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opinion
�Al borde del colapso�

Por Manuel Terrádez 
y Marcelo Guouman *

 La mejor respuesta del Estado en contextos de crisis económica y social es la de canalizar los recursos de la sociedad para fortalecer el sistema público educativo. Por eso, hoy manifestamos nuestra preocupación por la delicada situación financiera que atraviesa el sistema público de universidades por la subejecución del presupuesto de este año, que coloca a muchas instituciones al borde del colapso presupuestario.
El Gobierno debe entender el rol estratégico que adquiere el conocimiento en el desarrollo integral de la Argentina. Nuestro país, azotado por una década de concentración económica y exclusión social, no puede darse el lujo de despreocuparse del futuro de sus generaciones. La situación presupuestaria actual es inadmisible dado que, si ha habido un sector castigado durante la última década de políticas menemistas, ha sido la universidad pública, que sufrió la �asfixia financiera� como política de Estado. Si en estas circunstancias no se hallan las respuestas apropiadas para solucionar el conflicto, si no se toma definitivamente la decisión de privilegiar la educación pública como uno de los puntales para la construcción de un país libre e igualitario, estaremos sepultando la lucha de las generaciones pasadas y los sueños de las futuras.
Igualmente, nos vemos en la obligación de señalar que en esta difícil coyuntura hay iniciativas positivas del Ministerio de Educación, como el planteo de una nueva Ley de Educación Superior, el desarrollo de un sistema de prácticas solidarias para los estudiantes, las propuestas de transformación del sistema, entre otras, que son indicativas de un rumbo acertado, que contiene y da respuestas a reclamos históricos de los universitarios y de la sociedad. Sin embargo, sin un piso presupuestario adecuado, muchas iniciativas serán abortadas. 
Por otra parte, queremos alertar sobre algunos oportunistas que, camuflados de �progresistas�, quieren lavar sus culpas recientemente pasadas, cuando se escondían o no decían nada, como los rectores menemistas de Misiones, Jorge Bettaglio, de Cuyo, José Martín, de San Juan, Romeo Platero, y la de otros que defendieron fervorosamente medidas claramente contrarias a la universidad como la sanción de la Ley de Educación Superior o los sucesivos recortes del presupuesto, como el diputado nacional Humberto Roggero.
Finalmente, señalamos la necesidad impostergable para el sistema universitario de que se cumpla el presupuesto votado por el Congreso, además de que el Presupuesto 2001 contemple las necesidades de las universidades.

* Presidente y vice de la FUA.


 

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