Por Cecilia Sosa
Pensada por técnicos
en impuestos, la universidad se transforma en una agencia de colocaciones,
una bolsa de trabajo concebida en los términos de un remate de
almas. Contra la corriente que pretende adaptar la universidad pública
a las demandas de la economía y el mercado, el sociólogo
Horacio González enarbola un pensamiento antagónico. Defiende
la desigualdad de la universidad respecto de las fuerzas económicas
dominantes; al conocimiento como bien no transable; y a las biografías
de profesores y alumnos como el principal recurso universitario. Si
hay imaginación política, debe estar en la universidad.
No puede ser un lugar donde se reproduzcan los hábitos de un senador
argentino, dice a Página/12 el profesor de la Facultad de
Ciencias Sociales y autor de Restos pampeanos.
¿Qué opina de las reformas que pretenden modernizar
la universidad?
Los reformistas actuales ven a la universidad como una entidad anacrónica
que pertenece al cuadro estatal de empresas públicas, ya desaparecido.
Ven a la universidad como un especie de pieza arqueológica del
Viejo Mundo de las empresas públicas y pretenden adecuarla al terreno
de la revolución científica y técnica, las nuevas
profesiones del mercado. En un sentido general, a la globalización.
Pero la situación de anacronismo tiene un costado de profundo interés.
¿Cuál?
No defender el anacronismo, sino la diferencia, el aplazamiento,
la desigualdad que debe haber entre la institución universitaria
y el conjunto de fuerzas económicas dominantes. La universidad
que hay que construir debe pensar con ventajas su situación de
disparidad respecto del reino de las economías privatizadas. Debe
ser una universidad que revea sus tramas sociales, profesionales y de
conocimiento, en función del interés colectivo para trasmitirle
nueva energía al espíritu público.
Pero, ¿qué pasa con la necesidad de los graduados
de insertarse en el mercado?
La universidad, como universidad de masas, sólo puede sostenerse
a través de un pacto interno, un contrato muy parecido a los de
la teoría política clásica. Si el dilema del conocimiento
es el trabajo, en ese pacto los estudiantes ceden a la universidad una
capacidad futura de trabajo; la postergan bajo condición de que
la universidad les devuelva formas de imaginación práctica
y social.
¿Esto no implica perder el vínculo con el mundo real?
No, implica reanimar la vida práctica de un modo insospechado.
No se trata de una universidad separada de la sociedad, sino de una universidad
con una temporalidad que no coincide con la dominante. Es que el conocimiento
mismo es el suspenso de algo. Siempre ha mantenido una retención
de su momento de arrojarse al mundo, ha custodiado la independencia de
su autonomía. Esto se somete fácilmente a la acusación
de apartamiento de la vida real. Pero ese apartamiento es la única
condición bajo la cual la vida real después lo acepta. El
único derecho que la universidad no puede abandonar es el derecho
al metalenguaje: el conocimiento de su propio conocimiento y de todos
los conocimientos de la sociedad. Los que conciben a la universidad como
un ámbito de tributos impositivos y salidas laborales unitarias
son los que piensan la universidad de lo abstracto.
¿Qué consecuencias prácticas supone este planteo?
Implica revisar la idea de pasantías. Son el anuncio de la
colonización de la universidad por las empresas, por una concepción
del conocimiento basada en la conversión del conocimiento en una
forma de capacitación. Así, los cuerpos devienen cuerpos
económicos, mano de obra barata.
Pero los propios estudiantes piden más pasantías.
Los tributaristas tienen a su favor esa silenciosa mayoría
estudiantil que viene muy golpeada de su vida familiar y que impulsa un
giro de launiversidad hacia la profesionalización rápida.
Las pasantías surgen vinculadas con el temor frente a la desocupación,
inducen una capacitación en época del miedo. El canje que
hacen es la pérdida de la idea de universidad. La universidad ha
cedido su función a la idea mediatista de que las personas necesitan
trabajar. Ceder esa idea es haber cedido la idea misma de universidad.
Supone transformarla en una bolsa de trabajo concebida en términos
de remate de almas, una especie de consuelo moral de la clase media que
vio destruidas sus expectativas profesionales, una mera astucia laboral.
¿Qué opina de la idea oficial de crear un impuesto
a los graduados?
Pensada por técnicos en impuestos, la universidad se transforma
en una agencia de colocaciones. Los que hablan de impuestos a los graduados
encarnan la decepción de todos los cuadros políticos del
país. Al adoptar procedimientos de una lógica privatista
en el espacio público, destruirán el espíritu público
de la universidad.
Ante la escasez del presupuesto estatal, también se argumenta
que la universidad debe generar recursos propios con la venta de servicios.
No estoy de acuerdo con ese lenguaje. Los recursos propios de la
universidad son las biografías de sus estudiantes y profesores.
La universidad tiene derecho a los recursos del Estado y no pueden serles
confiscados por la clase política. Para generar nuevos hace falta
la imaginación política. Cuando se propone que el Estado
privilegie a la universidad como consultora, el saber se convierte en
un acto de consulta: en nombre de generar un recurso económico
menor, se produce el acto mayor de conceder la propiedad del conocimiento.
La intervención en el ámbito económico debería
ser otra. En vez de una editorial universitaria quebrada, imagino una
capaz de generar economías efectivas en nuestra sociedad; imagino
investigaciones en biología, cardiología, lingüística
y en comunicación, que presupongan una autonomía de gestión.
¿Vislumbra algún germen de esto?
(Sonríe) Esta conversación, creo.
La candidatura de
un don
Este año concluye el mandato de Oscar Shuberoff como
rector de la UBA. ¿Qué atributos cree que debería
reunir el próximo rector?
La figura del rector de la UBA a veces es más fuerte
que la del propio presidente. Pero falta la candidatura de un don
vinculado a la imaginación política que pueda llevar
a replantear la propia idea de universidad pública. Esto
hace años que no está presente. La universidad perdió
su voluntad histórico-política. Tiene que recuperarla
y recuperar una lengua capaz de llevarla a la pregunta por el conocimiento.
¿Se le ocurre algún candidato?
Difícil imaginarlo. Estos son pensamientos en retirada.
Hoy, la universidad está en manos de administradores. Shuberoff,
aún cuando está vinculado a la idea de universidad
pública, ha descartado definitivamente cualquier imaginación
política. En 15 años no le he escuchado ninguna proposición
vinculada con la idea de conocimiento. Gestiona, con criterios contables,
buenos, malos, seguramente mejorables, pero completamente faltos
de imaginación. Los que asistimos al desmantelamiento del
Estado y pensamos que no era irreversible, tenemos nuestra gran
oportunidad de que en la universidad sea distinto.
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Para
el tiempo libre... (si queda)
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Verano.
Hoy y mañana son los últimos días del programa
Los derechos de los niños no se toman vacaciones,
que organiza la Universidad de Lanús. Informes: 29 de Septiembre
3901 (Remedios de Escalada), 4202-9207, interno 226.
Paisaje. Abrió la inscripción para el curso de
perfeccionamiento a distancia Planeamiento paisajista y medio
ambiente, que dictan la Universidad de La Plata y la Fundación
Biósfera. El curso está dirigido a ingenieros agrónomos,
arquitectos, biólogos y profesionales afines. Informes: Calle
16 nº 1611, (0221) 457-3477; [email protected].
Idiomas. Desde el 1º al 9 de febrero, la Secretaría
de Extensión de la Facultad de Derecho (UBA) inscribirá
en sus cursos de alemán, francés, inglés, italiano,
portugués, latín y rumano. Las clases empiezan el 12.
Informes: Figueroa Alcorta 2263, 4809-5644.
Fauna. La Asociación Proteger organiza el taller para
chicos SOS, fauna argentina en extinción, en la
reserva ecológica Costanera Sur. Además, todos los domingos
hay visitas guiadas. Informes: 4931-6092.
Becas. The Catholic University of America (Estados Unidos)
ofrece becas a estudiantes avanzados de música, especializados
en instrumentos de viento, bronces y/o percusión, para el primer
semestre de este año. Informes: www.music.cua.edu y www.lamc.cua.edu.
Yoga. La Universidad Internacional de Yoga, sede Recoleta,
abrió la inscripción para su curso de instructor de
yoga: incluye meditación, coreografías y lecturas, entre
otras actividades. Informes: 4812-7805, [email protected].
Palermo. Durante febrero, la Universidad de Palermo dará
charlas informativas sobre todas sus carreras. La actividad es gratuita
y abierta al público, pero requiere inscripción previa.
Informes e inscripción: Córdoba 3501, de 10 a 18; o
en la web www.palermo.edu.ar.
Esperanto. Hoy, a las 17, se dará una clase gratuita
para conocer la lengua esperanto. En la Asociación Buenos Aires
de Esperanto, Paraguay 2357, 4961-4302. |
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