Página/12
en Chile
Por
Raúl Dellatorre
Desde Santiago
Ricardo
López Murphy ocupó, sin ninguna duda, el centro de la escena.
Ni la presencia de tres jefes de Estado empañó su papel
protagónico. Apenas ingresó al salón de convenciones
donde se desarrolló la jornada inaugural de la Asamblea Anual del
BID, todas las miradas, los comentarios y los flashes fotográficos
lo tuvieron en la mira. ¿Viste que es un político
con carisma? Mirá cuánta gente vino a verlo, comentó,
irónico, un funcionario a este periodista ante la multitud que
concurrió a su exposición sobre la situación argentina,
que más que triplicó la capacidad de la sala y obligó
a varios cientos de banqueros, empresarios, funcionarios y periodistas
a seguirlo por los monitores ubicados en una sala contigua, al pie de
una escalera y en la Sala de Prensa. Cuando todavía era protagonista
principal, Página/12 hizo el último reportaje a quien fue
ministro de Economía por catorce días.
Distendido, algo más tenso cuando se le mencionaba a Domingo Cavallo
-el único que podría haberle robado el protagonismo,
habló de su preocupación por el momento político
y las dificultades que afronta el país para cumplir sus compromisos
de deuda si no logra un urgente cambio del clima en los mercados financieros.
¿Aceptaría reducir impuestos, como propuso en algún
momento Cavallo?
Bueno, habría que ver cómo se financia, ¿no?
Eso implicaría más recortes porque mayor déficit
no puede haber.
¿Habló de medidas con Cavallo?
Hablamos, en general, del problema que estamos enfrentando y cuáles
eran los motivos para elegir las alternativas que estábamos tomando.
¿Las aceptó? ¿Le propuso otras?
(Piensa antes de responder y contesta meditando cada palabra.) Bien:
él piensa que, seguramente, alguna alternativa adicional se puede
agregar para contemplar no sólo el problema técnico sino
también el problema de...
¿La economía real?
No, la economía real, no, sino el problema de formar la coalición
de gobierno. Yo creo que la Jefatura de Gabinete va a tener a cargo una
responsabilidad muy grande.
¿La crisis política repercutió negativamente
en el exterior, o piensa que se valoró más el programa de
medidas en favor de los mercados?
Yo creo que la reacción estrictamente a las medidas ha sido
favorable. El problema está en la dificultad que existe en el respaldo
político a las medidas. Hay una dificultad objetiva en el arco
parlamentario y eso es lo que ha estado en debate desde el comienzo. La
actitud de Argentina de enfrentar los problemas ha generado una respuesta
comprensiva y positiva. Obviamente, tenemos dificultades políticas,
lo que es público y notorio, y esas dificultades han hecho que
el Gobierno haga un llamado a un gobierno de unidad nacional.
Cuando usted les pidió a los empresarios, el sábado
en la Bolsa de Comercio, que presionaran a los legisladores para apoyar
estas medidas, ¿lo hizo pensando en que no existe ese consenso
político que está reclamando?
No, bueno, lo que pasa es que en un sistema democrático es
vital que el Poder Legislativo exprese la opinión de la ciudadanía,
y a mí me parece que éste es un tema de opinión pública.
En este momento, una desventaja que yo tengo es que se percibe el esfuerzo
de corrección del déficit como si fuera una postura a priori,
un prejuicio. Y en realidad, lo que estamos haciendo es reencauzar un
programa al programa original. Y eso es la única alternativa que
tiene la Argentina.
Algunos empresarios ayer decían que es necesario rever el
paquete para que incorpore medidas proactivas. ¿Usted lo está
reviendo?
¿Usted me dice medidas que me cuesten recursos? Si usted
me dice que cuestan recursos, dígame de dónde los voy a
sacar.
¿Usted no aceptaría como una condición para
este gobierno de unidad nacional medidas proactivas que signifiquen un
costo fiscal?
No, yo lo que diría, en todo caso, es que habrá que
ver de dónde se financian. Lo que sí yo tengo claro es que
este nivel de déficit que hemos comprometido no puede ser superado.
Es un nivel de déficit elevado, no el que tenemos, sino al que
vamos a llegar si hacemos todo lo que está planeado.
¿Van a salir al mercado de deuda para buscar que se exprese
el consenso a estas medidas de la comunidad financiera internacional?
Sobre eso déjeme que no me exprese ahora, porque yo quiero
esperar que se resuelvan las circunstancias políticas de la Argentina
para tener los anuncios de una manera más coordinada. Creo que
todo lo que yo especifique en este momento, lo que hace es más
complejo todo el proceso de negociación, y lo que necesitamos en
este momento es que el proceso marche rápido (López Murphy
renunciaría unas horas más tarde).
De la palabra del presidente De la Rúa de ayer hubo diferentes
interpretaciones, incluso con respecto a que la Argentina estaría
pasando por un momento de crisis en el pago de la deuda.
Argentina tiene un problema de desequilibrio financiero, porque
tiene un déficit importante. Eso es cierto, y ese desequilibrio
obviamente le hace complejo conseguir financiamiento.
¿Y con ello cumplir con sus compromisos más próximos?
No, no. Si nosotros lográramos poner en marcha el paquete
con toda su intensidad, eso crearía un clima muy favorable.
¿Lo sorprendió la actitud de Federico Storani y de
los funcionarios del Frepaso de renunciar mientras usted estaba dando
su discurso?
Mire, yo sabía las disidencias que había respecto
a la propuesta para resolver el desequilibrio. Y era consciente de esa
diferencia. También era consciente de que debíamos resolver
algo, ya habíamos estado muchos días deliberando. Mi responsabilidad
como ministro de Economía era, finalmente, tomar una actitud.
¿Y la actitud de Alfonsín?
Yo creo que va a haber en todo el espectro político argentino
muchos análisis, discusión, propuestas. Yo como ministro
he hecho la que creo que era más razonable, adecuado y factible.
¿Usted, como político, consideró durante la
semana pasada que este programa iba a necesitar una coalición de
otro tipo para apoyarlo?
Eran apreciables las dificultades que había. Objetivamente,
había dificultades, pero también había dificultades
en no hacer nada. Tenía necesariamente que actuar. En el lugar
que yo estoy, usted no puede demorar el hecho de actuar.
Cavallo
tiene gran prestigio
El
señor Cavallo tiene un gran prestigio, una gran capacidad
de convocatoria, y yo creo que demuestra un espíritu muy
generoso de parte de él al entrar en este momento tan difícil
a trabajar junto con las autoridades. Quien se expresó
así con respecto al ex ministro bajo el cual alumbró
la Convertibilidad no es un militante de Acción por la República
hablando de su jefe y líder político sino el jefe
del Departamento para el Hemisferio Occidental del FMI, Claudio
Loser, al ser consultado por Página/12. Diplomático,
fue apenas menos generoso con Ricardo López Murphy, cuando
se le pidió una opinión acerca del por entonces ministro,
que aceptaría compartir gabinete con Cavallo. Es un
hombre de una gran calidad profesional y de una gran integridad
personal, y realmente pienso que pueden trabajar juntos, imaginó,
erróneamente. Según Loser, la Argentina tiene
suficientes problemas, pero no veo la necesidad de que tenga que
recurrir a una reprogramación de su deuda para cumplir
con sus compromisos más inmediatos. Aseguró que el
Fondo no está trabajando sobre esa hipótesis y subrayó
que el Presidente ha sido muy claro en que se va a respetar
la deuda.
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