Por Patricia Chaina
 El Discovery Channel emitirá esta noche un programa especial sobre paleontología en la Patagonia, el primero de la historia de la televisión latinoamericana. �Hasta ahora fueron siempre productoras anglosajonas las que acudieron a la zona, buscando material para sus documentales sobre el tema dinosaurios�, asegura el director Rodrigo Moreno. Desde que Jurassic Park despertó en 1993 el interés popular por estos prehistóricos amos del planeta Tierra, los yacimientos de sus restos fósiles se convirtieron en una especie de santuario. En ese marco, la Patagonia se comprobó como un lugar privilegiado: allí los fósiles se encuentran casi a ras de la tierra. Por eso este año Discovery, junto con Artear y TV Nacional de Chile, le dieron forma a un documental que muestra varias de las expediciones científicas que rastrearon la vida de los �Gigantes en la Patagonia�, tal el título del programa. �Esta iniciativa es importante �dice Rodolfo Coria, uno de los paleontólogos entrevistados por Moreno�, porque genera repercusiones positivas a nivel comunitario. Y el aumento del turismo en la Patagonia es obviamente una de esas reacciones.� También, �permite ofrecer nuestra visión del aporte que significó para la ciencia el hallazgo de yacimientos en la zona�. Moreno se refiere a los restos de 80 millones de años de antigüedad descubiertos en la Argentina durante la última década como el gigantosaurio, el carnívoro más grande del mundo.
�¿Cuál es el objetivo que se plantea este programa especial?
Rodrigo Moreno: Básicamente dar a conocer aspectos interesantes de nuestra cultura vinculados con nuestra identidad y con nuestra actitud como país y como región. Ese es nuestro objetivo. Y potenciar desde ahí otros aspectos comunitarios.
�¿Qué posibilidades abrió el interés mediático en el tema dinosaurios?
Rodolfo Coria: Todo proyecto de divulgación científica es importante. El impacto mediático se incrementó con el estreno de Jura- ssic Park, y eso aumentó la permeabilidad de los medios hacia una actividad científica que, paradójicamente en la Argentina, es una de las ciencias más antiguas. Esto tuvo repercusión positiva en distintos planos, pero fundamentalmente en los pueblos pequeños que protagonizaron hallazgos estableció un nuevo elemento de identificación cultural. Y aumentó la afluencia de público a los museos del tema y el número de inscripciones de estudiantes a las universidades de paleontología.
�¿Cuál fue el recorrido de las expediciones que registraron aquí?
R.M.: Trabajamos en diferentes salidas a terreno, y puntualmente con Rodolfo en una excavación de dinosaurios carnívoros, un trabajo fresco... Todo en Neuquén. Además hay material de archivo, fotos de fines de 1800 y principios del 1900 y animaciones digitalizadas.
�La animación que utilizaron, ¿considera que ya es inevitable en estos documentales?
R.M.: Permite recrear la escena. Pero los recursos técnicos aquí están lejos de la magnitud de las producciones cinematográficas. No es ficción pero da cuenta de hitos en la historia reciente de la paleontología y del trabajo titánico de estos paleontólogos. Y, modestamente, desarrollamos una gráfica en 3D bastante buena, aunque de complicada realización: hubo que diseñar desde la piel de los dinos, con sus texturas, colores, brillos o arrugas, hasta la elaboración de una proyección artística para lograr que se muevan con cierta naturalidad, imaginando con anatomistas, paleontólogos, un escultor y responsables del área digital, las proporciones de sus cuerpos y las capacidades de locomoción que habían desarrollado. Todo un trabajo.
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