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SOBRE NUEVE ROBOS A BANCOS, SIETE FUERON EN LA ZONA NORTE
Las sospechas de una zona liberada

La Justicia investiga la serie de robos en jurisdicción del Comando de Patrullas de Vicente López. La réplica de Verón.

“Me parece una barbaridad y una pavada”, replicó el ministro Ramón Verón a
las sospechas.

Por Carlos Rodríguez

“Es una barbaridad y una pavada.” Seco, cortante, algo ofuscado, el ministro de Seguridad bonaerense, comisario Ramón Verón, desechó el estado de sospecha instalado, con fuerte sensación térmica, de que la zona norte del Gran Buenos Aires es permeable –desde el punto de vista policial– al accionar de los ladrones de bancos porque habría una “zona liberada” al libre albedrío de la delincuencia. La estadística dice que sobre nueve robos a entidades bancarias en lo que va del año, siete ocurrieron en el norte del conurbano, zona de influencia del Comando de Patrullas de Vicente López, investigado por la Justicia, que acusó a su anterior conducción de haber montado una “asociación ilícita” integrada por 18 policías. “El que lo dijo es alguien que está sugiriendo constantemente la posibilidad de que la policía está involucrada en delitos, me parece una barbaridad y una pavada”, respondió Verón ante las versiones, sin precisar si se refería a una persona determinada.
El que investiga al Comando de Patrullas es el fiscal Hernán Collantes, quien el lunes pidió la nulidad de la resolución tomada el 13 de enero por el juez de feria Diego Barroetaveña, quien luego de un rápido análisis de la voluminosa causa dejó sin efecto la detención de los 18 policías acusados. Ayer, en fuentes judiciales, se admitió la necesidad de “seguir la investigación” iniciada a comienzos del año pasado para “sancionar lo que haya que sancionar”. Aunque los involucrados ya no están en sus puestos, “no se descarta que continúen las irregularidades”, admitió a este diario una fuente judicial.
El comisario Verón, en cambio, resaltó que “cuatro de los robos ya fueron esclarecidos” y consideró “altamente efectivo” el dispositivo policial porque “cada vez que hay un hecho, el personal va prontamente arriesgando su vida y no merece que un responsable (sic), independientemente de quién haya sido, diga eso con tanta libertad”. Según Verón, la reiteración de robos se produjo porque esa es una zona de gran concentración de bancos.
Con evidente preocupación por los trascendidos que insinúan la presencia de una “zona liberada”, el Ministerio de Seguridad difundió una gacetilla donde se destacó que hubo 13 detenidos y que se esclarecieron “cinco de los ocho” (la estadística dice que fueron nueve) asaltos” a bancos en lo que va del año. Precisa que los esclarecidos son dos ocurridos en Florida, uno en Martínez y otro en Beccar, todos en la zona norte, más dos que se produjeron en Zárate y Hurlingham. En algunos casos supuestamente solucionados, el dinero del robo no fue recuperado.
El fiscal Collantes pidió que se deje sin efecto la libertad de los 18 policías del Comando, por entender que “carece de fundamento y es irrazonable” la decisión adoptada por el juez Barroetaveña. En un largo escrito de cerca de 70 carillas, el fiscal sostuvo que “con el diseño del plan delictual” diagramado por el Comando de Patrullas “la zona bancaria y comercial permaneció completamente desprotegida y los partes preventivos secuestrados (en distintas comisarías) dan fiel cuenta de que la casi totalidad de los lugares damnificados (por robos) se circunscriben especialmente a ese territorio” carente de vigilancia.
Sobre las entidades bancarias, Collantes precisó que el personal de calle de las comisarías “pasaba a las 11 horas por los diversos bancos para firmar los libros de control del personal allí afectado por horas POLAD (servicios de Policía Adicional), para luego cubrir sus custodias ilegales”, en otros comercios de la zona, descuidando las sucursales que deberían haber vigilado. Si bien la situación descripta fue comprobada el año pasado, la seguidilla de robos del 2000 despertó sospechas en la Justicia de que siga ocurriendo lo mismo. Dos de los robos recientes son investigados por el propio Collantes.

 

El Casino ya no tiene luces de neón

Con el retiro de la pomposa marquesina de la fachada del Casino Central de Mar del Plata, que le daba un aire a Las Vegas, el tradicional edificio recuperó la sobriedad que supo tener años atrás. El cartel –de grandes dimensiones y con luces de neón– había sido colocado hace tres años, durante la gobernación de Eduardo Duhalde, y desde entonces provocó el rechazo de toda la comunidad marplatense. El retiro demandó cerca de siete horas de trabajo, y las autoridades provinciales confirmaron la decisión de recuperar las discretas letras de bronce que rezan, simplemente, “Casino Central”, para regresar a la imagen que ofrecían las clásicas postales de la ciudad.

 

HALLAN A UNA TURISTA ESTRANGULADA EN PARQUE CAMET
Otro crimen en Mar del Plata

“Voy a tomar una cerveza”, fue lo último que le escucharon decir sus padres, alrededor de las 10 de la noche del martes. María Claudia Renavell, de 34 años, oriunda de Tres Arroyos y de vacaciones con su familia en Mar del Plata, se despidió y salió en dirección a un pub. A las 6.30 de la mañana del día siguiente, dos albañiles hallaron su cuerpo en una calle de tierra del barrio Alto Camet. Había sido estrangulada y en su rostro aparecían heridas que los peritos relacionaron con un intento de defensa. Por el momento, no hay indicios del o los homicidas. Desde setiembre pasado, Mar del Plata cambió la historia del Loco de la Ruta por la de otra figura que amenaza con transformarse en tan mítica como aquélla: la del Estrangulador de Camet. Cuatro jóvenes mujeres fueron estranguladas y violadas, en dos meses, tres de ellas en la misma zona donde ayer Renavell se agregaba a la lista del virtual y misterioso asesino serial.
Renavell trabajaba como empleada de la Secretaría de Trabajo de Tres Arroyos. El jueves pasado inició sus vacaciones en Mar del Plata, junto a sus padres. La familia se instaló en un departamento de la calle Brown al 2900. El martes, alrededor de las 10 de la noche, mencionó que iba a un pub a tomar una cerveza, que tenía la intención de pasar por el Paseo La Explanada, en el centro de la ciudad, para visitar una muestra artística, y se despidió.
A las 6.30 de la mañana de ayer, los albañiles Oscar González y Feliciano Báez encontraron a Renavell, tendida boca arriba en la esquina de las calles Cianchetta y Ceballos. González supuso que la joven estaba dormida, pero al aproximarse comprobó que estaba muerta y decidió llamar a la comisaría séptima. Renavell llevaba una remera clara, bermudas negras y se encontraba descalza. Su rostro presentaba heridas que los peritos vincularon con la resistencia presentada por la joven.
“Por el momento, sólo se comprobó el hecho –dijo a Página/12 el fiscal 9, Oscar Deniro, a cargo de la investigación–. Fue un doble mecanismo de estrangulamiento, manual y ayudado con el cordón de la cartera. A primera vista, los peritos no determinaron que hubiera existido violación. Todavía es demasiado temprano para sostener hipótesis serias, pero conjeturalmente sería interesante que se encontrara vinculación con cuatro casos semejantes.”
El fiscal se refería al recorrido del supuesto estrangulador de Camet, un personaje desconocido y misterioso al que se le adjudican las muertes de otras cuatro mujeres: el 12 de setiembre pasado, Marlene Michiensi, de 16 años, apareció violada y estrangulada en Alto Camet. Cuatro días después, fue descubierto el cuerpo de Deborah San Martín, también de 16, y en las mismas condiciones. Al mes siguiente, Liliana Mabel Atrich, de 38, fue hallada estrangulada, violada y con una bombacha y una esponja dentro de su boca. Días después, el cadáver de Laura Vásquez apareció como una nueva víctima. Ayer, el nombre de María Renavell se sumó a esa seguidilla macabra.

 

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