| Por Eduardo Fabregat   Un zapping distraído 
        podría llevar a que el teleespectador sospeche de estar sufriendo 
        alucinaciones. La pantalla aparece ocupada por una serie tras otra de 
        animaciones lisérgicas, imágenes fragmentadas y loops visuales, 
        mientras los parlantes dejan sonar un soundtrack electrónico e 
        hipnótico, la música-pulso del fin de siglo. Manosear el 
        control remoto no servirá de nada: todos los lunes a las 23 y a 
        las 2, Fracto se apodera de la señal Locomotion, como 
        una ventana hacia una especie de universo paralelo catódico. Creada por Diego Ramos, Fracto es la primera producción 
        original de la señal del emporio venezolano Cisneros para el cono 
        sur, el nirvana de la cultura digital, según define 
        al programa Walter Zamora, director creativo de Locomotion. La definición 
        suena a demasiado, pero sí es cierto que lo que se ve en Fracto 
        estaba hasta ahora limitado al formato de internet, donde abundan los 
        sitios de animación en Flash y Shockwave basados en músicas 
        nuevas. Su debut en TV se produce asociado con sellos alternativos del 
        género electrónico que, también, utilizan a la web 
        como plataforma de lanzamiento: en el primer episodio (el ciclo estrena 
        uno por mes) se vio y escuchó material de Boeing (Estatus Discos) 
        y O Com, de Boozo Music, en una ceremonia que exige buen volumen de audio 
        y una sala absolutamente a oscuras.
 El concepto de Fracto es interpretar la música 
        a través de recursos visuales sincronizados, evocar una sensación 
        de bienestar a través de imágenes rítmicas, 
        sostiene Zamora. Ahora todo el mundo tiene una buena excusa para 
        encender el televisor y divertirse un lunes por la noche. La diversión 
        puede volverse inquietante con ciertos pasajes algo taquicárdicos, 
        pero nadie le puede negar a Fracto su carácter innovador 
        en un sistema televisivo que, a esta altura de los acontecimientos, parece 
        tenerlo todo cubierto.
 No es casual, por otra parte, que su vehículo sea Locomotion, hoy 
        por hoy una de las mejores señales de la TV paga, que en este fin 
        de años sigue desembarcando en el medio argentino de modo paulatino: 
        sólo DirecTV y Telecentro la emiten 24 horas, mientras que Cablevisión 
        abre una señal de 0 a 12 y Multicanal sólo la distribuye 
        para algunas localidades del interior. De todos modos, es un buen avance 
        con respecto a la situación de las recientes Jornadas de Cable, 
        en las cuales los operadores locales ofrecían probar 
        con bloques matinales. Lo cual, claro, no terminaba de cuajar con un contenido 
        que va de la corrosiva South Park a la inquietante Evangelion 
        (y otros exponentes notables del animé japonés como Blue 
        Seed, Those Who Hunt Elves Bubblegum Crisis: Tokyo 
        2040 y Akira), del ácido Duckman 
        y la desesperación de la inglesa Stressed Eric a la 
        degeneración social (animada en plastilina) de Crapston Villas 
        a los violentos garabatos de Cuttlas, pasando por los ya clásicos 
        Ren y Stimpy.
 Ni hablar, entonces, de Fracto, un producto que apunta directamente 
        al target principal de Locomotion: jóvenes a los que el formato 
        televisivo usual ya les resulta insuficiente y hasta anticuado, y que 
        buscan en la animación el riesgo y experimentación que pocas 
        veces se encuentra en el resto del espectro. El siguiente paso al que 
        apuntan los creadores de Fracto será la incorporación 
        de música especialmente compuesta para cada episodio, apelando 
        para ello a esas oscuras estrellas/gurúes electrónicos que 
        hacen poblar las pistas de baile en trance de todo el planeta. Como necesario 
        complemento, en www.locomotion.com pueden verse no sólo los avances 
        de cada capítulo, sino también bucear en una buena serie 
        de links a los sitios donde la lisergia visual es un concepto corriente. 
        Y saludable.
 |