Se las suele llamar “carreras del futuro”, pero resulta que encabezan los índices de desempleo entre los universitarios. Comercio Internacional e Informática, con el 16,9 y 14,2 por ciento –respectivamente– de sus egresados sin trabajo, rondan muy de cerca al 15,4 por ciento de desempleo que afecta a la población del país y se alejan del 9 por ciento que alcanza por promedio a todos los graduados. A esta conclusión llegó un estudio realizado por investigadores de la Universidad Nacional de Tres de Febrero (Untref). Además de revelar qué carreras abren y cierran el ranking de empleo, la investigación advierte que la mayoría de los universitarios “subutiliza sus conocimientos” al estar empleada en trabajos mediocres. “La estructura ocupacional argentina no logra generar un nivel de empleos calificados que satisfaga las expectativas de la creciente cantidad de egresados. Entonces, la oferta de la fuerza de trabajo es bastante más educada de lo que la demanda de empleo necesita”, aseguró el sociólogo Marcelo Gómez, director del estudio.
El objetivo de la investigación fue analizar la inserción profesional de los graduados y relevar sus opiniones sobre el mercado de trabajo y la formación recibida en las universidades. Para ello, investigadores y estudiantes avanzados de Estadística encuestaron a 1149 personas graduadas en los últimos cinco años en diferentes instituciones nacionales. El análisis, que concluyó en marzo pasado, abarcó a 42 carreras de grado en las áreas de Comunicación, Ingeniería, Educación y Psicopedagogía, Economía y Administración, Comercio Internacional, Informática, y otras. Los resultados del estudio fueron publicados por la Untref en el libro El mercado de trabajo para los egresados universitarios recientes.
Entre la totalidad de los graduados, el índice de desocupación es del 9 por ciento, concluyó el estudio de la Untref, en coincidencia con una investigación difundida hace 15 días por el Ministerio de Educación. En diálogo con Página/12, Gómez analizó: “El período en que los egresados permanecen inactivos es menor de tres meses. No es que los egresados no tengan trabajo, sino que tienen empleos con bajos sueldos, por debajo de sus capacidades. Por eso –señaló–, las expectativas de cambio son constantes. Los egresados de Informática cambian de trabajo como de camisa”.
El pico de desocupación aparece entre los graduados en carreras vinculadas con la Informática y el Comercio Internacional: 14,2 y 16,9 por ciento. “El aumento espectacular de graduados en esas carreras excedió la capacidad de generación de empleos, que quedaron muy por debajo de las expectativas de modernización de las estructuras económicas y tecnológicas”, apuntó Gómez. La investigación advierte que “de ningún modo puede pensarse que las credenciales educativas de estas profesiones modernas hacen más empleables a los jóvenes graduados”.
En el otro extremo del ranking, los graduados en Psicopedagogía y Educación registran sólo un 2,4 por ciento de desempleo. Pero la cifra sería engañosa: “Oculta un importante grado de subocupación –alertó Gómez–. Los graduados trabajan, pero pocas horas: atienden un solo paciente por semana o trabajan para el sector público”. Las bajas tasas de desocupación también aparecen entre los contadores (7,8). Según los investigadores, esto se debe a cambios económicos como las reformas impositivas y la complejización tributaria.
Los graduados no culpan a su formación de las dificultades laborales, sino a factores personales y al contexto económico. De hecho, el 83 por ciento de los encuestados considera que su formación fue buena o muy buena. Sin embargo, un tercio la considera obsoleta en lo tecnológico. Los más críticos son los egresados de Comunicación e Informática: cuestionan la falta de aplicación práctica y el excesivo enciclopedismo de sus carreras. Para suplir esas falencias, el 60 por ciento de los graduados cursa posgrados, la mayoría en universidades públicas. El 4,5 por ciento de los encuestados nunca tuvo inserción profesional y el 12,5 de los ocupados no tiene un empleo vinculado con lo que estudió. “Los graduados realizan trabajos con una exigencia menor de la que están calificados. Abundan los analistas de sistemas trabajando como operadores de PC y los ingenieros dibujando planos”, contó el director. El dramático diagnóstico de la investigación es que 1 de cada 5 profesionales “no tendrá posibilidades de tener un empleo de carácter profesional”. Proporción que se eleva a 1 de 4 entre los graduados en Comunicación, Informática y Comercio Internacional. “La subutilización de conocimientos, con la dilapidación de recursos y esfuerzo social que implica, más la pérdida de productividad global, es un toque de atención para un patrón de especialización económica que no tiene en cuenta ni valoriza el capital humano de altas calificaciones que es capaz de producir nuestro país”, concluyeron los investigadores.

 

Para el tiempo libre...(si queda)

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