Principal RADAR NO Turismo Libros Futuro CASH Sátira

el Kiosco de Página/12

[email protected]

Por Enrique Medina

Son los chochamus del bar, grandecitos. Los fines de semana se reúnen a tomar sol en la vidriera. Son de los que garronean el diario y hablan horas con un solo café. Juntan mesas como si estuvieran en casa. Los mozos los aguantarían si no fuera que ocupan los mejores lugares. Hablan de todo, van de la política a las intimidades familiares pasando por todos los rubros imaginables, sin descartar las féminas que acarician las veredas. Son banderolas sin pudor, si sobra una silla no dudan en poner un pie (o los dos) encima. Si el mozo, delicadamente, oprime la observación correcta, ellos quitan el pie sin siquiera mirarlo y sin dejar de opinar sobre lo que en el momento se dilucide. Hablan alto, por supuesto. Se echan en el respaldo con actitud de grandes señores. Por el físico de algunos puede pensarse que están lejos de dietas y caminatas anticolesterol. No tienen clase definida. Si se recurre a la convención, por la pilcha pueden ser de clase media-medio deteriorada, más elevados si se anota que uno usa zapatos modelo “space” de hush puppies’ stores, hasta hay otro que se anima a la corbata, y quien los escuche de espaldas puede no equivocarse si por el lenguaje creyera que son habitués del fútbol (con respeto, claro). Seguramente el gordo sea dueño de un kiosco de golosinas, el otro de una parada de diarios, el de anteojos y la corbata un oficinista, el de gruesos bigotes taxista porque cuenta que:
–Me la tuve que comer, increíble, de una mina. Vos sabés, ves una mina manejando el taxi y te da bronca, hay que decirlo, si no hubiera maniobrado para el joraca me contengo, pero casi me raspa la boluda y le dije: “Boluda ¿por qué no te vas a lavar los platos?”...
–¿No se te ocurrió nada más original?
–¿Qué querés, que antes de salir a laburar me haga una listita de piropos originales o que les pida consejo a los de café-fashion? ¿Qué me decís, querés?...
–Dale.
–Entonces la guacha se me pone a la par y me dice: “¿Sabés por qué no voy a lavar los platos? ¡Porque en casa tengo un boludo como vos que me los lava!”.
Los muchachos ríen y bromean. El taxista asegura que primero se embroncó, luego, la verdad que le gustó la actitud de la mujer y la siguió, pero ella siempre lo miró con cara seria. No pasó sotana.
Derivan a la política, sin mucho brillo. Luego el de corbata y anteojos, que tiene un dragón metido en el bolsillo, se queja de la internet, de lo que le cuesta conectarse, entrar, bajar, descargar, y todo el despiole y pérdida de tiempo. Dos de los que escuchan ponen cara de las cavernas, el de zapatos space le pregunta qué servidor tiene. Los de cara de las cavernas retroceden otros dos siglos.
–Tengo un montón. Un quilombo, la verdad.
–¿Cómo un montón?...
–Y sí, si no entro con uno entro con el otro, pero debo tener algo mal configurado porque entro con el teléfono de Tutopía y se me aparece Fullzero. Un quilombo.
–¿Esos dos tenés?...
–No. Más. Tengo Alternativa, Gratis, Uyuyu, Icero...
–¿Y para qué tantos?
–Y te digo, si no entro con uno entro con otro... pero siempre me sale el cartelito “su tiempo ha finalizado, ¿desea volver a conectarse?”...
–¿Te sale caro? –pregunta el taxista.
–No, qué me va a salir caro, si son todos gratis, lástima la anulación del 0610...
–Y claro, gilún. Si todo es una trampa para giles. ¿No te lo dije ya, que es un arreglo con las empresas de teléfonos. Primero inventaron ese número gratarola para que la gilada caiga, una vez adentro sonaste. Es lo mismo que las canaletas de cable, al principio dijeron que debían cobrar porque se daban películas sin corte y sin publicidad. Ahora tienen más publicidad que las canaletas de aire pero siguen cobrando igual, y más caro con el curro de los kits y las manganetas de los paquetes para ver fútbol en directo...
Y siguen las quejas, consejos y explicaciones que desembocan en el ex presicapicúa y su liberalismo dulce-far-niente que despedazó el país y ahora se casa tan tranquilito (siempre y cuando zafe del negociado de las armas)... Ya se van levantando para irse, cuando el taxista arremete:
–Pero hay olores de cambio, no sé, se me hace...
–¿A qué te referís?
–Y ¿no viste?... Ahora Cavallo hace discursos socialistas... El ex capicúa tendrá que tocar el pianito... Y, en una de esas...

 

REP

 

PRINCIPAL