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NAZARENO FUE REELECTO PRESIDENTE DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA
Aquel hombre con autoestima a toda prueba

Gracias a su propio voto, como ya se le hizo costumbre, Julio Nazareno fue reelecto al frente del alto tribunal. Había empatado en cuatro votos con Carlos Fayt. El ex socio del estudio jurídico de Eduardo Menem seguirá secundado por Eduardo Moliné O�Connor.

La Corte Suprema en pleno. La mayoría fue funcional al menemismo y se recicló con la Alianza. �No es ético ni razonable�, advirtió hace años Petracchi y se opuso a que los ministros se votaran a sí mismos.
t.gif (862 bytes) Julio Nazareno consiguió ayer su reelección como presidente de la Corte Suprema de Justicia. Nazareno logró retener el cargo después de votarse a sí mismo, cosa que no hizo Carlos Fayt a pesar de que le hubiera significado alcanzar la presidencia del máximo tribunal. Con su nuevo mandato Nazareno seguirá por otros tres años más al frente de la Corte secundado por Eduardo Moliné O�Connor, quien también fue reelegido como vicepresidente.
La Corte renovó sus autoridades durante un acuerdo extraordinario que celebró por decisión del propio Nazareno, quien sorpresivamente convocó a la elección el martes por la noche con el argumento de que los viajes de varios ministros impedirían concretar un nuevo plenario hasta el 24 de noviembre próximo. Aunque varios integrantes del tribunal consideraron que se trató de una maniobra de Nazareno para asegurarse el cargo, el malestar no se tradujo en los hechos.
Nazareno y Moliné O�Connor se votaron a sí mismos y obtuvieron los votos de Guillermo López, Fayt y Augusto Belluscio. Fayt y Belluscio mantuvieron su voto a favor de la dupla ganadora a pesar de que podrían haber alcanzado la conducción de la Corte si lo hubieran hecho por ellos mismos. Es que a ambos los propusieron para presidente y vice Gustavo Bossert, Antonio Boggiano y Ricardo Petracchi. Adolfo Vázquez sólo votó por Fayt, el ministro de mayor edad.
En la elección de autoridades de la Corte, como siempre, pesaron más las internas derivadas de cuestiones personales que de posiciones políticas. �Tiene un estilo campechano ideal para el cargo de presidente que lo lleva siempre a buscar el consenso y evitar la confrontación�, fue la explicación que Fayt les dio a sus colaboradores sobre su decisión de votar a Nazareno a pesar de las diferencias políticas entre ambos.
Nazareno y Moliné O�Connor forman parte de la mayoría de ministros que sistemáticamente convalidó cada una de las medidas del ex presidente Carlos Menem que fueron recurridas ante la Justicia y que desde el cambio de gobierno acompaña sin mayores cuestionamientos la gestión de Fernando de la Rúa. De ese grupo, sin embargo, sólo los acompañó López, mientras que Boggiano y Vázquez apoyaron a Fayt.
Bossert votó al binomio Fayt-Belluscio, aunque su idea era que la presidencia de la Corte fuera rotativa y por períodos de un año. Vázquez adhirió a la iniciativa �que su colega había presentado ya sin éxito en la última elección de autoridades�, pero fue rechazada.
Belluscio presentó otro planteo que fue rechazado por �inoportuno�: que el cargo de presidente de la Corte debe ser ejercido sin plazos porque la Constitución establece que el Poder Judicial es independiente y está por encima de los cambios de gobierno. Como su opinión no se tuvo en cuenta, Belluscio votó la reelección de Nazareno, porque �es lo más parecido a una designación �sine die� (sin fecha)�, según confiaron después fuentes judiciales.
Con el antecedente de ser socio en el estudio de Eduardo Menem y haber pasado por diversos cargos en La Rioja, Nazareno entró a la Corte en 1990 cuando Menem amplió de 5 a 9 su número de miembros y en 1994 fue elegido como presidente del tribunal. Ya en aquella oportunidad se votó a sí mismo y en 1997 logró su primera reelección, aunque con una mayoría más holgada a su favor que en esta ocasión. �No es ético ni razonable�, advirtió en su momento Petracchi y se opuso a la posibilidad de que los ministros se votaran a sí mismos. Esta vez ya nadie dijo nada.

 


 

RIOJANO POR ADOPCION, SIEMPRE CERCA DEL PODER
El �Buby� Nazareno, un amigo

Por Susana Viau

El martes por la noche convocó a acuerdo extraordinario. Dos días más tarde, informó, se elegiría nuevo presidente de la Corte Suprema. La premura se justificó en los viajes al exterior que sus señorías tenían previstos. Ayer, ante el empate, el riojano Julio Salvador Nazareno se votó a sí mismo para la titularidad del tribunal. Esta blitzkrieg en la más alta esfera judicial no era más que la repetición de la que tuvo lugar hace seis años casi exactos, el jueves �día de acuerdos� 17 de noviembre de 1994, cuando tras largos conciliábulos nocturnos una porción de la Corte lo elevó al cargo que ahora renueva. 
En aquella ocasión, Enrique Petracchi y Guillermo López se presentaron a las 9 de la mañana sin imaginar lo que se había resuelto esa misma madrugada: Carlos Fayt abrió la reunión mocionando la fórmula Julio Nazareno-Eduardo Moliné O�Connor, de un menemismo sin fisuras. López le recordó que para que la propuesta saliera adelante, los dos candidatos tendrían que elegirse a sí mismos porque ni él, ni Petracchi, ni Augusto Belluscio ni Gustavo Bossert estaban por la labor. Y así fue nomás. 
Luego del escándalo, Nazareno ensayó una explicación inverosímil: �En mi elección no hubo injerencia de los hermanos Menem ni fue algo preparado. Por otra parte, hace doce años que dejé ese estudio�. Moliné, por su parte, optó por simular ingenuidad: �No está prohibido votarse a sí mismo�. Lo contrario, dijo, desembocaría en �una ética farisaica�. En verdad, ninguno de las dos máximas autoridades de la Corte hablaban para que se les creyera. Nadie ignoraba que �Buby� Nazareno, un catamarqueño afincado en La Rioja, había compartido el estudio jurídico con Eduardo Menem, el único de los dos Menem abogados que ejerció la profesión, aunque Carlos se defina como �jurista�. Luego, Eduardo, en calidad de ministro de Gobierno de la intervención provincial designada por la dictadura de Juan Carlos Onganía, lo nombró sucesivamente director de municipios, jefe de policía e intendente de La Rioja capital. En 1983, Menem Carlos, gobernador, lo introdujo en la Suprema Corte de la provincia. Por más que se le diera vueltas, el currículum del �Buby� Nazareno mostraba a las claras que el mayor mérito para su ingreso en la Corte radicaba en esa larga sociedad político-comercial con la familia que había alcanzado la cúspide del poder. No había sido, por supuesto, el único factor: el otro, de primer orden, aunque tampoco de carácter académico, se fundaba en la necesidad de Menem, Carlos, de controlar el juego, y a los jugadores también. Una estrategia de corto, mediano y largo plazo que tuvo entre sus elementos la ampliación del número de miembros del Tribunal Supremo, que pasaron de cinco a nueve. Uno de ellos iba a ser Julio Nazareno. En verdad, Nazareno, fiel a Eduardo, se ganaría el odio eterno del ex presidente al no dar luz verde para la re-reelección. Desde entonces, el presunto novio de Cecilia Bolocco no lo recibe ni lo atiende por teléfono. A ese enojo se sumó, en la esfera de la Corte, un incondicional de Menem, Carlos: Adolfo Vázquez, quien en la intimidad masculla el adjetivo de �traidor�. En estos diez años, Nazareno tuvo un puñado de tropiezos: el primero con sus arterias, que le jugaron una mala pasada durante un viaje presidencial a Siria; el segundo y el tercero con semáforos en rojo, cuyas multas fueron perdonadas por la policía después de escuchar al conductor invocar su condición de presidente de la Corte.
Lo cierto es que con Nazareno en Buenos Aires, la república había culminado el proceso de riojanización: Carlos Menem estaba al frente del Ejecutivo, Eduardo Menem en la cabeza del Legislativo y Nazareno en el Poder Judicial. Nazareno dixit: �Es una casualidad. Tampoco iba a dejar de aceptar por ser riojano�. Sus coterráneos, lejos de celebrar el hecho ironizaron: �Lo que no consiguió Joaquín V. González lo logró el Buby Nazareno�.

 

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