SAN
MIGUEL DE TUCUMAN
La
ciudad y el cerro San Javier
Aquel jardín de la historia
San
Miguel de Tucumán atesora sitios históricos como la Casa de Tucumán,
el deslumbrante Palacio de Gobierno y la Catedral, donde se respira
el aroma de la historia. En la excursión al cerro de San Javier reina
la elegancia señorial de las antiguas casonas de Villa Nougués.
Por
Julián Varsavsky
En
San Miguel de Tucumán hay ciertos rincones donde brota el aroma
de la historia. Uno de ellos es la Casa Histórica de Tucumán,
donde rondan en la noche los fantasmas de Laprida, Godoy Cruz, Paso...
y se oye el rasguido de la pluma con que firman el Acta de la Independencia,
al igual que sus voces en off lanzando gritos de libertad
durante el espectáculo de luz y sonido que se presenta diariamente.
Los apasionados debates de los próceres irrumpen en los jardines
desde el Salón de la Jura que se mantiene intacto con sus
muebles originales mezclándose con música folclórica
que evoca los episodios del 9 de Julio de 1816.
La Casa de Tucumán también hay que visitarla de día
para recorrer el museo histórico y observar a la luz del sol
los enormes paneles en bajorrelieve que relatan escenas de la Independencia.
El recorrido por la historia prosigue a pocas cuadras de allí,
frente a la Plaza Independencia, donde se levanta el Palacio de la Gobernación,
para muchos uno de los más estilizados de América, inaugurado
el 9 de julio de 1912. El edificio combina el barroco francés
con reminiscencias de clasicismo italiano y lo coronan tres imponentes
cúpulas negras que brillan en la noche, cuando miles de pequeños
focos resaltan las líneas de su contorno.
Las iglesias de Tucumán son un capítulo aparte. La Catedral,
diseñada en 1856, fue considerada por mucho tiempo la más
elegante del país. En su fachada se superponen el estilo dórico
en el nivel inferior, el jónico en el intermedio y el corintio
en el superior, y unas cúpulas con reminiscencias eslavas rematan
dos torres campanario. Otra pieza de antología es la Iglesia
de la Merced, de aspecto colonial, con grandes vitrales resguardando
una imagen de la Virgen de la Merced a la cual Manuel Belgrano entregó
el bastón de mando con que guió al Ejército del
Norte durante la Batalla de Tucumán.
A cinco cuadras de la Casa de Gobierno (en 25 de Mayo y Córdoba),
un palacio florentino de aspecto medieval es una de las curiosidades
arquitectónicas de la ciudad. Es el viejo edificio de Correos,
con una gran torre reloj, que data de 1939. Y, por último, otra
perla edilicia es la Legislatura Provincial, donde funcionó un
casino hasta 1929.
Sarmiento llamó a Tucumán el Jardín de la República,
y para comprobar esta afirmación conviene acercarse hasta el
Parque 9 de Julio, diseñado por el paisajista Carlos Thays con
un estilo inglés del siglo XVIII, e inaugurado en 1916 para las
fiestas del centenario. Además de un hermoso lago y árboles
autóctonos de gran porte, hay una avenida flanqueada por sesenta
copias de esculturas famosas como el Apolo de Velvedere y el Discóbolo
de Mirón. En el costado oeste del parque una construcción
colonial se levanta tras la vegetación: es la Casa del Obispo
Colombres -seguidor de los principios de la Revolución de Mayo,
uno de los fundadores de la industria azucarera en el país. Se
trata de una casona con una escalera de quebracho que lleva a la planta
superior decorada con los muebles del obispo y retratos de gobernadores
tucumanos pintados por Lola Mora. Una galería de arcos de medio
punto sobre pilares define la esencia colonial de esta construcción
del siglo XIX que resguarda el Museo de la Industria Azucarera. Al frente
de la casona descansa el primer trapiche de quebracho que existió
en la país.
Villa Nougues A principios del siglo XX el gobernador Luis Nougués
cabeza de una familia de azucareros fundó una exclusiva
villa de fin de semana que llevaba su apellido como nombre. Se llega
ascendiendo al cerro San Javier por una zigzagueante carretera entre
una selva de helechos, lianas, sauces llorones y árboles con
el tallo recubierto de plantas trepadoras.
En el camino, escondidas entre el follaje, renacen casonas de estilo
europeo con techo a dos aguas muy bien cuidadas. Pero saborear el encanto
de Villa Nougués implica establecerse allí por unos días.
La casona de Juan Carlos Nougués, construida con piedra laja
en 1918, es una buena opción para el descanso sin nadie a la
vista. A la entrada un aljibeprovee agua potable y una piscina circular
rodeada de flores lila y violeta invita a sacarse la ropa. El interior
de la casa evoca los tiempos de esplendor de la familia Nougués,
con muebles de época restaurados y un gran reloj cucú
de madera, regalo de Julio A. Roca.
Villa Nougués es el reino de las flores. La época más
colorida es entre noviembre y enero, cuando se imponen el azul de los
agapantos, y el celeste y el rosado de las hortensias. En setiembre
gobierna el blanco de la corona de novia y las madreselvas se reproducen
por doquier despidiendo el aroma de su pequeña flor.
Tucumán es para el viajero una síntesis turística
del Noroeste Argentino: montañas, valles, selva, ríos,
llanuras cubiertas de cañaverales y lugares evocativos del pasado
donde descansa todo el peso de la historia de nuestro país.
Un
destino de turismo histórico
El
pasado 27 de setiembre, la Comisión de Turismo de la Cámara
de Diputados de la Nación realizó una cesión
especial en el recinto del Concejo Deliberante de San Miguel de
Tucumán, con el objetivo de concientizar sobre la necesidad
de promover a la capital tucumana como un destino de turismo histórico
de primer orden a nivel nacional.
Al frente de la comitiva se encontraban el diputado radical Alejandro
Balián (presidente de la Comisión de Turismo) y
el diputado del mismo partido Carlos Courel, quien declaró
que el turismo, junto con la producción azucarera
y la explotación minera, son ejes prioritarios para el
desarrollo económico de Tucumán. Durante la
jornada se firmaron convenios y se elevaron proyectos de resolución
solicitando al Ministerio de Relaciones Exteriores la promoción
de Tucumán como paseo histórico de los argentinos.
Entre otros proyectos de ley se presentó uno que apunta
a establecer El Camino del Vino Calchaquí para unir los
Valles Calchaquíes, y otro declarando Monumento Histórico
al Cristo del cerro San Javier.
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Humor
en la noche
Adolfo
Nicolau es uno de los personajes más populares de Tucumán
y Santiago del Estero, y su programa radial de chistes y cuentos
es el más escuchado de los domingos desde hace años.
Claro que la gracia está en verlo en vivo durante sus presentaciones
diarias en el restaurante El Fondo (San Martín 848), uno
de los mejores de toda la ciudad. Durante la comida se presentan
grupos de ballet folclórico y los fines de semana actúa
el Ballet Tucumán, el más prestigioso de la provincia.
Más tarde siguen las chacareras y zambas en vivo, y finalmente
aparece en escena el hiperkinético Adolfo Nicolau, quien
se despacha con un show de casi dos horas de cuentos y canciones
donde aflora la pica entre tucumanos y santiagueños.
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DATOS
UTILES
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Un paquete completo de 4 días y 3 noches (aéreo
incluido) recorriendo Tafí del Valle, Villa Nougués
y un city tour cuesta 298 pesos. Un programa similar pero trasladándose
en micro desde Buenos Aires cuesta 179 pesos. Los programas son
auspiciados por la Secretaría de Turismo de Tucumán
y se pueden contratar por e-mail en diversas agencias de viajes:
[email protected]
[email protected]
[email protected]
- Una excursión a San Javier y Villa Nougués cuesta
25 pesos.
- Donde Alojarse: Hotel Presidente: Monteagudo 249 Tel.:081-311414
. 80 pesos la habitación doble (con una buena piscina).
En Villa Nougués: Villa Juan Carlos Nougués. 60
pesos la habitación doble con desayuno y una semana como
mínimo. Tel.:15-6402058
- Donde Comer: En Villa Nougués, el único
restaurante que hay atendido por un nieto del gobernador
Nougués ofrece platos de alta cocina: pollo al ajillo,
fillet a la pimienta con papas a la crema muy pedido por
los asiduos visitantes y truchas rellenas con puerro (10
pesos).
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