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Con
los tapones de punta
Una de las
tantas paradas del tour de force emprendido por Dolores Fonzi, Leticia
Brédice, Leo Sbaraglia y Pablo Echarri para promocionar Plata quemada,
fue en La Biblia y el Calefón, el programa de Jorge Guinzburg.
La charla entre los cinco parecía naufragar entre los esfuerzos
desmedidos de los actores por hablar de la película y las habituales
alusiones sexuales de Guinzburg. Pero a último minuto, el programa
entró en un pico de tensión que debe haber hecho las delicias
de los telespectadores, cuando Guinzburg presentó un video sorpresa
con el que pensaba despedir a Echarri. El musical en cuestión intercalaba
imágenes de Natalia Oreiro (novia de Echarri) cantando con un falso
Echarri tratando de dormir, tapándose la cabeza con la almohada
y quejándose constantemente por los alaridos de su pareja frente
al micrófono. Al final, el falso Echarri encontraba la solución
a sus problemas conyugales gracias a unos tapones para los oídos.
Fin del video. De vuelta en el estudio, entre las risas de la platea,
Guinzburg le hace entrega al verdadero Echarri de un juego de tapones
iguales a los del musical. Todos se ríen a carcajadas menos Echarri,
que haciéndose cargo de su rol de hombre de la casa, sale en defensa
de la Oreiro: Muy divertido, pero no estoy de acuerdo. Si no la
defiendo yo, ¿quién la defiende? Para mí, Natalia
canta bárbaro, ¿ta?. Guinzburg, que de lento
no tiene nada, se dio cuenta de la tensión imperante y reculó:
No, claro, para mí también es bárbara.
A lo que Echarri respondió tirándole los taponcitos de vuelta
y cerrando el programa con un lacónico: Entonces metételos
en el culo.
Edición plus
El lunes
pasado, mientras por Canal 13 empezaba la transmisión de la entrega
de los Martín Fierro, por América Jorge Rial daba al aire
la lista de quiénes iban a resultar ganadores esa noche. Los aciertos
resultaron notables, desatando un escándalo de proporciones dentro
de APTRA. Al día siguiente, Clarín publicó en su
contratapa dos chistes sobre la entrega que tanto alboroto causó.
En uno, un gaucho le comentaba a otro que su abuelo alguna vez ganó
un Martín Fierro. ¿Trabajó en televisión?,
le preguntaba su compadre. La gracia era que no, que el abuelo lo había
ganado a la taba, en una edición rústica. En
el otro chiste, un tipo le decía otro que se había ganado
un Martín Fierro. Y acto seguido, sin pie para el remate, aclaraba:
Hicieron una rifa en la escuela de mi pibe... edición de
lujo. ¿Será que había quedado tan claro que
los Martín Fierro estaban regalados que Clarín decidió
plegarse al espíritu y regalarnos el mismo chiste dos veces?
¡Santas
redes, Batman!
A principios
de mayo La Nación reprodujo un artículo publicado originalmente
por la revista inglesa The Economist dedicado a lo que parece ser uno
de los focos de conflicto más acuciantes planteados por Internet:
¿cuál va a ser el santo patrono de la red? Tal es la dimensión
de la problemática que hasta la fecha se ha registrado la llegada
y publicación de diversas cartas de lectores sobre el tema. Según
lo publicado por La Nación, San Gabriel Arcángel fue declarado
patrono de las telecomunicaciones en 1921 y Santa Clara de Asís
recibió la misma responsabilidad sobre la televisión en
1958, por su don de ver y oír hechos lejanos. Pero la elección
del patrono de Internet no es tan fácil como parece, ya que plantea
un debate sobre la característica principal de la red que divide
a los devotos de los dos candidatos con mayores posibilidades. Al parecer,
el favorito es San Isidoro, un sevillano que en el siglo VI compiló
Etimologías, una enciclopedia en veinte tomos considerada una de
las primeras bases de datos de la civilización occidental. En la
vereda de enfrente, quienes presentan la candidatura de San Pedro Regalado
para el patronazgo en cuestión argumentan que tanto los datos recopilados
por Isidoro como la información disponible en Internet suelen ser
de dudosa calidad. La característica principal de Internet, sostienen,
no es tanto brindar información como borrar la distancia,
algo que convierte en patrono natural a su candidato, Pedro Regalado,
a quien se le adjudica la extraordinaria proeza de haber aparecido en
dos lugares a la vez (además de haber sido un buen navegante,
agregan). Pero lo más curioso de todo el asunto es quién
encabeza el pelotón de los demás candidatos: según
publicó The Economist y repitió La Nación, el tercer
puesto es ocupado por una misteriosa Santa Tecla. Y, más
allá de la evidente portación de nombre, nada se dice de
las virtudes que habilitarían a esta santa a ejercer el patronazgo
de la red. La pregunta es: ¿alcanza con la portación de
nombre? Porque de ser así, con lo lentos que son los servidores
argentinos, el candidato natural de los navegantes argentinos es, sin
duda, San Remo.
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