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LAS MUJERES SON HOY MAS ESCEPTICAS Y CRITICAS QUE LOS HOMBRES
Política, desencanto y rimmel

Las encuestas de opinión marcan un cambio en la visión política de las mujeres, que ahora tienen una posición más crítica hacia gobierno y economía. La mayoría no simpatiza con ningún partido.

Rol: Actualmente hay un 25 por ciento de mujeres jefas de hogar y en los sectores medios es creciente el porcentaje que gana lo mismo o más que sus maridos.

Por Mariana Carbajal

Las mujeres no creen en los partidos políticos. Están más desencantadas que los hombres, tienen una posición más escéptica y son más críticas que ellos tanto de la gestión presidencial como de la marcha de la economía. Los datos surgen de diversas encuestas de opinión –a las que tuvo acceso Página/12– realizadas por la consultora Graciela Römer y Asociados en el área metropolitana. “Las mujeres tienen una visión más crítica de la realidad y son especialmente sensibles a dos temas: el ético y el económico. En la medida en que hoy ésos son los dos temas que marcan la agenda de demandas de la sociedad frente a la situación social y económica del país, el contexto estimula su mayor escepticismo en relación con el sistema político”, explicó Römer, en un reportaje con Página/12 en el que analizó el pensamiento político del electorado femenino y su posición frente al gobierno de Fernando de la Rúa, en vísperas de la celebración del Día Internacional de la Mujer.
Para Römer, la explicación a este mayor desencanto de las mujeres con relación a la política y al desempeño del Gobierno hay que buscarla en el hecho de que hoy ellas cumplen un rol “más activo en el desarrollo de estrategias complejas de supervivencia”. Según datos de la consultora, actualmente hay un 25 por ciento de mujeres jefas de hogar y en los sectores medios es creciente el porcentaje de mujeres que gana lo mismo o más que sus maridos.
“Si se analiza la evaluación del Gobierno, un aspecto interesante y notable es que las mujeres tienden a ser más críticas que los hombres tanto de la marcha de la economía como de la gestión del gobierno nacional. En realidad, son fuertemente críticas”, destacó Römer.
Históricamente, puntualizó, las demandas de las mujeres se orientaban hacia temas educativos y de salud. Y en los últimos años empezó a emerger entre sus preocupaciones el tema de la corrupción. Sin embargo, sobre todo a partir de 1996, los temas coyunturales y especialmente las demandas económicas han pasado a ocupar un lugar central en los reclamos de la población femenina, describió la analista de opinión. A través de una encuesta, de diciembre de 2000, la consultora encontró que, dejando de lado la desocupación, los problemas del país que hoy más les preocupan son la inseguridad pública (42 por ciento), la salud pública (18 por ciento), la baja de salarios (12 por ciento) y el funcionamiento de la Justicia (9 por ciento). Los hombres, en cambio, ponen un mayor acento en el control de la corrupción (30 por ciento) y la recesión económica (41 por ciento).
—¿Esta tendencia a desvelarse más por problemas coyunturales significa que a las mujeres dejó de preocuparles la corrupción?
–No. Me parece que el cambio de rol de la mujer en la pareja, sobre todo en aspectos vinculados al aporte al sostenimiento de la economía de la familia, es lo que, de alguna manera, está sustentando este viraje en términos de demandas que se priorizan. El hombre tradicionalmente era el resguardo de la seguridad económica del hogar; la mujer era el resguardo de la educación y la moral. A raíz del crecimiento cada vez más importante del aporte económico de la mujer a la economía de la familia, cambian también no solamente las posiciones relativas de roles respecto de la función que cada uno de los miembros de la pareja tiene, sino también su cultura y sus valores –respondió Römer.
Relevamientos de la consultora determinaron que actualmente el 17 por ciento de las mujeres del país que vive en pareja, ya sea casadas o unidas, y que trabajan (570.000), gana más que sus esposos y un 24 por ciento recibe ingresos similares. Estas mujeres, que tienen un sueldo mayor al de sus parejas, son el 20 por ciento de las que trabajan en el interior del país y el 17 por ciento de las que se desempeñan en la ciudad de Buenos Aires. Por otra parte, datos del Sistema de Información, Monitoreo y Evaluación de Programas Sociales (Siempro), muestran que enlos últimos nueve años las mujeres se volcaron masivamente al mercado de trabajo, mientras que los varones apenas mantuvieron su participación laboral. Así, la tasa de actividad femenina se incrementó el 26 por ciento, al pasar del 28 al 35,3 por ciento, mientras entre los hombres sólo aumentó el 1,3 por ciento (del 55,1 trepó al 55,8 por ciento).
El claro escepticismo femenino, “significativamente mayor que en los hombres”, quedó manifiesto en los resultados de otra encuesta de Römer y Asociados. La mitad de las mujeres dijo no simpatizar con ninguna agrupación partidaria. Sólo un 22 por ciento se definió como justicialista, un 9 por ciento como radical y apenas un 7 por ciento como aliancista. “Históricamente, los varones han tenido mayor preponderancia en el PJ y las mujeres eran pro-radicales. Pero en los últimos años esta tendencia se ha desdibujado bastante”, describió Römer.
A la hora de evaluar los valores que deberían profundizarse en la Argentina actual, las mujeres pregonan por “más educación” (51 por ciento) y “más esfuerzo, trabajo y sacrificio” (44 por ciento). Mientras que para los hombres se vuelve prioritaria la existencia de “dirigentes capaces y honestos para gobernar” (73 por ciento).
En los próximos comicios a senadores, uno de los dos candidatos deberá ser obligatoriamente una mujer, como consecuencia de la ampliación de la ley de cupos a la elección de los miembros de la cámara alta. Una de las preguntas de la consultora apuntó a determinar qué importancia le otorgan ellas a la inclusión de mujeres en las listas. Si bien se muestran más propensas que los hombres a que se incluyan candidatas en las listas (73 por ciento de ellas está de acuerdo y sólo el 64 por ciento de los hombres también), el grado de interés actual por las campañas políticas es menor en el sexo femenino que en el opuesto.
“¿Qué puede aportar una candidata mujer a la política?”, fue otra de las preguntas de la encuesta. Según ellas, mayor sensibilidad, un mejor manejo de la economía, más interés por la educación y un mayor énfasis por la justicia social.

 


 

LA DIRIGENCIA POLITICA Y LAS MUJERES SEGUN RöMMER
Candidatas de “efecto puloil”

Por M. C.

“La dirigencia política están utilizando a las mujeres como parte del marketing político; lo que yo llamo ‘efecto puloil’: la designación de candidatas para limpiar la cara y la imagen de la política, pero sin verdadero protagonismo ni poder”, opinó la analista de opinión Graciela Römer, al evaluar el aporte de las mujeres a la política.
–¿Qué ha aportado la mujer a la política?
–Su aporte ha sido relativamente menor en términos de contenido que de participación numérica, aunque no hay dudas que desde la creación de la Subsecretaría de la Mujer, en 1983, hasta la sanción de la Ley de Cupos se han producido avances significativos en cuanto a la presencia femenina en la política.
–Pero, a su entender, el aporte ha sido pobre.
–Si uno observa a lo largo de estos años el peso relativo que han tenido las cuestiones de género en la agenda pública, encuentra que la producción no ha sido sustantiva: temas como la despenalización del aborto o la planificación familiar están vedados. Comparando con otros países, acá hay un prejuicio muy fuerte respecto a los movimientos de reivindicación de los derechos de género. El concepto de feminismo es denostado. Ser feminista es el equivalente de participar de una cultura lésbica.
–No puede negar, sin embargo, que a partir del impulso de legisladoras se logró instalar en el Congreso al menos el debate de leyes como la de salud reproductiva, que luego se aprobaron a nivel local.
–Es cierto pero hay diferencias sustantivas en la Legislatura porteña: es más heterogénea desde el punto de vista político, con un componente de posiciones de centroizquierda más importante y al mismo tiempo, la participación de legisladores jóvenes es mucho mayor en la Ciudad que en el Congreso. Esto podría explicar el porqué de la presencia de la temática de género.
–¿Por qué no hay fuertes liderazgos femeninos en el país?
–Porque, más allá de lo declamativo, la posibilidad de las mujeres de competir par a par en los partidos políticos y lograr adquirir posiciones de importancia todavía sigue siendo subsidiaria de las decisiones de los jefes partidarios.
—En una de las encuestas de su consultora preguntaron qué puede aportar una candidata mujer a la política. ¿Cuál es su opinión al respecto?
–Uno de los riesgos más importantes vinculados con la búsqueda de igualdad de género y una mayor participación de la mujer en la política tiene que ver con lo que yo llamo “efecto puloil”, y es la utilización de la mujer para limpiar la imagen de la política. En general, se asocia a las candidatas femeninas con perfiles de mayor honestidad y sensibilidad social, dos demandas muy fuertes respecto de la dirigencia política. En este marco, la idea de que la mujer porta valores éticos y de sensibilidad social superiores a los del hombre ha hecho que la mujer sea usada como parte del marketing político.

 


 

�Las mujeres corren el riesgo de perder derechos�

Para Monique Altschul, presidenta de Mujeres en Igualdad, la equidad salarial está aún lejos y hay derechos en riesgo.

Altschul, titular de Mujeres en Igualdad, sostiene que hace falta “un cambio cultural”.
“Las condiciones de trabajo son cada vez más precarias y no hay sindicatos que defiendan los derechos.”

Por M. C.

“Si las mujeres no asumen una defensa activa de los derechos adquiridos se corre el riesgo de perderlos en cualquier momento. A la licencia por maternidad, por ejemplo, le puede quedar poca vida”, advirtió Monique Altschul, presidenta de Mujeres en Igualdad, una ONG que trabaja para ampliar el espectro de mujeres en los lugares de decisión. A diferencia del impulso que le han dado a esa pelea primeras damas como Hillary Clinton, en los Estados Unidos, o Cherie Blair, en Gran Bretaña, Altschul está convencida de que no se puede esperar un compromiso similar de Inés Pertiné, la esposa de Fernando de la Rúa. “Encarna una concepción tradicional de mujer”, consideró en un reportaje con Página/12.
–¿Qué aspectos todavía conspiran contra la igualdad entre hombres y mujeres?
–La Convención sobre la Eliminación de todas formas de Discriminación contra la Mujer, que tiene rango constitucional, existe, pero hay gran cantidad de aspectos que no se implementan. Por ejemplo, estamos lejísimos de lograr la igualdad salarial para cargos de igual responsabilidad e igual rango. Por otra parte, si no hay una defensa activa por los derechos adquiridos, se corre el riesgo de perderlos en cualquier momento, como la licencia por maternidad.
–¿Por qué supone que se producirá ese retroceso en materia de derechos adquiridos?
–Porque no sólo hay que lograr los cambios, sino también defender los que ya están.
–¿Usted cree realmente que a la licencia por maternidad le queda poca vida en la Argentina?
–Sí, porque se está cortando en otros lugares del mundo, por una cuestión económica. Las condiciones de trabajo son cada vez más precarias. Se extienden los horarios de trabajo, hay menos protección, no hay sindicatos fuertes que defiendan los derechos.
–¿Qué obstáculos les impiden hoy a las mujeres acceder a los lugares de decisión?
–Es necesario un cambio cultural. El hecho de no compartir con los varones las tareas del hogar y el cuidado de los chicos y los ancianos reduce muchísimo las posibilidades de las mujeres. Muchas mujeres que están plenamente en carrera de pronto deciden tener hijos y ahí empieza a darse una brecha.
–En la Argentina real, ¿seguimos muy lejos de la paridad entre los géneros?
–Estamos más cerca, pero falta muchísimo. Habría que ver qué va a pasar dentro de una década con la cantidad de mujeres que está estudiando. Una encuesta en la UBA determinó que el 60 por ciento de sus alumnos son mujeres. Esperemos que esa presencia ayude a un cambio, aunque no es seguro. Fíjese lo que pasó en Rusia con la cantidad de mujeres universitarias: poco a poco fueron perdiendo el poder adquisitivo y, por ejemplo, muchas médicas tuvieron que emigrar y algunas se están dedicando a la prostitución.
–A partir de 1991, un 30 por ciento de los cargos de las listas de candidatos a diputados fueron ocupados por mujeres. ¿De qué sirvió la incorporación femenina a la política?
–Al principio, cuando se incorporaron las primeras mujeres por el cupo parecía que no ocurría nada. Nosotras nos preguntábamos si había cambiado la forma de hacer política y si se habían aprobado más leyes que favorecían a las mujeres. Lo que ocurrió es que entre 1983 y 1989 hubo una catarata de leyes que teníamos pendientes, que causaron mucha conmoción, como la de divorcio y la patria potestad compartida. Entonces, después de la ley de cupo se dio una especie de bajón. Pero poco a poco se ha ido remontando esa cuesta. Si analizamos qué se ha hecho en los últimos años, vemos que se ha logrado muchísimo.
–¿Por ejemplo?
–La ley de salud reproductiva. Si bien no se llegó a sancionar a nivel nacional, su tratamiento en el Congreso creó una enorme conciencia sobre su necesidad y se han aprobado normativas a nivel provincial y municipal y también se han implementado programas importantes para reducir la morbimortalidad materna o la maternidad adolescente. También se sancionaron leyes vinculadas a la violencia familiar.
–¿Usted relaciona directamente la sanción de estas leyes con la presencia de mujeres en las Cámaras de Diputados?
–Sí, decididamente. Los temas que tenían que ver con la intimidad o el hogar no se trataban en las cámaras legislativas. Aparecieron con las mujeres. Otro tema muy importante fue la creación del Registro de Deudores Alimentarios, que se aprobó en el ámbito porteño y existe como proyecto en el Congreso. A un varón jamás se le hubiera ocurrido presentarlo. Del mismo modo, la ley de acoso sexual.
–Lejos de estos “logros”, existe un gran vacío de mujeres en los verdaderos lugares de decisión ...
–Pero creo que está comenzando lentamente la transferencia. Fíjese el número de mujeres que ha pasado del legislativo al ejecutivo.
–¿Qué impacto puede tener la incorporación de un 30 por ciento de senadoras?
–Será importantísimo. El proyecto de ley de salud reproductiva murió en el Senado. Si hubiéramos tenido un Senado con ese porcentaje de mujeres probablemente tendríamos esa ley. Muchísimas de las leyes que se originaron en Diputados vinculadas a las mujeres se pararon en el Senado.
–Hillary Clinton, cuando era primera dama, y actualmente Cherie, la esposa de Tony Blair, se destacaron en la defensa de los derechos de las mujeres en sus respectivos países. ¿Cómo la ve en ese rol a Inés Pertiné? ¿Tiene ese perfil?
–No, para nada. Tampoco creo que ella quiera asumir un rol político. En la Argentina, la única primera dama que ha asumido ese perfil fue Evita.
–¿A qué adjudica su ausencia de la escena política?
–Supongo que encarna una concepción tradicional de mujer.
–¿Qué debería ocurrir en el país para dar, en el corto plazo, un paso adelante en términos de igualdad entre hombres y mujeres?
–Que las mujeres asuman realmente el rol de ciudadanas y tengan un rol más activo en la defensa de sus derechos como consumidoras o en la protección de la ecología; en lo que sea, no necesariamente en un papel feminista. En la Ciudad de Buenos Aires habría una interesantísima oportunidad si se llega a dividir en comunas.

 

Las actividades para conmemorar el día

El presidente Fernando de la Rúa lanzará una campaña de promoción para que las mujeres que se desempeñan como empleadas domésticas se incorporen al Régimen Especial de Seguridad Social. En el acto, que se realizará a las 12.30 en la Casa Rosada, también se presentará el Programa Nacional de Prevención del Cáncer Génito-Mamario.
A las 18.30, la Dirección General de la Mujer del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires dará a conocer la publicación “Mujeres en Números”, que analiza la situación de la mujer argentina. La presentación se realizará en Carlos Pellegrini 211 y participarán Aníbal Ibarra, Cecilia Felgueras y Daniel Figueroa.
La agrupación Amas de Casa del País, la Central de Trabajadores Argentinos (CTA) y la Corriente Clasista y Combativa (CCC), entre otras asociaciones, convocan a las mujeres a marchar “contra la desocupación y la pobreza; contra toda violencia que se ejerza contra las mujeres; y por los derechos sexuales y reproductivos”. La cita es a las 16, frente al Congreso, y a las 17 se iniciará la marcha hacia Plaza de Mayo.
El Colegio Público de Abogados de la Capital Federal conmemorará el día con un acto en el hall central del Palacio de Tribunales, a las 12.30.
La Comisión de Mujer, Infancia, Adolescencia y Juventud de la Legislatura porteña coordinará a las 10 un espectáculo artístico en el Club Bonanza, perteneciente al Hospital “Braulio Moyano”, ubicado en Brandsen 2570.
En la esquina de Montevideo y avenida Corrientes, entre las 18 y las 23, distintas organizaciones feministas realizarán actividades artísticas (tango, murga, actuaciones, lectura de poesías) y compartirán los resultados del trabajo realizado a lo largo del año.
Carmen Storani, titular del Consejo Nacional de la Mujer, participará a las 14 en el Hospital Garrahan de una conferencia sobre los derechos de las mujeres, la discriminación en el empleo y la igualdad de oportunidades.
En el Centro Cultural Marcó del Pont, del barrio porteño de Flores (Tte. Gral. Artigas 202), se podrá disfrutar de la muestra de fotografía “Mujeres de antaño y hogaño” y de la exposición “Mujeres escultoras”, realizada en conjunto con el Museo Perlotti.
Mónica Carranza, del comedor infantil Carasucias, la monja africana Theresa Varela, que dirige comedores infantiles en Córdoba, y Margarita Barrientos, del comedor Los Piletones, serán homenajeadas durante un desfile que se realizará en el Hotel Caesar Park.

 

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