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También se paga en caja de ahorro

El impuesto a las transacciones financieras también alcanza a varias operaciones que se canalizan por caja de ahorro. Más dudas.

Pedro Pou, presidente del
Banco Central. Pocas aclaraciones.
Un cheque de otro banco depositado
en c/a paga el impuesto.

Lejos de diluirse, las dudas sobre el alcance del nuevo impuesto a las transacciones financieras ayer se multiplicaron. Los bancos siguieron recibiendo miles de consultas y el propio Banco Central tuvo que aclarar que no había sacado ninguna resolución referida al cobro del impuesto a las operaciones con caja de ahorro. Sin embargo, muchos usuarios se sorprendieron cuando los bancos les aplicaron descuentos por el cobro de cheques a través de la caja de ahorro. La confusión surgió por la intrincada redacción del decreto reglamentario de la ley que creó el impuesto. Ahora que comenzó a aplicarse, se comprueba que son muy pocas las operaciones exentas. Y que incluso hay varias por caja de ahorro que están alcanzadas por el gravamen.
Una de ellas, justamente, es el cobro de cheques. Si una persona recibe un cheque del banco X y lo deposita en su cuenta en el banco Y, debe pagar el impuesto. Y la tasa es del 0,5 por ciento, mayor a la general del 0,25 por ciento. Por ejemplo, por un cheque de mil pesos, debe tributar 5 pesos. Sólo quedará librado de pagar el impuesto quien reciba un cheque del mismo banco en que tiene su caja de ahorro. El Banco Galicia incluyó en su página en Internet una detallada explicación sobre cuáles son las operaciones gravadas, a fin de despejar las dudas de sus clientes. El instructivo explica lo siguiente:
El impuesto se aplica a los débitos automáticos en caja de ahorro de personas jurídicas, no de personas físicas. Esto implica que las empresas, asociaciones, entidades civiles y cualquier otra persona jurídica debe pagar el impuesto si utiliza el sistema de débito automático. Por ejemplo, una empresa que paga los servicios públicos por esa vía se encuentra alcanzada por el tributo, a una tasa del 0,5 por ciento. En cambio, los particulares que utilicen el débito automático en caja de ahorro están exentos.
Créditos por gestión de cobranza. Los bancos aplican el impuesto por el depósito en caja de ahorro de cheques emitidos en otras entidades, el descuento de facturas y el pago a los comerciantes de los cupones de ventas con tarjeta de crédito. La tasa también es el 0,5 por ciento.
El gravamen alcanza a los débitos en caja de ahorro por órdenes de giro y transferencias, con una tasa del 0,5 por ciento.
Otra duda, aún no aclarada por el Banco Central, es qué pasará con los cheques con múltiples endosos emitidos antes de la promulgación de la ley. La autoridad monetaria debe sacar una resolución determinando si los bancos deben aceptar o no esos cheques. Esto es porque la ley dictaminó que los cheques comunes pueden tener un solo endoso, y dos en el caso de los cheques diferidos.

 


 

AEROPUERTOS Y CORREO, EN REVISION
Bastos muestra el ancho

El ministro de Infraestructura, Carlos Bastos, se dispone a renegociar los contratos de aeropuertos y el Correo, dos privatizaciones conflictivas que dieron lugar a reclamos cruzados entre los adjudicatarios y el Gobierno. En el caso de las estaciones aéreas, el Gobierno planea sentar al consorcio presidido por Eduardo Eurnekian con la intención de forzar una baja de tarifas y, al mismo tiempo, revisar el monto del canon.
El criterio para sentarse con los grupos que lideran Socma, en el caso de la empresa postal, y la Corporación América, en el caso de las estaciones aéreas, será reemplazar la obligación de cumplir un plan de inversiones por la de honrar ciertas metas de calidad del servicio. Naturalmente, esta revisión incluiría también el recálculo de cuánto deben pagar los concesionarios por canon, compromiso anual por el que ambos acumulan abultadas deudas a favor del Estado.
“Estamos en el peor de los mundos”, aseguró Bastos en relación con la concesión de los aeropuertos, cuyo programa de obras está muy demorado. A juicio del ministro, las aerolíneas están en una situación económica crítica, las tasas (algunas las cobran el concesionario, otras la Fuerza Aérea) son muy altas y el canon comprometido puede resultar inviable.
Al menos por ahora, Bastos trabajará con los mismos secreta- rios de Comunicaciones (Henoch Aguiar), Transporte (Jorge Kogan) y Obras Públicas (Aníbal Rothamel), heredados de la gestión anterior. La novedad es el secretario de Energía, área que se transfirió a Infraestructura y que comandará Alejandro Sbruga, hombre de confianza del ministro.
Sbruga trabajó junto a Bastos en la privatización de Segba, realizada en 1992. Ahora, el nuevo secretario tendrá entre sus misiones prioritarias la de reformular el sistema de comercialización de la energía eléctrica y gas, “introduciendo más competencia”. Bastos aseguró ayer que, a mediano plazo, estas actividades introducirán la figura de los comercializadores, que podrán comprar luz o gas para venderlo en grandes cantidades o al menudeo, también a usuarios domiciliarios. Se trata de una versión remozada de los actuales brokers, previstos en los marcos regulatorios, pero que hasta ahora sólo venden energía a los grandes usuarios. Este nuevo esquema promete sumar otros actores a un negocio que en Gran Buenos Aires y Capital Federal hoy manejan sólo Edenor y Edesur, aunque esto no ocurriría antes de dos o tres años.

 

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