Principal RADAR NO Turismo Libros Futuro CASH Sátira
NO

todo x 1,99

Clara de noche
Convivir con virusBoleteríaCerrado
Abierto

Ediciones anteriores

 

Jueves 11 de Mayo de 2000
tapa tapa del No

EL CANTANTE DE ATTAQUE 77 Y EL EX GUITARRISTA DE LEGIAO URBANA, JUNTOS EN BUENOS AIRES

Cuando Ciro conoció a Dado

Los fans de Attaque lo sabrán muy bien: Ciro Pertusi no pierde oportunidad para demostrar su admiración por la banda brasileña de culto que lideró en vida el gran Renato Russo. Admiración que se tradujo en dos versiones de otras tantas canciones de Legiao. Pero Ciro nunca se había encontrado con uno de aquellos músicos de la banda que, según declara aquí, le abrió la cabeza. El No presenta, entonces, una que es casi, casi de “Sorpresa y media”.

TEXTO: MARTIN PEREZ
FOTOS: RAFAEL YOHAI

Sucedió el jueves pasado, en el primer piso de un flamante apart-hotel de la avenida Corrientes, a unos pasos del Obelisco. En un bar ambientado con fotos de famosos y totalmente vacío, desde la única mesa ocupada dos rockers intentaban recordar la letra de un furioso tema compuesto hace casi dos décadas en Brasilia. Uno –el ex-guitarrista del grupo que hizo famoso aquel tema– tarareaba la música, y el otro –un rocker porteño que nunca dejó de anunciar a los cuatro vientos su fanatismo por aquel grupo, sin importarle que fuese poco menos que desconocido aquí– se esforzaba en recordar la letra. Ante la mirada incrédula y fascinada del cronista del No –único testigo de la reunión y gestor del encuentro–, el tema de Legiao Urbana terminó de ser rescatado de la memoria de Dado Villa-Lobos y Ciro Pertusi, los protagonistas de la anécdota. “Cuando nacimos fuimos programados/ a recibir lo que ustedes nos obligaron/ como los enlatados de USA, de 9 a 6”, recitaron juntos, recordando la letra de “Generación Coca Cola”, el primer hit de un grupo mítico para una generación de jóvenes brasileños criados con el sonido del rock de los ochenta. Legiao Urbana fue una banda tan poderosamente influenciada por el rock inglés y por su propio sonido, que su música nunca salió del Brasil pero que fronteras adentro creó todo un mito a partir de la figura de su líder, Renato Russo. Trágicamente fallecido hace casi un lustro, víctima del sida, la desaparición de Russo significó el final del grupo, pero no así del mito. Un mito que en Argentina tiene por único y silencioso embajador a Attaque 77, que en sus últimos discos se preocupó por incluir versiones en castellano de Legiao Urbana: “Fábrica” en Amén (1995), y “Perfección” –nada menos que el tema que abre el disco- en Otras Canciones (1999). “Descubrir a Legiao Urbana me abrió la cabeza”, le confesó Ciro a Dado Villa-Lobos, que en su corta visita porteña recibió un curso acelerado de rock argentino, ya que no sólo se reunió con por primera vez con Pertusi sino que terminó arriba del escenario de La Trastienda junto a los Paralamas, con Charly García y Ricardo Mollo al lado (ver pag. 8). “Es una vergüenza que sepamos tan poco los unos de los otros”, dice Villa-Lobos, que se sorprendió al enterarse que Attaque 77 era un grupo con una carrera de una década y una decena de discos. “Y yo los vengo a conocer recién ahora...”, se lamentó. “Cuando me vienen a preguntar cuál sería el lugar de Legiao Urbana en Brasil, yo suelo responder que son como los Redonditos de Ricota acá”, explica Ciro, que luego de semejante frase debió ponerse a explicar el fenómeno de Patricio Rey para un confundido Dado. Sin embargo, el líder de Attaque 77 no exagera con su comparación. Para comenzar, la música de Legiao Urbana –al igual que la de los Redondos– no tiene nada del sonido clásico de su país, y no es exportable. Si los Redondos no suenan tradicionalmente argentinos para el oído incauto y extranjero, Legiao no suena brasileño por ningún lado. Sin embargo, la música de cada uno es inconfundible –e irresistible– cuando se penetra en su particular mundo. Al mismo tiempo, y al igual que los Redondos, el fanatismo creado alrededor de su música –jamás marketineado por el grupo– los obligó a tocar cada vez menos, porque su convocatoria siempre generaba disturbios. “Grupos como Paralamas, por ejemplo, tuvieron épocas de grandes convocatorias, y tiempos de menos predicamento. Son las reglas del negocio del espectáculo. Pero con nosotros nunca fue así. Nuestro público siempre fue creciendo cada vez más, hasta hacerse incontrolable”, cuenta Villa-Lobos. Tantas semejanzas con los Redondos, sin embargo, no debe hacer pensar que su música es parecida. Nada de eso. Mientras que la de los Redondos tiene sus fuentes en el rock clásico, la historia de Legiao Urbana comienza con el punk. Y donde la poética aguerrida del Indio Solari construye muros contra los que resuenan frases de barricada enigmáticas y poderosas, las letras de Renato Russo son decididamente directas y confesionales, y su enigma está más en la libertad de su construcción. “Nuestra música fue perdiendo los estribillos disco a disco”, confiesa Dado. “E incluso las rimas, porque las letras de Renato en el último tiempo no parecían versos de canciones, sino leídas directamente de un diario personal”, se entusiasma Ciro. “Es que nosotros componíamos de un modo muy particular”, explica Dado. “Primero hacíamos la música a partir de un título que se le ocurría a Renato. Como, por ejemplo, ‘La montaña mágica’, que es el título de un libro de Thomas Mann. La terminábamos por completo. Y recién dos meses más tarde aparecía la letra, que encajaba perfectamente con la música. Y eso también sucedió en hits como ‘Pais e Filhos’, con un estribillo muy bonito que encajó con la música perfectamente, pero mucho después.” Formado en Brasilia al comenzar los ochenta a partir de las cenizas de un grupo punk llamado Aborto Eléctrico, Legiao Urbana se creó alrededor de Renato Russo, un obseso del rock’n’roll que –entre la desaparición de su primer grupo y la formación del otro– llegó a tocar como cantautor (“a lo Dylan”, recuerda Dado) abriendo sólo con su guitarra en recitales punks. “Tocaba temas como ‘Faroeste Caboclo’ o ‘Eu Sei’, que luego formaron parte del tercer disco de Legiao, un disco en el que también grabamos temas rescatados de la época de Aborto Eléctrico”, explica Dado, lo que lleva a Pertusi a aclarar que fue precisamente ése el primer disco que llegó a sus manos. “Fue al comenzar los noventa, gracias a un flaco de Rosario que compró unos shows de Attaque”, precisa. “Tenía nuestra edad, y nos invitó a comer en su casa. Llegamos y estaba sonando ‘Que país é este’, el tema que da nombre al disco. Le preguntamos qué era eso, de dónde lo había sacado, y el pibe nos dijo que le había pedido a su viejo que le trajera de Brasil lo que más se escuchaba allá. El viejo le trajo Lies, de Guns’N’Roses, y Que país é este, de Legiao Urbana. Y de los dos, obvio, yo me quedé con el de Legiao. Esa misma noche, el Chino me tradujo las letras de los temas. Y cuando escuché los temas acústicos, mi cabeza hizo ¡tac! Y eso después ayudó a que nos pudiésemos abrir a otras músicas, porque descubrimos canciones con esa cosa natural y directa que tiene el punk, pero sin necesidad de distorsión.” Nacido en Bruselas, Villa-Lobos es un hijo de diplomático que paseó su infancia por Montevideo y París antes de recalar en Brasilia, con futuro de sociólogo. Hasta que la música de Aborto Eléctrico le cambió la vida. “Verlos fue darme cuenta, instantáneamente, que eso era lo que quería hacer con mi vida. Fue eso, y escuchar It’s Alive de los Ramones”, se ríe recordando. Quince años más tarde, el ex-guitarrista de Legiao Urbana tiene familia y dos hijos, un buen vivir gracias a su carrera musical y es un productor independiente, con sello y estudio propios, decidido a no formar nunca más una banda de rock. “Suficiente con Legiao Urbana”, afirma. Ciro Pertusi, como fan pero también como músico a su vez, asiente. “Hay que lograr una química especial para estar en una banda, y en Legiao se notaba que sus integrantes eran muy diferentes, pero que la música los unía. Y eso es muy difícil de repetir”, agrega Pertusi, que deja sorprendido a Dado por sus precisiones con respecto a la carrera de la banda. Por eso, cuando se trata de homenajearlos, por su parte, Attaque 77 no comete semejantes errores.” ‘Perfección’ está muy bien”, asiente entusiasta Dado, que no sabía nada de la versión de “Fábrica”. Y mucho menos de “Daniel en la cueva de los leones” y “Natalia”, que el grupo suele tocar en las pruebas de sonido. Por eso, el final de la primera reunión entre un Attaque y un Legiao llega con la pregunta de por qué el grupo de Ciro no graba un EP con covers de Legiao producido por Dado Villa-Lobos. “Eso sería como un sueño”, dice Pertusi. “Me encantaría”, responde Dado. “Lo podríamos grabar en mi estudio de Río”, propone además. Evidentemente, esto recién comienza.

Los discos de Legiao Urbana son diez, entre los que se recomiendan “Dois” (1986), “Qué país é este” (1987) y “As quatro estaçoes” (1989). Los últimos lanzamientos del grupo fueron un Grandes Exitos y un Acústico MTV. Buscando, buscando, se consiguen en algunas disquerías porteñas. Atrevete.