Principal RADAR NO Turismo Libros Futuro CASH Sátira
KIOSCO12


Los peronistas compiten para ver quién pega más

Para Ruckauf, la Alianza �está muerta� y �hay que velarla�. Según Lole, el Presidente hace un �terrorismo infernal�. El gobernador de Córdoba dijo que �la economía está mal�.

Carlos “Lole” Reutemann, duro con Fernando de la Rúa.
“Es el más flojo de los últimos tres presidentes.”

Tres de los cuatro presidenciales del justicialismo salieron ayer a pegarle duro al gobierno. El bonaerense Carlos Ruckauf sostuvo ayer que la Alianza “está muerta” y que el presidente Fernando de la Rúa “debe velarla”. Ruckauf volvió proponerle en público al jefe del Estado que se alíe con los mandatarios provinciales en vez de continuar la alianza que sello con el jefe del Frepaso, Carlos “Chacho” Alvarez. El santafesino Carlos Reutemann aseguró por su parte que el Presidente está ejerciendo “un terrorismo infernal” al presionar a los gobernadores del PJ para que apoyen sus medidas de gobierno. El cordobés José Manuel de la Sota reclamó una reducción de los impuestos para reactivar la economía “que está mal”.
“¿No será el momento, señor presidente, de reconocer la realidad?; no es hora de hablar de la Alianza. Sé que es duro ver un sueño hecho trizas, pero cuando algo ha muerto hay que velarlo y hay que construir algo nuevo en Argentina”, ironizó Ruckauf en un acto organizado por el Sindicato de Obras Sanitarias al que también concurrió la ministra de Trabajo, Patricia Bullrich. “Si (De la Rúa) insiste en negar la realidad en lugar de velar a la Alianza y hacer un cambio fundamental con los gobernadores, vamos a profundizar la crisis”, advirtió Ruckauf.
El bonaerense insistió una vez más en proponerle al Presidente establecer una nueva coalición, esta vez con los mandatarios provinciales. “Reconocer la muerte de la Alianza no es un acto de dureza, sino de sinceridad –desafió Ruckauf–, es muy importante reiterar que la mano del justicialismo está tendida al señor Presidente”.
Reutemann también se dedicó a criticar al gobierno nacional en las vísperas de su primer aniversario; “Ejerce un terrorismo infernal”. El mandatario santafesino agregó: “Nosotros (los gobernadores del PJ) firmamos un pacto fiscal antes de que asumiera De la Rúa y ahora rubricamos otro sin que se cumpliera el primero”. Según Reutemann, “a los gobernadores peronistas nos pidieron un gesto patriótico y lo dimos. Hubo una gran presión por parte del gobierno nacional. Nos decían que si no firmábamos el país entraba en cesación de pagos, que subía el riesgo país. Nos hacían responsables de semejante catástrofe”, enumeró.
Según el ex piloto de Fórmula Uno, el gobierno de De la Rúa es “el más flojo de los últimos tres presidentes constitucionales”. Después le dedicó una frase a su posible competidor en la interna del PJ, Ruckauf, del que dijo: “Está muy lanzado, aparece todos los días en la caja boba. Yo no tengo aparato ni dinero para hacer campaña”, apuntó.
Por su parte, De la Sota dijo que “le vengo pidiendo hace tiempo al Presidente que baje los impuestos para que baje el precio de los autos, y así se vendan más y las familias mecánicas no pasen una Navidad triste”.

 

OPINION
Por Enrique M. Martínez*

La función pública

La responsabilidad de un gobierno tiene dos niveles. Primero, debe administrar la cosa pública, aplicando el marco conceptual y normativo vigente, heredado de los gobiernos anteriores y ejecutado en sus detalles por una burocracia estable, que trasciende a los circunstanciales cargos políticos. Luego debe concretar los cambios en esa normativa, para expresar mejor su ideología sobre el modo de asistir los asuntos de los compatriotas. Después de un año de participar en el gobierno –primero en el legislativo y luego en el ejecutivo-. me queda claro que el menemismo instaló en el Estado una cultura muy peligrosa. Se machacó con la prédica del rol subsidiario y hasta superfluo del Estado, que chocó con la necesidad objetiva de la conducción o regulación o supervisión pública de muchos aspectos de la vida económica y social. El resultado del conflicto entre el dogma neoliberal y la realidad ha sido un Estado negador de su función, donde los funcionarios creen cumplir con su obligación eludiendo todo compromiso y en última instancia, frente a la presión social, responden con el discurso, nunca con la acción. Si no debiéramos existir, ¿por qué hacer algo?
En la actualidad, es poco menos que imposible encontrar quién se haga cargo de una demanda específica de una comunidad o de un ciudadano en particular. Mas allá de los colores partidarios, la burocracia pública tiende a considerarse cumplida si deriva el problema a otra área; si promete aunque no cumplirá; si puede explicar como observador, más que como protagonista.
Si el Estado recibido no tiene capacidad de administrar lo cotidiano, ¿qué valor tendrá cambiar el marco normativo? En realidad, ¿cómo podrá siquiera imaginarse que esto suceda?
Hay mucha gente del nuevo gobierno –aunque dispersa– que ha percibido la existencia de este serio problema. Las reacciones, sin embargo, han sido disímiles. En la mayoría de los casos ha sido imposible evitar la fuga hacia lo abstracto, en lugar del compromiso con lo concreto, que se basa en una teoría, pero que no reemplaza la realidad con ésta. El discurso de rebeldía sin propuesta; la propuesta de un nuevo organigrama salvador; cuando no la rebuscada justificación posibilista y resignada, han sido dominantes. Han faltado quienes apretaran los dientes y trataran de administrar la burocracia heredada, de cara a las necesidades populares. Este es el camino por el que se pueden llevar al límite las posibilidades actuales del Estado de servir a los compatriotas y corregir área por área, a partir de una mirada muy atenta a la incongruencia entre las normas y las demandas de la gente, deducida desde la práctica.
Argentina necesita un Estado capaz. Vaya si lo necesita y si le falta. Se lo construirá de a poco y entre muchos, sólo a partir del compromiso personal con el sujeto de carne y hueso que está del otro lado del mostrador. Allí aparecerá el nuevo modelo, tan en vano reclamado.

* Secretario de Pymes.

 

PRINCIPAL