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Las TELENOVELAS MEXICANAS Y VENEZOLANAS invaden la tele ARGENTINA
El culebrón ataca, una vez más

Las telenovelas importadas de cuño tradicional están de vuelta: �La casa en la playa�, �El país de las mujeres�, �Rosalinda� y �La vida en el espejo�. Enrique Torres, Nora Mazziotti y Raul Lecouna analizan la tendencia.

Thalía es la reina de los nuevos culebrones made in México.
Natalia Oreiro fue promovida aquí a su imagen y semejanza.


Por Julián Gorodischer

t.gif (862 bytes) Derraman lágrimas enormes que quedan detenidas en sus mejillas. No ahorran exhalaciones ni suspiros. Siguen maquilladas en la intimidad y nunca se quitan las pestañas postizas. Son heroínas de novelas tradicionales que durante un tiempo no estuvieron en la televisión argentina y ahora regresan, en bandada. Mientras la ficción hecha en casa esta dando títulos y trabajo a los actores, los enlatados se hacen cada vez más fuertes con una fórmula segura: son rentables para los canales y tienen seguidoras/es asegurados. �Rosalinda�, �El país de las mujeres�, �La casa en la playa� y �La vida en el espejo� confirman que la repetición y el trazo grueso no mataron al culebrón; le garantizaron su vigencia.
�Hoy las telenovelas mexicanas y venezolanas funcionan muy bien porque nuestro país se achicó en todo sentido�, analiza Enrique Torres, autor de éxitos como �Muñeca brava� y �Cabecita�. En ese marco, cuánto más transitados resultan una trama y un estilo de actuación, parece ser más provechoso el resultado. �Rosalinda� (lunes a viernes a las 16, por Telefé) lidera la franja de rating de las 14 y es casi un replicante de producciones anteriores de Thalía como �Marimar�, �María Mercedes� y �María, la del barrio�. Esta telenovela apela a un esquema bien clásico, una marca de fábrica que comparten todos los productos de Televisa �la mayor productora en Latinoamérica�: la niña pobre que se enamora del galán millonario (Fernando Carrillo). Thalía es una florista de barrio, y el suyo es un amor con obstáculos en el camino: una suegra rencorosa (Lupita Ferrer), una enfermedad mental, un entorno que subraya las diferencias de clase. Rosalinda es ingenua, un poco alelada, como si estuviera en todo momento fuera de sitio. 
Lo importante, para que su historia interese, es notar que ha nacido �iluminada�: una heroína con destino de pobre nunca serviría. Para despertar interés, estas mujeres deben revelarse como hijas de un padre millonario, desplegar un talento oculto que las haga famosas o enamorar -pese a todo� al galán que las sacará de la miseria. En el caso de �Rosalinda� �que aunque exitosa, no llega a la popularidad de �Marimar�� se unen todas las posibilidades: se convertirá en cantante, conquistará al galán y conocerá una filiación inesperada que todavía no le revelaron. El papel sirve a Thalía para combinar su doble condición de actriz y cantante, una fórmula que en la Argentina heredaron Natalia Oreiro en �Muñeca brava� y hasta Agustina Cherri en �Cabecita�. Que la heroína cante comienza a ser un requisito tan importante como que sea enamoradiza y sepa llorar con lágrimas verdaderas. 
�La historia de amor �explica la especialista Nora Mazziotti, autora del libro La industria de la telenovela� es un patrón clásico que Televisa repite desde hace cincuenta años. Hay una pareja a la que le cuesta mucho reunirse, sufre impedimentos y aplazamientos y, sobre el final, concreta su amor. La gente las sigue eligiendo porque tienen un poder de comunicación muy fuerte y niveles altísimos de ensoñación y fantasía. Aunque se las siga analizando con desprecio, van a seguir siendo exitosas porque a su público no le importa la mirada peyorativa.�
En �La casa en la playa� (lunes a viernes a las 14, por Azul), el planteo propone fidelidad absoluta a las reglas del género: un patriarca lega a sus hijos una abultada herencia con la condición de que vivan juntos en una casa apartada durante un año. El argumento pone en evidencia la clave que todo culebrón sigue como doctrina: las relaciones deben ser endogámicas y suceder, casi siempre, entre las mismas cuatro paredes. Por eso la mansión (sus escaleras, sus pasillos en los cuales alguien escucha algo indebido, sus dependencias de servicio) es un escenario tan privilegiado: habilita la existencia de mucamas para enamorar a los herederos y de algún familiar vil para configurar el triángulo. Según un artículo de la crítica Dana Calvo �del plantel de la revista Time�, �La casa en la playa� es furor en los Estados Unidos �emitido por Univisión� justamente porque no se propone innovar. Es un melodrama que no siente culpa de serlo ni intenta justificarse. Sus mujeres sufren con todo el cuerpo y sus villanos son malos sin pudor. Allí está su mérito. Esta historia ya ha sido reciclada cuatro veces, y siempre ha resultado exitosa. Tal vez porque �la telenovela �asegura Torres� puede tener comedia o vodevil mezclados, pero su esencia es el melodrama�. Sobre esa base, cada autor aporta. 
La venezolana �El país de las mujeres� (lunes a viernes a las 18, por Azul), agrega cierta reivindicación de género al formato clásico. Las cinco sobrinas de Arcadia Gómez han hecho un pacto: usarán sus encantos para seducir hombres y luego abandonarlos. Todas fueron defraudadas sentimentalmente y ahora quieren revancha. Se alían, se van a vivir juntas e intercambian estrategias e infidencias para defraudar a sus galanes
Es, sin duda, la mexicana �La vida en el espejo� (lunes a viernes a las 15, por Canal 13) la que más se anima a correrse del patrón sentimental. La produce Televisión Azteca, una empresa que hace frente a Televisa con historias menos edulcoradas y temas más espinosos. Primero impactó favorablemente con �Café con aroma de mujer� y ahora exhibe en la Argentina un producto en que no faltan amores a los 70 años, parejas gays y relaciones de mujeres con hombres jóvenes. Sin embargo, la transgresión formal esconde los recursos de siempre: el amor contrariado, el tercero en discordia y la diferencia de clase o edad como impedimento para �ser felices�. 
Esta novela es el reino de la corrección política: sobran defensas de las minorías sexuales y parlamentos a favor del amor a cualquier edad. Como su precursora �Café con aroma...�, tiene cierta tendencia a decir �lo que se debe� aunque con menor eficacia: las mujeres maduras siguen siendo deseables y compiten con las jovencitas, los gays son exitosos y defienden sus principios, los ancianos nunca se resignan a una vejez pasiva o decadente. Para Mazziotti, ese didactismo le juega en contra. �Cuando las telenovelas se ponen a dar cátedra dejan de funcionar�, dice. 
Raúl Lecouna, uno de los productores más importantes de la Argentina, es un vehemente defensor del género: �El melodrama es necesario y siempre va a tener un espacio. Las mexicanas y las venezolanas son todas parecidas: es el círculo del rico, el pobre, la heroína, el galán y el amor romántico. Son variaciones del modelo Heidi o Romeo y Julieta que nunca pierden público�. Lejos de enojarse con la buena performance de los culebrones extranjeros, aplaude: " Su manejo de los extremos funciona con cualquier público. Y convierte a estas historias en una garantía a prueba de fracasos�. 


Andrea, en una historia de telenovela

Como correlato de la expansión de los culebrones extranjeros, las telenovelas argentinas son protagonistas de una notoria retirada, a no ser que se tome en cuenta la vida privada de su última estrella, Andrea del Boca. En pantalla, sólo puede verse hoy �Cabecita� �de la dupla TorresLecouna�, que será sucedida por �Amor latino�, en etapa de preproducción. En reemplazo de la tira clásica, aparecen híbridos (cercanos a la comedia dramática) que ya no hacen eje en una pareja sino que despliegan una estructura coral. �Los buscas�, �Los médicos de hoy� y las series de Polka (�Campeones y �Primicias�) copan el territorio de la ficción con muchos otros elementos que trascienden al género. En 1990 eran doce los productos enmarcados en el amor romántico entre una pareja de protagonistas. La telenovela anunciaba un esplendor a prueba de todo, de la mano del clan Del Boca y las nuevas figuras (Araceli González, Gustavo Bermúdez, entre otros). Diez años después, la realidad es otra: apenas un título local y una andanada de propuestas foráneas. Claro que en la vida de Andrea del Boca hay una especie de culebrón real: está embarazada de cinco meses de un hombre que la dejó cuando se enteró de la novedad y ahora saldría con Lucía Galán, de los Pimpinela. Como corresponde, Andrea le dio la exclusividad de la noticia a un programa de Telefé, pero antes debió poner cara de piedra para negarla cuando le preguntó por la novedad, en otro canal, Mirtha Legrand. 

 

 

opinion
Por Enrique Torres *

¡Qué malos enemigos!

La subestimación a la telenovela existe únicamente en la Argentina. En el resto del mundo es un género muy valorado. Como dijo Umberto Eco en una entrevista, el 97 por ciento de las telenovelas puede ser basura. Pero también lo son el 97 por ciento de los libros y las películas. La basura no invalida a un género. Es el único tipo de programa que se puede hacer en la Argentina para que dé la vuelta al mundo; otra cosa no se vende.
Cuando a uno le gusta el fútbol, le puede gustar más una línea de juego que otra. Pero ante todo está el gusto por ese deporte. Con las telenovelas sucede lo mismo. Cada obra es una 
fotografía del autor: yo prefiero la ironía, la acidez y el manejo del absurdo en situaciones límite. Pero eso no quita que pueda gustarme un producto de Televisa. Son fenómenos populares que ya no admiten ser cuestionados. Simplemente pueden gustar o no. 
Quiero destacar que me molesta mucho asumir esta defensa de la telenovela, porque creo que el género no necesita 
defensores. Y no los necesita porque no tiene enemigos inteligentes. Mientras ellos no inventen un formato que la reemplace, ¡que viva la telenovela! 

* Guionista de telenovelas, entre ellas �Muñeca brava�, �Cabecitas� y varias de las que protagonizó su cuñada Andrea del Boca.

 

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