Por Gustavo Veiga

No es común, al menos desde que Diego Maradona tomó como fuente de ingresos el cobro de las entrevistas que brinda, que el mejor futbolista de todas las épocas acepte un reportaje sin poner esa condición. El ex jugador, hombre de palabras filosas, más pasional que sereno y, polémico como siempre, mantuvo una larga conversación con el diario La Voz del Interior –que se reproduce aquí en gran parte–, en la que abordó una múltiple cantidad de temas. En un ambiente distendido y con las canciones de Rodrigo como música de fondo, en la habitación de un noveno piso que ocupa en un hotel céntrico, el ídolo, ataviado con una vincha que ya adoptó como seña de su identidad actual y con lentes de contacto de un color azul profundo que le transfiguraron el rostro, estuvo acompañado de su alter ego y representante, Guillermo Coppola y de dos empresarios que pretenden vincularlo al club Talleres de Córdoba (ver aparte).
–¿Qué jugador te representa más hoy en el fútbol argentino?
–Yo sigo jugando mentalmente, esto lo digo muchas veces cuando hablo de fútbol. Y siempre comento que Pablo Aimar es el jugador que más demostró con un físico de m... Dicho con todo el respeto que el pibe se merece. Por algo no podía jugar dos partidos seguidos, porque no aguantaba. Cuando lo pararon no aumentó un kilo, no hizo ningún trabajo especial. ¿Eso no lo ve nadie? Aimar está jugando por acostumbramiento y podríamos sacarle mucho más beneficio a él de lo que está haciendo. Aimar es el que más me gusta, el que más se acerca a lo que yo quiero como jugador de fútbol.
–¿Y Riquelme?
–Cuando tuvo que dar la talla la dio, por eso dije que se recibió de crack. Nadie juega y pisa la pelota en Japón como lo hizo él, si no tiene personalidad.
–¿Cómo tomás el hecho de que se te compare con Aimar, Riquelme u otros jugadores de la actualidad?
–Las comparaciones son odiosas. A Orteguita le metimos enseguida el Maradona arriba y fue a Europa y no la tocó. Yo tuve más suerte (acompaña su ironía con un gesto evidente). Tenemos la costumbre de decir es el nuevo Maradona o es el nuevo Alonso. Dejemos jugar a Saviolita, a Riquelme... Con su propia personalidad, con sus lagunas también. Antes nosotros no teníamos lagunas, porque si no nos agarraban a trompadas nuestros propios compañeros.
–Si dirigieras un equipo de Primera, ¿llamarías a tus amigos o lo formarías con los pibes que contemplás en tu proyecto sobre fútbol amateur?
–Soy muy amigo de mis amigos, pero cuando se trata de salir a la cancha, vamos a poner al mejor equipo. Porque, ¿sabés quién se va si perdemos? Yo. El primer voleo que peguen va a ser para mí. Tiene que ser así. Porque si vos estás rengo o desgarrado, por más amigo que seas, no te puedo llamar.
–Me refiero a otro tipo de amigos, como Caniggia.
–A Caniggia lo pongo en bolas. No me hables de amigos que son fenómenos, que pasan la media de los mejores del mundo. Veo a un equipo al que pueda reforzar con la compra de ciertos jugadores. Y, si no, habrá que adaptarse. Se les debe dar una oportunidad a los chicos, pero los chicos no te ganan campeonatos. Siempre tienen distracciones.
–Tus esporádicas apariciones en público en la cancha de Boca, ¿son un cable a tierra?; ¿qué sentís de ese contacto con los hinchas en un palco?
–Siento que la gente recuerda mis goles y me aplaude. Nada más. Estar en ese templo del fútbol, en el palco más lindo del mundo, no me lo puede quitar ni Proietto, ni Niembro, ni Araujo, ni Vigil, ni nadie. No los dejo entrar a mi palco.
–Vos profesás admiración por el Che Guevara. Si tuvieras que parafrasearlo, ¿cuál es la revolución que desearías llevar a cabo en el fútbol? –Mi pequeña revolución es defender a la gente, no como héroe, sino como jugador de fútbol. Yo no le voy a robar un voto a los argentinos para después meterles la mano en el bolso. Acá hubo jugadores que se aprovecharon de la camiseta para que la gente votara al radicalismo o al peronismo. ¿O nos olvidamos de Passarella y compañía? El gran capitán... el gran capitán fui yo.
–¿Qué sucedió con el Sindicato Mundial de Futbolistas que habías creado?
–No se habló más porque la FIFA le tuvo miedo. Y fue porque desperté a los jugadores. Pero después nos bloquearon los sponsors y, si no hicimos un partido en Europa cuando lo fundamos, fue porque no teníamos ni ropa.
–¿Afirmás que desde la FIFA se operó para desmantelar el proyecto?
–Sí, seguro que sí. Y ahora Joseph Blatter me prometió que quería hablar y explicarme. Porque los jugadores de fútbol tenemos muchas cosas para decir. Pero no los Platini, Pelé y Beckenbauer, que arreglaron el campeonato del mundo para Alemania. Yo no me como eso de que el neocelandés de la FIFA se desmayó o se sintió mal. ¿Sabés quién definía la votación? Blatter. Y él no podía decir Alemania porque había dicho tres meses antes que Sudáfrica era su favorito cuando estuvo allá. Entonces se hizo toda la bola para decir... Germania (baja el tono de voz e imita al presidente suizo de la FIFA, dando el anuncio de la sede para el Mundial 2006). Se tapó la cara... bah, no le daba la cara.
–Julio Grondona es el vicepresidente de Blatter. Dicen que sus consejos son tomados cada vez más en cuenta en la FIFA.
–¡Si no sabe hablar inglés!... Yo creo que Julio es muy capaz, pero también muy cambiante para mantenerse en el puesto. Al momento de decidir, se entrega. Y esto se lo digo en la cara, no tengo ningún problema. El día de mañana entrenaré a Comunicaciones o dirigiré a Cuba, no sé, pero estas cosas no me las puedo guardar.
–¿Hay un dirigente en el fútbol argentino actual que te haga sentir representado?
–No, hay mucha política en el fútbol. Hay que decirle a Grondona “véndame la silla”, para ver si la da. No se trata de ser alcahuete de él para suplantarlo. Hay muchos dirigentes a los que escuchás hablar y tienen que hacerlo forzadamente de las finanzas, porque de fútbol no saben nada. Son los presidentes de clubes de fútbol y de la pelota no tienen ni idea.

SERA EN LA COPA AMERICA
Ronaldo, de regreso

Ronaldo tiene asegurada su participación en la próxima Copa América que se disputará del 11 al 29 de julio de este año en Colombia, informó hoy el coordinador del seleccionado brasileño de fútbol, Antonio Lopes. “Ronaldo está muy recuperado de su lesión. Viene entrenándose muy fuerte en dos turnos diarios y no siente ningún dolor en la rodilla operada”, dijo Lopes sobre la lesión que mantiene alejado de las canchas, desde abril pasado, al jugador de 24 años.
Lopes, cuyo cargo es supervisar el trabajo del técnico Emerson Leao, dijo a los periodistas que “es impresionante la precisión que está mostrando Ronaldo en las jugadas de gol”. El supervisor presenció en Río de Janeiro un entrenamiento del delantero, en el que combina ejercicios físicos y toque de balón. “Ronaldo está en gran estado físico. No hay prisa para que vuelva a jugar, pero creo que a mediados de año estará de vuelta en las canchas”, añadió.
Las declaraciones de Lopes se suman a las de Leao, quien el martes pasado expresó que desea contar con Ronaldo en la Copa América, en cuya primera fase Brasil se enfrentará con Paraguay, Perú y México.
El portavoz de Ronaldo, Rodrigo Paiva, dijo recientemente que el médico francés Gerard Saillant, quien operó la rodilla derecha del jugador, lo autorizó a volver a jugar “cuando sienta seguridad”.
Precisamente, el técnico del scracht, Emerson Leao, dijo ayer que el seleccionado brasileño ya no puede brindar espectáculos como hace 30 o 40 años, y eso se debe en parte a la progresiva desaparición de la figura del verdadero “puntero”.
“La hinchada debe pensar en grande, como yo lo hago: tenemos que llegar siempre al tope. Pero la hinchada no puede esperar lo que veía hace 30 o 40 años, de toques, gambetas y creatividad. El fútbol cambió. Pero yo sigo queriendo jugadores creativos”, dijo el entrenador.
“Yo creo que los marcadores laterales están matando ofensivamente a los punteros. No pueden ahogar a los jugadores de ataque, sino colaborar con ellos. Se olvidaron de que son defensores –apuntó–. Es común ver un partido y observar que cuando un equipo ataca, el marcador lateral adversario todavía está retornando del otro lado del campo de juego. Creo que hay una confusión. Dieron libertad a los marcadores laterales y no supieron dosificar. Por eso, ya no son un elemento sorpresa”.

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