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Reportaje a Martin Varsavsky
�Acá la Argentina tiene que llamar la atención�


Por M.G.
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Martín Varsavsky, el creador del portal educativo educ.ar, lideró el grupo de empresarios “punto com” que se reunió ayer con Fernando de la Rúa y terminó convertido en uno de los principales argumentadores a favor del presidente en los Estados Unidos. En diálogo con Página/12, Varsavsky, de 39 años, que debió acompañar a su familia en la huida de la dictadura argentina, marcó, eso sí, una gran diferencia: dijo que para ahorrar dinero, él disolvería las Fuerzas Armadas.
–La última vez que estuve en Buenos Aires, De la Rúa me preguntó si lo podía acompañar a los Estados Unidos –recordó ayer a este diario tras el encuentro con el Presidente.
–¿Le explicó por qué?
–Bueno, está claro: yo tengo una intensa actividad como empresario en Europa y los Estados Unidos, y la experiencia de haber juntado fondos por cinco mil millones de dólares para mis empresas. Entonces, sé cómo tratar a los inversores.
–¿Cómo?
–Sé crear empresas que llamen la atención, que sean atractivas como para invertir.
–Pero usted es un empresario privado. Un país es otra cosa.
–Está bien, pero la Argentina también quiere llamar la atención, quiere distinguirse del resto de América latina. Y ojo, que no estoy hablando contra los demás. Sólo quiero poner el acento en que nuestro ingreso per cápita representa el doble del de muchos países latinoamericanos. Por eso también la tasa de penetración de Internet es alta y debe ser todavía muchísimo más alta. La inversión en Internet multiplica la inversión en telecomunicaciones.
–¿Cuánto?
–Por cada dólar que va a una empresa “punto com”, irán diez dólares de inversión a telecomunicaciones. Y tenga en cuenta que éste es un camino de ida y vuelta entre la informática y la infraestructura de red.
–El Gobierno profundizó la desregulación del mercado telefónico. ¿Los norteamericanos están contentos?
–No sólo los norteamericanos. También los argentinos de Impsat, por ejemplo. Ahora se creará un entorno más claro, con más oportunidades para todos, y podrán participar los norteamericanos, a los que antes les resultaba difícil meterse en el mercado por la legislación antisoborno que rige en los Estados Unidos: los ejecutivos pueden ser penados si coimean a un funcionario extranjero.
–También está el formato IBM: para coimear, creó una consultora y disfrazó el soborno.
–Yo estoy hablando en general. Por eso le decía que las empresas europeas contaban con más facilidades.
–Usted es socio de una gran empresa europea: Telefónica.
–Sí, y le puedo decir que en España a Telefónica, y no sólo a Telefónica, la tienen más cortita que en la Argentina. Por eso unas empresas a veces actúan de una forma en un lugar y de otra forma en otro. Es una cuestión de regulación. Si no hay un fuerte entorno regulatorio, es lógico que se aprovechen de la situación.
–¿Cómo juega en su análisis el proyecto del portal educ.ar, para el que usted aportó dinero al Gobierno argentino?
–Yo lo veo como un Plan Marshall para Internet.
–Es una comparación fuerte. Estados Unidos reconstruyó Europa después de la guerra y usted...
–Es una comparación que entienden bien en los Estados Unidos. Y además, yo aquí en Nueva York siempre explico que la Argentina está muy cableada, hay un alto porcentaje de gente que tiene cable. Entonces, si por el cable y la televisión va el fútbol, ¿por qué a través de Internet no puede ir la educación?
–¿Usted plantea sus iniciativas en Internet y telecomunicaciones como una alternativa al último paquete fiscal?
–Son dos planos distintos. La Argentina tiene la desgracia de que no logró generar en los inversores un nivel alto de confianza. Y necesita hacerlo para disfrutar de tasas de interés más bajas. En los Estados Unidos, la gente compra acciones: valen más que los bonos. De la Argentina se compran los bonos: valen más que las acciones. Si valen más, ¿para qué invertir?
–Los críticos del ajuste sostienen, sin embargo, que después se hace interminable.
–Me parece que los argentinos tienen dificultad para elegir un líder y luego seguirlo sin cansarse enseguida.
–Los diputados disidentes de la Alianza le contestarían que el líder no cumple sus promesas electorales.
–No pienso eso, aunque acepto el dolor de los afectados por el ajuste. Yo estoy seguro de que a De la Rúa nada le gustaría más que no hacer el ajuste. Pero el ajuste había que hacerlo, y si no era de esta forma habría que haber recortado, por ejemplo, los recursos para educación.
–¿Usted no lo haría?
–De ninguna manera. Yo, y ésta es mi opinión personal, aboliría las Fuerzas Armadas. Sólo dejaría policías y gendarmes. Si la Argentina no tiene enemigos, ¿para qué quiere militares?

 

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