desierta, la Rosada tiene preparadas un par de respuestas ya utilizadas en la huelga anterior: la falsa percepción de quietud que produce un paro del transporte �el gremio de Hugo Moyano�, además de la imposibilidad de muchos que desearían ir a trabajar pero no sabrían cómo. Por eso, el comunicado del Ministerio del Interior recordó que se �garantizará la seguridad para los que decidan concurrir a sus lugares de trabajo, especialmente pudiendo utilizar los medios de transporte para cumplir con su propósito�. 
�El transporte es un elemento sustancial�, respondía ayer un funcionario del Ministerio de Trabajo. Si los colectivos y ómnibus marcarán el pulso de la protesta, en la cartera laboral daban como probable, entonces, que la medida de fuerza cuente con un alto nivel de acatamiento. Para contribuir a ello, aceptaban la habilidad de los caciques gremiales por haber presentado la huelga como una protesta contra el ajuste. �En realidad, los sindicalistas hacen el paro por la desregulación de las obras sociales�, sostenía uno de los pocos funcionarios de Trabajo que no estaba en Ginebra en la asamblea de la OIT. �Pero para publicitar la protesta escondieron ese motivo y utilizaron el del ajuste que es mucho más doloroso para la gente�, agregó.
El Gobierno tiene en su poder una encuesta de sabor agridulce. Según el trabajo realizado esta semana y que descansa sobre el escritorio de De la Rúa, el 60 por ciento de la gente se muestra en desacuerdo del paro y sólo un 36 por ciento está a favor. Un resultado positivo, consecuencia directa de la poca credibilidad de los sindicalistas. Pero, el mismo sondeo agrega que un abrumador 70 por ciento rechaza el feroz ajuste realizado en las cuentas públicas, lo que bastó para encender las luces de alerta. �Es que la gente tiene la percepción de que el ajuste afectó a todos la sociedad cuando afectó sólo al 1 por ciento de los trabajadores�, respondió un importante legislador aliancista. Para sostener su visión, argumentaba que el paro incluso había superado el repudio al ajuste para convertirse en una lisa y llana medida contra el gobierno delarruista. �Si no, cómo se entiende que se adhieran los docentes y los gremios del sector privado para los que el ajuste no tuvo nada que ver�, agregó.
Con todo, en la cena donde Storani reunió al bloque de legisladores aliancistas hubo algunas críticas al Gobierno por su poca habilidad para haber convocar en estos meses a los gremios más afines, como es el caso del CTA, históricamente aliado al Frepaso. �Tendríamos que empezar a debatir la propuesta de la CTA para los jefes de familia desempleados. Ese gesto sería una muestra de que queremos hacer algo diferente�, explicaba uno de los diputados que participó del encuentro. Pero mientras se llega a ese nueva etapa �de diálogo ampliado a todos los sectores�, el Gobierno apostará sus fichas a una estrategia comunicacional de respuesta a los gremios, un terreno donde suele moverse con comodidad. 

 


 

LOS SINDICATOS ABRIERON EL FUEGO, HOY RESPONDE DE LA RUA
La batalla de los tres spots

La discusión entre el Gobierno y los sindicalistas tiene su capítulo televisivo. Desde ayer, los gremialistas pusieron en el aire dos spots que atacan a la Alianza desde ángulos diferentes. El presidente Fernando de la Rúa contraatacará hoy a la noche a través de la cadena nacional.

El primer spot sindical, realizado por la empresa Publiart, dura 58 segundos. El titular de la CGT oficial, Rodolfo Daer, mira directo a cámara y lee un texto redactado por el jefe de prensa de la central obrera, Carlos West Ocampo. �Basta de impuestos que profundizan la recesión, basta de rebajarnos el sueldo�, sostiene el gremialista antes de reclamarle al Gobierno que llame �al diálogo� para �consensuar� futuras medidas. 

El otro spot es más impactante. En las letras celeste y blancas que caracterizan a la Alianza se lee �vamos por más�, la misma frase que utilizó Aníbal Ibarra para su campaña, cercana al slogan �somos más� de Fernando de la Rúa. A continuación del �vamos por más�, un locutor dice �más ajuste�, con la imagen de De la Rúa de fondo; �más impuestos�, con la cara de Machinea; �más exclusión�, con imágenes de niños pobres; �más desempleo�, con imágenes de desocupados; �más frivolidad�, con las tomas de Antonio de la Rúa y Shakira jugando al pool; y finalmente �más intolerancia� con la filmación de las últimas represiones. �Ganó la Alianza, perdió la gente. Paro general el 9 de junio, para que alguna vez pueda ganar la gente�, cierra el locutor. El aviso está firmado con la sigla de la CGT.

  De la Rúa grabó parte de su mensaje ayer y, según quienes lo vieron, no estará referido al paro en sí, sino que insistirá en algunos de los tópicos más transitados por los hombres del Gobierno desde el ajustazo: la situación en que encontraron el país y la necesidad imperiosa de reducir gastos. Pero, dando por sentado que el Gobierno perdió la batalla comunicacional en la presentación en sociedad del ajuste, De la Rúa también dedicará un tramo a explicar que el país se encuentra �en crecimiento� y que las medidas se tomaron apuntando a ese objetivo. �El Presidente tiene que decir hacia dónde vamos�, explicaba anoche un funcionario del área de Comunicación de la Rosada. 
Justamente, una de las autocríticas que se plantearon dentro del Gobierno durante la discusión del nuevo ajuste fue que no se supo mostrar que los anteriores esfuerzos �como el impuestazo de principios de año-habían tenido consecuencias positivas en los indicadores económicos. �Si no, da la sensación de que estamos en un círculo vicioso de ajuste tras ajuste que sólo puede provocar depresión�, explicaba un ministro. De la Rúa tendrá 5 minutos de buena audiencia para convencer de lo contrario.

 

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