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COMENTARIOS SOBRE
LA TEORIA PSICOANALITICA DE LAS PERVERSIONES 
�Porque tu cuerpo es metáfora de mi goce� 

Una explicación del recorrido que va desde las perversiones, como �picante en el menú� de la sexualidad de cada uno, hasta la perversión que se constituye en el eje de la organización psíquica de algunas personas.

Seguridad: �Si querés causar placer a tu partenaire sexual, es muy difícil saber si lo lográs. En lo que hace al dolor, sí podés estar seguro de causarlo�.

Por Daniel Piasek *

En sus Tres ensayos para una teoría sexual, Sigmund Freud escribe que en ninguna persona falta algún elemento que pueda designarse como perverso. Podemos distinguir las perversiones como condimento en estructuras neuróticas �según cómo cada quien acepte o necesite el picante en su menú� o bien como cuestión estructural. Por ejemplo, en más de una oportunidad escuchamos, en nuestro consultorio, el caso de personas que no han podido jamás dominar el estímulo masturbatorio de los genitales, y aun en sus matrimonios necesitan, al cabo de una relación sexual, un episodio a solas en el baño. Una actividad como ésta u otras similares, desarrollada con cierta regularidad en la vida de un sujeto, no alcanza para determinar si se trata de una perversión. En cambio, podemos afirmarlo cuando toda la vida del sujeto está entregada a la renegación de la falta.
Jacques Lacan sostiene en su Seminario I (�Los escritos técnicos de Freud�) que �la perversión es una experiencia que permite profundizar lo que puede llamarse en su sentido pleno la pasión humana, es decir eso por lo cual el hombre está abierto a esa división consigo mismo que estructura lo imaginario, la relación especular. La relación intersubjetiva que subyace al deseo perverso sólo se sostiene en el anonadamiento, ya sea del deseo del otro, ya del sujeto. El otro sujeto se reduce a no ser más que instrumento del primero, que es el único que permanece sujeto como tal, pero reduciéndose él mismo a no ser sino un ídolo ofrecido al deseo del otro. El deseo perverso se apoya en el ideal de un objeto inanimado. Pero no se contenta con su realización, pues, si sucede en ese momento mismo pierde su objeto, cuando lo alcanza�.
Freud escribió acerca de la neurosis como el negativo de la perversión: el neurótico fantasea lo que el perverso actúa. En términos de Lacan, el fantasma habitante de las estructuras neuróticas es perverso.
El sujeto perverso reniega de su noción de la madre como deseante. El esfuerzo de la perversión está dirigido a no extraer consecuencias significantes acerca de su saber de la falta. No obstante, en un principio tuvo que reconocer la falta, aunque más no fuera para hacerla efecto de la renegación. El fetichista, por ejemplo, es quien nada quiere saber de lo que ve. Es precisamente con el objeto fetiche que obtura la noción de esa falta de la mujer (madre). 
En su Seminario XIV (�La lógica del fantasma�), Jacques Lacan dice que debemos pensar el goce comprometido en la perversión en relación con la dificultad del acto sexual. Distingue las estructuras neuróticas de las perversas en relación con la diferencia en la cicatriz que el complejo de Edipo deja en cada una de ellas: �A nivel de la disyunción entre cuerpo y goce, la función del sujeto, es al nivel de esta partición que interviene típicamente la perversión�. Lo que en ella se acentúa, en el intento de volver a juntar el goce y el cuerpo separados por el significante, es que �en el acto sexual hay para cualquiera de los dos partenaires un goce, el del otro, que queda en suspenso�. Y �el hombre se encuentra más efectivamente que la mujer capturado en las consecuencias de esta sustracción estructural de una parte de su goce�. Leemos esta diferencia relativa a los dos sexos no sólo por la posición del hombre respecto de la castración, sino también por la ventaja, respecto de esta sustracción del goce, que se juega en la mujer en relación con la maternidad. Espacio, el de la maternidad, al cual, con la enseñanza de Lacan se le otorga el de ser singular para la mujer, como aquel en el cual puede jugarse su perversión. 
Lacan hablaba del contrato que se juega entre el masoquista y el sádico: no hay uno sin el otro. En el acto sádico se sostiene: �Yo gozo de tu cuerpo; tu cuerpo deviene la metáfora de mi goce�. Pero, como apuntamos antes, en el acto sexual hay otro goce que está a la deriva.
En ese contexto creemos poder señalar una debilidad, si el término se nos permite, de la perversión, del deseo perverso, respecto de las neurosis. El neurótico varón suele tener cierta incertidumbre acerca de su capacidad de alcance, de convocatoria a ese otro goce de su partenaire, la mujer en el acto sexual. La gama puede ir desde aquellos a los que les importa poco y se contentan con algunos gemidos de la dama, sean verdaderos o falsos, hasta quienes se angustian enormemente buscando las vías del éxito y no pueden evitar preguntar al cabo de cada relación, a su dama, por los resultados.
Estas cuestiones se arman también de a dos, y remito a quienes lo recuerdan a esa maravillosa escena en una mesa de restaurante de la película Cuando Harry conoció a Sally. El se niega a aceptar lo que la dama le dice sobre la facilidad con que una mujer puede fingir un orgasmo. Entonces ella pasa a la acción: comienza a gemir, contorsiona su cuerpo, golpea el plato con su tenedor. Por supuesto, de todas la mesas los están mirando asombrados (la cara de escozor de él es inolvidable). Los gritos de ella se van aplacando, ella da un largo suspiro y sonríe mirándolo satisfecha. La escena no concluye ahí, sino que se muestra a una señora que llama al mozo para pedir ¡que le traiga lo que está comiendo la chica de la otra mesa!
La distinción entre el deseo neurótico y el perverso se funda en una intolerancia radical respecto de ese goce a la deriva del partenaire. En su escrito �Kant con Sade�, Lacan se ocupa de una voluntad de dominio para el goce. En el contrato sadomasoquista se juega un intento de dominio del goce que podría expresarse así: �Si querés causar placer a tu partenaire, es muy difícil saber si lo lográs. En lo que hace al dolor, sí podés estar seguro de causarlo�.
Freud, guiado por el estudio de las perversiones, arribó a la noción de pulsión parcial, que aplicó luego al estudio de las neurosis. También planteó el concepto de madre fálica para la lectura del complejo de castración. En textos como �Lo siniestro� y �La cabeza de medusa�, Freud cita a Ferenczi al observar que la cabeza decapitada de Medusa simboliza el efecto terrorífico de los genitales castrados de la mujer, pero con la aclaración que no de cualquier mujer, sino de la madre. De esa comprobación reniega el perverso, como renegó del deseo de la madre por el padre.
En los análisis observamos que, en la transferencia, las cosas no transitan como en la neurosis. O bien el pedido de análisis no se transforma nunca en demanda, es decir no accede a su decir en falta, no asocia, o bien, si se instala ese índice del sujeto supuesto al saber, signo de entrada al análisis, asociaciones, implicación, hay un tono, un matiz diferente. El tratamiento no avanza, no del modo en que el neurótico construye su fantasma y lo atraviesa en el recorrido del análisis.
En ese punto puede funcionar la fórmula según la cual el perverso angustia al neurótico: el perverso pretende que el Otro cargue con la barra, la falta de la queél reniega. Así, si ante las psicosis el analista no retrocedería, en las perversiones quien retrocede, por una cuestión de defensa, es el sujeto perverso.
Cuando se abrieron al mundo los mecanismos de lo inconsciente aportados por Freud, cesaron, en parte, las teorías más delirantes de lo que se llamaba enfermedad mental. En cuanto a las perversiones, no sólo se hablaba de genética, de condiciones innatas, sino incluso de �cerebro de mujer en el cuerpo de un hombre�. Freud escribe en sus Tres ensayos... que sencillamente no sabemos lo que es �un cerebro de mujer�. Esa condena seudocientífica guarda relación con cierta envidia que puede promover el perverso con su aparente certeza acerca del goce, a diferencia del neurótico que siempre duda sobre sus vías de acceso. Condena que denuncia uno de los mecanismos mejor descriptos por el análisis: cuanto más se desea algo, más se desatan, sobre lo así deseado, severas represiones.

* Fragmento de un trabajo presentado en el Coloquio de Verano de la Escuela Freudiana de Buenos Aires (EFBA), enero de 2000.

 


 

CRITICA A LA NOCION DE �AFECCIONES NARCISISTAS�
�Teoría funcional al poder�

Por Norma Slepoy *

En los últimos tiempos circulan ideas que, caracterizando al sujeto actual como aquel que sigue los dictados de la búsqueda de poder, del individualismo, egoísmo, exitismo, lo designan como �narcisista�. En algunos casos se opone este nuevo sujeto narcisista al sujeto de la culpa, que ya pertenecería al pasado.
Ante todo, desde una perspectiva psicoanalítica, el término narcisismo tiene una connotación específica que no es asimilable a otros usos del mismo en la vida cotidiana o en descripciones de sesgo sociológico o filosófico que no tienen en cuenta la noción de inconsciente. Esta noción nos permite encontrar las determinaciones inconscientes en vínculos que se manifiestan como narcisistas y que, sin embargo, remiten a configuraciones edípicas. El psicoanálisis del poder que aparece en lo manifiesto de estos vínculos no arriba a un supuesto sujeto narcisista anterior al Edipo y a toda ley, sino al que Michel Foucault, y también Sigmund Freud, encontraron en el Edipo Rey.
No se trata de un nuevo sujeto más allá de toda ley, sino de un sujeto que, ayudado por la dinámica del conjunto, trata de desconocer la ley. Si no nos damos cuenta de esto, podríamos ser cómplices, sin saberlo, de ese poder que se opone a la verdad, ya que, en lugar de develar el funcionamiento en que ha incurrido el conjunto, inventaríamos un sujeto a la medida de un funcionamiento sin ley. De este modo, participando de un vínculo narcisista que en última instancia transgrede la ley de prohibición del incesto, contribuiríamos a ocultar que está siendo transgredida otra ley relacionada con ella, la ley del derecho que es la que regula el funcionamiento del conjunto social.
Según ciertas formulaciones acerca de un �cambio en la psicopatología�, la población actual de pacientes se distinguiría por presentar afecciones de tipo �narcisista�, caracterizadas por un déficit en la conformación del sujeto y no por el conflicto. Al considerar que se trata de cambios estructurales ya acaecidos en el sujeto, estos planteos no advierten que están cristalizando procesos que dependen de una dinámica del conjunto.
Estas concepciones contienen la paradoja de consolidar, en aras del progreso y lo nuevo, viejas aspiraciones del poder, al que siempre le son funcionales los sujetos uniformados, estáticos, sin conflictos que los impulsen a formularse preguntas que puedan llevar a cuestionarlo.

* Psicoanalista.

 

 

POSDATA

Weil. �Conmemorando a Simone Weil�, con Alvaro Abós, Alejandro Kaufman, Eduardo Grüner, Hugo Mujica, Diana Sperling y Diego Zerba en Centro Psicoanalítico Argentino, el 17 a las 20. Uriburu 1345. Gratuito.
Violencia. Curso �Abordajes interdisciplinarios en violencia familiar�, en el Hospital Alvear, desde el 16 de 9.30 a 12. 4521-0832/8985.
Aborto. �Interrupción de un embarazo: mujeres y varones frente al aborto�, con J. C. Volnovich y M. Rosenberg, el 18 a las 20. Av. de Mayo 950. Gratuito.
Falta. �La lógica de la falta: privación, frustración, castración�, por Víctor Iunger en EFBA, desde el 12 a las 17.30. 4802-1803.
Pánico. �Síndrome de pánico�, por David Szyniak, el 20 de 14 a 18. 4772-5996.
Infancia. �Problemáticas clínicas en trastornos graves en la infancia�, por Gustavo Rossi en Facu de Psico, desde el 12 de 18 a 20. 4931-6900.
Arte. �Arte-psicoanálisis� en Discurso Freudiano: el 15 a las 19, Duchamp; el 22, Van Gogh; el 29, Cézanne. 4772-8997.
Pensamiento. Grupos de lectura con Rubén Ríos: �De Nietzsche a Badiou: crisis de la filosofía tradicional�. 4863-0193.
Mediación. �Mediación, negociación y administración de conflictos en las organizaciones�, desde el 12 por Juan Tausk en la UBA, 4508-3805 int. 164.
Aprendizaje. �Problemas de aprendizaje�, curso del equipo de psicopedagogía del Hospital Paroissien, desde el 17 a las 8.30. 4486-6003.

Mail de estas páginas: [email protected] . Fax: 4334-2330.


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