|
Por F.C. Lo tomaron como la confirmación de algo que ya intuían, pero igual festejaron. Para el ala política del Gobierno, que el jefe de la SIDE, Fernando de Santibañes, haya sido bajado del avión que transportó la comitiva oficial a Estados Unidos fue motivo de alegría, más que nada porque demostró palpablemente el relegamiento del ex banquero dentro del entorno presidencial. De todos modos, no creen que la situación marque una tendencia ni sea permanente. Está claro que hoy De la Rúa no lo quiere tener al lado porque le resta más que de lo que le suma. Pero cuando necesite el apoyo de los empresarios, seguro que De Santibañes reaparece, era la evaluación, escéptica, que ayer hacía un ministro del ala política. En principio, cuando se armó la agenda, De Santibañes era uno de los integrantes de la comitiva que acompañaría al presidente Fernando de la Rúa por su periplo norteamericano. El jefe de la SIDE tenía ganado su lugar, no sólo por los aceitados contactos que mantiene con hombres de negocios con oficinas en Wall Street sino también por sus periódicas visitas a universidades estadounidenses y su confesada intención de hacer de la central de espías una versión local de la CIA. Pero todo cambió a partir de sus declaraciones sobre la necesidad de continuar el ajuste, luego que se enteró de que no cerrarían la agencia Télam ni la imprenta del Congreso. De la Rúa se enojó y lo desautorizó a través de un comunicado. Fuera de la comitiva, De Santibañes anunció que comenzaría unas vacaciones en Chicago que luego empalmará con una visita oficial a Alemania, con lo que se mantendrá alejado de Buenos Aires y de sus problemas hasta fin de mes. Para peor, su butaca en el avión la ocupó el ministro de Infraestructura, Nicolás Gallo, uno de sus rivales en el gabinete. No hay dudas de que se creó un problema entre De la Rúa y De Santibañes, pero no puede decirse que sea definitivo. Ahí, cerca del Presidente, van y vienen según la época, evaluaba un funcionario con despacho en la Rosada. Por eso, porque entienden que el opacamiento de De Santibañes es momentáneo, en el ala política aseguran que no hay que bajar la guardia. Y la frase no está dirigida al ex banquero en sí sino a los intereses que sostienen vienen detrás de él. Por ejemplo, el peligro de la dolarización, un objetivo abiertamente buscado por algunos economistas enrolados en el liberalismo ortodoxo y que, para el ala política del gabinete, De Santibañes miraría con buenos ojos, aunque públicamente exprese lo contrario. Otro ítem es el de las políticas activas, una meta que el ala política quiere impulsar cuanto antes y que el ex banquero no ubica entre las prioridades de la economía. En la televisión dijo que la única política activa que impulsaría sería en educación, respondía ayer un indignado funcionario, cercano a Raúl Alfonsín. Fuera de la comitiva, De Santibañes se tomará unas vacaciones en Estados Unidos en las que podrá seguir estudiando los indicadores de una sociedad que gusta citar como ejemplo. De paso, podrá pensar cuál es la mejor forma de volver al círculo de confianza de su amigo, el Presidente.
|