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JACQUES LACAN Y SIGMUND FREUD DIFERIAN EN SUS CONCEPCIONES DE LA FEMINEIDAD
�Metáfora, punto negro, el clítoris�

�Las mujeres debemos a la teoría de Lacan el haber legitimado nuestro goce específico y el psicoanálisis le debe, en cuanto a la femineidad, el haberse liberado de la denominada envidia del pene�: así lo sostiene la autora de este ensayo, que aporta nuevos comentarios sobre la sexualidad femenina a partir de la obra de Jacques Lacan y del testimonio de una célebre paciente de Sigmund Freud.


Por Rebeca Hillert *

En el trabajo de Silvia Fendrik publicado en esta sección el 7 de este mes, bajo el título �Lacan, entre falocéntricos y vaginales�, la autora no se refiere a los seminarios de Jacques Lacan posteriores a �Encore�. En el que dictó tres años después, �El sinthoma�, desde la primera clase habla de la mujer, comenzando por Eva. Elijo dos citas: �He hablado recién del botón. Esto debe tener, así, una cosita que ver con la manera con la que se llama algo, un órgano. El clítoris, para llamarlo por su nombre, es en este asunto como un punto negro, digo punto negro, metafórico o no. Por otra parte, esto tiene algunos ecos en el comportamiento que no se nota bastante de lo que se llama una mujer. Es muy curioso que una mujer se interese tanto en el punto negro, justamente. Es precisamente lo primero que ella hace a su muchacho: es sacarle los puntos negros. ¿Es que esto es una metáfora de que su punto negro, el de ella, ella no quisiera que tuviera tanto lugar?�.
Casi como al margen, y en contra de la divulgada posición feminista, Lacan ubica un deseo femenino desabotonado, un goce de los ojales al infinito.
Otra cita: �No hay equivalencia [en la llamada relación sexual] ¿No es eso lo que nos demuestra lo que se llama �es otro uso del término� la clínica, es el caso decirlo: la cama? (...) Me he permitido decir que el sinthoma, esto es muy precisamente el sexo al cual no pertenezco, es decir una mujer. Si una mujer es un sinthoma para todo hombre, es completamente claro que hay necesidad de encontrar otro nombre para lo que es del hombre para una mujer, puesto que justamente el sinthoma se caracteriza por la no-equivalencia. Se pude decir que el hombre es para una mujer todo lo que les guste, a saber una aflicción peor que un sinthoma; pueden ustedes articularlo como les convenga: incluso un estrago�.
Porque el varón tiene como padre la función de privar a la madre de sus hijos, vástagos (estrago = devastación); pero además si por él fuera la haría sierva del pene, o sea ocupada en erigirlo, endiosarlo y cortarlo, vigilar las flaquezas de su potencia. Y eso es realmente un estrago para ella. En ese lugar la dejó Freud: con su envidia del pene.
Las mujeres debemos a la teoría de Lacan el haber legitimado nuestro goce específico. Y el psicoanálisis le debe en este punto tan importante, la femineidad, el haberse liberado de la mentada envidia. No voy a dejar pasar esta oportunidad, para destacar la diferencia en la clínica, entre Lacan y Freud. Voy a dar un ejemplo de cómo hacía de obstáculo la concepción freudiana. Lo tomo del libro Tributo a Freud, de Hilda Doolittle, paciente de Freud, en el año 1933. 
Ella sueña: �Era una mujer morena. Usaba un ropaje de color claro, amarillo o anaranjado. Lo llevaba envuelto en torno de sí como si fuera de una sola pieza, como un sarí puesto como sólo puede ponérselo una dama hindú de la casta más alta. Pero no es india, es egipcia. Aparece en lo alto de una escalera larga; los escalones de mármol descienden hasta un río. No lleva ningún ornamento, ni anillo ni cetro que muestren su calidad, pero cualquiera sabría que es una Princesa. (...) Yo, la que sueña, espero al pie de la escalera. No tengo idea de quién soy ni de cómo he llegado allí. No hay antes ni después, es un momento perfecto en el tiempo o fuera del tiempo. Hay algo, empero, que me preocupa. Estoy esperando debajo del último escalón. Allí, en el agua, junto a mí, hay un cesto achatado o un arca o una caja o un bote. Por supuesto, hay un niño en él. La Princesa debe encontrar el niño. Yo sé que ella lo encontrará. Yo sé que protegerá y abrigará al niño y esto es lo único que importa�.
Freud le pregunta si ella es en el sueño el niño en la canasta. Ella lo niega. Luego pregunta si no será Miriam. Pero, después de todo, ¿no será niño, ella en su fantasía?, el creador de una nueva religión. Ella asociacon una escena infantil. Se ve jugando con una muñeca, en el estudio de su padre. El padre, distante, inalcanzable, alejado. La Virgen, el Niño, que está en sus brazos.
Pero el niño está en peligro. Freud, también. La Princesa Bonaparte lo ayudará. Las mujeres son las adoradoras, las salvadoras, pero el Profesor no escucha. ¿Cómo escuchar que le atribuyen el lugar de un bebé? Hilda Doolittle no envidia. Parirá poemas, novelas. No es ella la que está en peligro de muerte, es el niño, �lo único que importa�. A poco de nacer, murió su hijo. Ella enfermó de gravedad durante su segundo embarazo: viviría ella o el niño. En un breve lapso de tiempo falleció su padre, su hermano, su madre, su pareja. En la prehistoria, otro bebé muerto: el primogénito de la madre. 
No es seguro que se salve el niño, está amenazado. El trabajo del sueño procedió invirtiendo las certezas. La princesa no se muestra como tal y, en cambio, es el niño, �por supuesto�, el que está en la canasta y será protegido. En su deseo, se salva el niño.
Otro sueño de H. D.: �Sueño con Havelock Ellis con su barba blanca. Una vez habíamos hablado de viejas casas públicas inglesas, o cantinas, como las llaman. Continuamos con esa conversación. No recuerdo dónde llegábamos, pero él habla de las �puertas�. Finalmente pienso, en mi sueño, �Ha olvidado que soy una mujer y que no voy a tabernas ni a cantinas; evidentemente los hombres discuten entre sí acerca de varias tabernas y puertas de tabernas como ésta�. �Ella es la analista de Havelock Ellis en el sueño, es decir, ella le hace al doctor una importante observación. Y luego él está en el lugar de Freud.
En el prejuicio quizá Freud haya olvidado que Hilda Doolittle es una mujer. Pero le ha dicho: �Eres poeta�. Y el análisis se salvó.
�Lacan no era lacaniano�, escribe Silvia Fendrik. Es cierto, se decía freudiano. Por eso, además de nudos y topología, se ocupó de la sexualidad. Y como contrajo esa deuda con Freud, continuó y fue más lejos que el maestro, en cuanto a la sexualidad femenina. Pero el viejo Freud sabía, sabía, en su inconsciente, que Hilda Doolittle no quería ser un niño, ni un varón.
�Yo estaba enojada con el viejo,/ quería una respuesta,/ una pulcra respuesta, cuando discutí y dije �bueno, dígame,/ usted morirá pronto,/ el secreto yacerá con usted�./ El dijo:/ �Eres poeta�. El perturbará el pensamiento de los hombres/ aún por muchos eones, ellos viajarán a lo ancho y a lo largo,/ discutirán todos sus trabajos escritos,/ su pluma será sagrada/ construirán un templo/ y guardarán sus escritos, y los hombres vendrán/ y pelearán/ pero él estará a salvo; erigirán templos en su nombre,/ su fama será tan grande/ que cualquiera que lo haya conocido/ también será aclamado maestro:/ profetizar,/ interpretar./ Sólo yo,/ yo escaparé.� (Poema de Hilda Doolittle.) 
Ella no peleará. Ella es una mujer. Pero es difícil serlo todo el tiempo. Imposible, prestarle siempre el cuerpo a la pregunta.

* Psicoanalista. Supervisora en el Hospital Tobar García. 

 


 

EL IMAGINARIO ACERCA DE LO FEMENINO EN LAS LETRAS DE TANGO
De las mujeres, mejor no hay que hablar

Por Estela Maidac *

En 1910, en su artículo �Sobre un tipo especial de elección de objeto en el hombre�, Sigmund Freud deja a los poetas la descripción de las condiciones eróticas conforme a las cuales realizan los hombres su elección de objeto, ya que �los poetas reúnen ciertas condiciones que les capacitan para tal labor, poseyendo sensibilidad para percibir los movimientos anímicos secretos de los demás y valor para dejar hablar en voz alta a su propio inconsciente�. Antes de dejarles la palabra a los poetas del tango, recordemos el planteo freudiano sobre la prostituta y la madre, o sea, sobre las mujeres del tango. Cuando el niño, en pleno idilio con su madre, se entera de las relaciones de ella con su padre, intenta negarlo afirmando �eso lo hacen las otras, no mi madre�, pero finalmente se le impone: �son todas iguales, o sea, putas�. Quedan así abiertos dos caminos: el del amor y el del deseo, que a veces coincidirán.
El tango va más lejos: �Todas, amigo dan muy mal pago� (�Tomo y obligo�, Manuel Romero, 1931). Jacques Lacan planteó la imposibilidad estructural de la relación sexual: al no haber complementariedad hombre-mujer, hay necesariamente desencuentro, expresado en la fórmula lacaniana: �no hay relación sexual�. Ambos están constituidos en relación con el falo como significante privilegiado y ausente. El tango responsabiliza o, más bien, culpa a las mujeres por este desencuentro.
Hay antecedentes de esta culpabilización a la mujer en mitos americanos como el del alma mula o mulánima. Era un animal en que se convertía la mujer cuando había cometido relaciones incestuosas, pero, si un hombre le cortaba la oreja y corría sangre, la salvaba. Una temática del tango es la caída de la mujer en el pecado, en general en busca de ascenso social, y las fantasías de salvación por parte del hombre. �De entre su barro la saqué un día/ y con amor la quise hasta mí alzar� (�Un tropezón�). Enrique Santos Discépolo y los hermanos Expósito ironizan sobre esta salvación: �Si al menos me engrupiera de que la he salvao� (�Fangal�, 1953).
La prehistoria del tango, en cambio, estaba más cerca de la pornografía que de la poesía: �La clavada�, �La franela�. �Con qué tropieza que no dentra�, �El serrucho�, �Va Celina en la punta�, �Qué polvo con tanto viento�.
Es importante recordar que a partir de 1870 se produjo en la Argentina un gran movimiento inmigratorio, mayoritariamente compuesto por hombres jóvenes y solos. En poco tiempo cambió la estructura de la población, aumentando considerablemente la proporción de hombres. Esto daba a las mujeres la posibilidad de buscar el ascenso social a través de sus relaciones con hombres: las �luces del centro� y el trabajo en el cabaret eran lo más temido por las familias trabajadoras respecto de sus hijas. En esto, Celedonio Flores apela a la responsabilidad subjetiva: �Vos rodaste por tu culpa y no fue inocentemente� (�Margot�, 1919). A Mario Battistella no le faltó ironía al respecto: �Te saliste de sirvienta/ pera ser al fin de cuenta/ Pinta Brava ¡Una infeliz!� (�Pinta Brava�, 1925).
Desde el que se considera el primer tango canción ��Mi noche triste�, de Pascual Contursi�, el hombre se lamenta de ser abandonado por la mujer. Se ha dicho que la voz de �Mi noche triste� era la de un cafishio, ya que esos �frasquitos con moñitos� difícilmente pertenecieran a señoras �serias�.
Venir a hacerse la América era cosa de hombres, pero algunas jóvenes mujeres lo intentaron. Según el tango no les fue muy bien: �Galleguita, la divina,/ la que a la playa argentina/ llegó una tarde de abril./ Siendo buena, eras honrada/ pero no te valió de nada/ que otras cayeron igual./ Eras linda, Galleguita,/ y tras la primera cita/ fuiste a parar al Pigalle� (�Galleguita�, A. Navarrine, 1924). La redención por el mal paso le llega vía su madre: �Tu obsesión era la idea/ de juntar mucha platita/ para tu pobre viejita/ que allá en la aldea quedó�. En la �Margot� de Celedonio fueron sus �berretines de bacán� que la llevaron por el mal camino. Pero la santidad de su madre debe haberle resultado insoportable a esa pobre muchacha: �Y tu vieja, pobre vieja, lava toda la semana/ pa�poder parar la olla con pobreza franciscana/ en el triste conventillo alumbrado a querosén�. Y encontró la manera de salir de la miseria �entre el humo de los puros y el champán de Armenonvil�.
En el tango, la voz de la madre puede llegar a adquirir el estatus del superyó arcaico que no puede no escucharse. Pero también recibe el reproche: �Oigo a mi madre aún,/ la oigo engañándome/ porque la vida me negó las esperanzas que en cuna me cantó� (E.S. Discépolo, �Desencanto�).
Hoy las mujeres casi hemos igualado a los hombres en el terreno profesional-laboral. Hoy la mujer no es el objeto central de las letras de tango, y hay mujeres que las escriben, como Eladia Blázquez. Las mujeres hemos tomado la palabra. Aunque no compartimos que �de las mujeres mejor no hay que hablar�, como sostiene algún tango, sabemos que siempre habrá un punto de enigma y que a veces el silencio dice más que las palabras.
Hoy, la idea de que �el hombre manda y la mujer obedece� es una realidad acotada al baile del tango. Quizás es un intento de recuperar la protección y la seguridad imaginarias que, cuando no éramos tan independientes, creíamos recibir de los hombres.

* Psicoanalista.

 

 

posdata

Escuela. Jornada para docentes y profesionales de la salud �El niño en la escuela�, el 23 de 9 a 13.30 en la Liga Israelita Argentina. Gratuito. Fragata Sarmiento 2152. 4582-0421.
Desocupación. La investigación �Desocupación y pérdida de empleo: incidencia en el grupo familiar, el entorno y afecciones psíquicas�, de la cátedra Clínica de Adultos de la Facu de Psico (UBA), requiere para entrevistas a personas que hayan perdido el empleo. Las instituciones que puedan ofrecer esa posibilidad, comunicarse con el 4633-1370.
Psicopedago. Jornada �Trastornos de elaboración del lenguaje�, con discusión sobre material clínico, en Centro de Investigación, Formación y Asistencia Psicológica y Psicopedagógica, CIFAP. El 30. 4862-7038.
Mostrarte. Séptima edición de �Mostrarte, Festival de las Artes�, en la Facu de Psico, del 25 al 30. Independencia 3065.
Fenomenológica. Quinta Conferencia Internacional de Psiquiatría y psicología Fenomenológica�, hasta el 22 en Vicente López 2220.
Aperturas. �Aperturas del juego psicoanalítico�, con Jorge Fukelman, Liliana Donzis, Mónica Armanini y Graciela Resala, el 23 de 10 a 13 en Lavalle 23, Avellaneda. 4204-8948. Gratuito.
Pase. �La experiencia del pase�, el 23 de 10 a 13 en Perú 272. Gratuito. Escuela Freudiana de Buenos Aires.
Lesbianas. �Nuevas configuraciones familiares: lesbianas en familia�, con Isabel Monzón, el 28 de 12 a 13.30. Gratuito. Ateneo Psicoanalítico. 48227410.
Microfísica. �Resistencia y microfísica�, el 27 a las 19 con Abraham, Pavlovsky, Saidón y Najmanovich en CTA. 4307-3829.
Género. �Mujeres y varones�, con Débora Tajer, Guillermo Vilaseca y Norberto Inda, el 28 de 20 a 22 en APBA. 4334-0750.
Bioética. �La indicación bioética en la práctica de la salud mental�, con Mario Kameniecki, Ignacio Maglio y otros, el 27 en Hospital Rivadavia. Gratuito. Dirección de Salud Mental de la Ciudad. 4863-8888. 
Fort-da. �El fort-da en Freud y en Heidegger�, con Carlevaro, P. Camjayi, G. Camjayi, Torres, Barbieri, Chaio, Torres, en Centro Psicoanalítico Argentino, desde hoy a las 20. Gratuito. 4822-4690.
Y violencia. �Sujetos en situaciones de violencia�, por Roxana Yattah en el Centro de Salud Nº 1, los miércoles de 13.30 a 15. 4702-7489.

Mail de estas páginas: [email protected] . Fax: 4334-2330.

 

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