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EMOTIVO SUPERCLASICO POR EL CUADRANGULAR DE CORDOBA
Riquelme hizo la diferencia

En un partido vibrante, Boca, con goles de Riquelme �la figura� y el juvenil Clemente Rodríguez, ganó jugando mejor. Descontó Cardetti.

El Diez celebra la conquista del primer gol del partido.
Riquelme convirtió “a lo Palermo” y desplegó ganas y jerarquía.

Ganó Boca el segundo Superclásico del año y jugará con Talleres la final del Cuadrangular de Córdoba. Anoche, los campeones tuvieron más fútbol durante una hora larga y sacaron ventajas claras. Sobre el final, River empujó luego del descuento e hizo emotivo el desenlace.
Fue mucho más Boca durante el entretenido primer tiempo. Tras un comienzo equilibrado, en que River pareció más decidido y Boca agazapado, fueron los de Bianchi los que se adueñaron del trámite conceptual mientras los dos llegaban, sin embargo, con fluidez a situación de gol. Así fueron y vinieron de área a área hasta el cuarto de hora y a esa altura –errores aparte– la calificación del espectáculo sólo podía ser de bueno y con las mejores perspectivas. En ese lapso, River dispuso de un pelotazo de Coudet habilitado por Alvarez, de un toque de Saviola lamiendo el palo, de un tiro de Aimar apenas desviado. Por el lado de Boca, un activísimo Riquelme llegó dos veces con pelota dominada al borde del área, amagó el pase y disparó: casi gol en ambos casos. Fue un anticipo.
Porque paulatinamente Boca se adueñó con claridad del partido. Hacía el embudo en el fondo ante un River que centralizaba demasiado y de ahí salían los volantes rumbo a Riquelme o a la salida de Clemente Rodríguez -paradoja: subió más que Ibarra– para buscar a Guillermo y Pandolfi que se movían para recibir. Así, Boca tuvo circulación ofensiva, no hubo pelotazos, llegó con variantes. Casi redondo. Y el gol fue natural consecuencia de ese predominio: centreó por dos veces Guillermo ante Sarabia y la peinó Pandolfi en el primer palo para un Riquelme que hizo una pirueta tipo Palermo en el segundo para convertir de volea.
De ahí en más, el último tramo del período, con un River desdibujado ante el eclipse de Aimar y una defensa lenta, fue todo de Boca. Sucesivamente, tras jugadas colectivas, lo perdieron una vez Marchant y otra vez Pandolfi, que le dio el último pase a Guillermo, que no alcanzó. Boca podría haberse ido con dos justos goles de ventaja.
Cuando volvieron, Ortega entró mucho en juego, pero centralizó demasiado y no pesó lo que se esperaba. Entonces hubo un verdadero show de Riquelme que duró hasta que salió, a los 20 minutos: hizo de todo y bien. Además, en ese lapso, Boca sacó la segunda ventaja con un golazo por vía acaso imprevista. Se mandó Clemente Rodríguez, buscó a Pereda que devolvió con precisión en profundidad y resolvió con zurdazo de tres dedos: golazo.
Hubo un rato más de predominio boquense, pero cuando descontó Cardetti con rabia tras un rebote en Traverso todo cambió. Porque las ganas, la fuerza y el empeño empujaron a un Boca que modificó el esquema –puso dos líneas de cuatro, renovó los volantes– y aguantó demasiado atrás. Fueron diez minutos de River yendo y yendo sin demasiada claridad, pero que pusieron al partido en su máxima temperatura. Un digno final.

 


 

EL CONTRATO CON ISL DIVIDE A LA DIRIGENCIA
Dura disputa en San Lorenzo

La Asamblea de Representantes convocada por el presidente de San Lorenzo, Fernando Miele, para tratar la concesión de derechos del club a la empresa ISL, y una manifestación a la que llamaron los sectores opositores a la actual conducción en contra de esa decisión, se realizarán mañana, desde las 13, en la sede del Bajo Flores. Así, al mismo tiempo que dé comienzo la asamblea que tratará la eventual cesión del manejo de los derechos de comercialización del fútbol de San Lorenzo al grupo ISL (ofreció 13 millones de dólares anuales durante diez años, con opción a otros diez), socios de la entidad se manifestarán frente a las puertas del Nuevo Gasómetro con la intención de impugnar la reunión.
El oficialismo intentará que prosperen las tratativas con la empresa suiza, luego de que la Justicia dictaminara la nulidad de la Asamblea realizada el pasado 30 de noviembre. En tanto, los dirigentes Alberto Barilari, Jorge Aldrey y Horacio Lotito, quienes encabezan las negociaciones para impedir que San Lorenzo conceda esos derechos, anunciaron el martes último que impugnarán el nuevo llamado a asamblea ante la Justicia ordinaria y la Inspección General de Justicia, además de convocar a la manifestación. El balance de San Lorenzo, correspondiente al ejercicio 1999/2000 arrojó un pasivo de 30 millones de dólares, pese a que sectores de la oposición destacan que la institución tiene una recaudación anual promedio de 18 millones por año en concepto de derechos de televisión, indumentaria, publicidad, venta de futbolistas y cobro de cuotas sociales.
Mientras las actuales autoridades de San Lorenzo afirman que el futuro acuerdo con ISL traerá al club el desahogo financiero que permitirá un futuro crecimiento, los opositores entienden que detrás de ese contrato existe una “clara maniobra de privatización encubierta”. Además de la posición asumida por Barilari, Aldrey y Lotito, el Movimiento de Reconstrucción Sanlorencista que conduce el dirigente Rafael Savino, se sumó ayer al llamado a los socios para que se manifiesten frente al estadio Pedro Bidegain. “El contrato que el oficialismo pretende aprobar, contra la voluntad de la mayoría de los asociados, carece de legitimidad”, dijo Savino. Además, los dirigentes opositores aguardan que puedan ejercer su derecho a manifestarse “sin la salvaje represión de la que fueron víctimas los socios durante la protesta del 30 de noviembre último”.

 


 

Compra turca, en la neblina

El pase de Jorge Bermúdez al Besiktas de Turquía entró en una zona turbia y podría quedar definitivamente sin efecto al trascender diferencias en las cifras y conocerse la versión de que el club turco desistiría de la operación. Por más que todo indicaba que estaba concretada y que sólo restaban detalles, los medios turcos informaron que el Besiktas desistiría de la compra y que enviaría un fax a Boca retirándose de las negociaciones. Las razones estarían ligadas con la molestia de los dirigentes de ese club con los de Boca porque suministraron datos a la prensa que allí se consideraban secretos. Bermúdez pensaba trasladarse a Estambul acompañado por dos dirigentes de Boca, Marcelo London y Eduardo Cafaro, pero desde Turquía se pidió que no viajaran por considerarlo innecesario.

 

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