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RENUNCIA POR EL ESCANDALO DE LOS PLANES DE CAPACITACION
Cuando todo pasa de morado oscuro

Dimitió un funcionario de Trabajo ligado a Franja Morada. Y es casi seguro que Veljanovich se iría �en cuestión de horas�.

Por Laura Vales

La investigación sobre los planes Nuevos Roles Laborales que terminaron en manos de dirigentes y militantes de Franja Morada provocó ayer la primera renuncia. El funcionario del Ministerio de Trabajo Marcelo Di Stéfano dejó su cargo entre amargas quejas de haber sido “objeto de una operación política”. Di Stéfano, un abogado treintañero y ex militante de Franja Morada, no corre ningún peligro de convertirse en un desocupado: todo indica que volverá a ocupar una oficina como empleado jerárquico de la Universidad de Buenos Aires, donde gozaba de licencia. En el Gobierno dicen que su apartamiento no va a ser el único. Un alto funcionario de la Ciudad de Buenos Aires y otro de Nación dijeron a este diario que la continuidad de Rafael Veljanovich como subsecretario de Promoción Social porteño también quedó en la cuerda floja por el avance de la pesquisa, y que su alejamiento de la función pública sería “cuestión de horas”.
La situación de Di Stéfano era particular. Fue nombrado en enero pasado como Director Nacional de Capacitación Laboral, cargo que lo colocó al frente de un área que maneja planes similares a los Nuevos Roles Laborales, pero dentro del ministerio nacional que conduce Patricia Bullrich.
Los Nuevos Roles no pertenecen al ámbito de la Nación sino al municipal. Pero Di Stéfano quedó ligado al escándalo por otros factores; el principal es que fue abogado representante de Amigos de los Espacios Verdes, una de las ONG más beneficiadas por el programa bajo investigación y en la que ya se descubrieron gravísimas anomalías.
En segundo lugar, casi toda su familia apareció mencionada en la denuncia judicial. Su padre Carlos, por ejemplo, que era asesor de Rafael Veljanovich, fue señalado como quien conseguía personas que no eran desocupadas (pero fingieron serlo) para inscribirlas como beneficiarios de planes de 200 pesos mensuales. Ese fue el caso de Natalia Gutenmayer, la joven (ex) jefa de prensa de Veljanovich que se convirtió en la primera beneficiaria trucha en contar cómo se había armado el negocio.
Para las ONG, dicen los investigadores, la ganancia mayor provenía del dinero que la municipalidad les entregaba para ejecutar cada programa de capacitación, es decir para pagar a los docentes y cubrir gastos varios. La sospecha es que muchos de estos cursos en realidad nunca se hicieron y algunas de las personas que fueron inscriptas en ellos ya revelaron que la ONG se quedaba con una parte de los 200 pesos que les correspondían como asistencia por estar desempleados.
Además del rol cumplido por el padre de Di Stéfano, tres de los hermanos de Marcelo se anotaron y cobraron estos programas, a pesar de que estaban lejos de pertenecer de una familia “en situación de vulnerabilidad”, y de que la ley prohíbe que se nombre a más de un integrante de un mismo grupo familiar como beneficiario.
Ayer, en la carta de renuncia que le escribió a Patricia Bullrich, el (ex) funcionario admitió haber sido abogado de Amigos de los Espacios Verdes y dio a entender que desconocía lo que hicieron sus familiares directos. Intentó mostrarse como “objeto de una operación política” y subrayó que tiene la “certeza” de que no pesa sobre él ninguna “imputación jurídica”.
Pero fuentes judiciales confirmaron que es uno de los “involucrados” en la causa. “Su grado de participación en los hechos todavía no está definido, pero sin duda está bajo investigación”, resumió a Página/12 un funcionario con acceso al expediente.
Simultáneamente a la renuncia de Di Stéfano, los principales dirigentes de Franja Morada hicieron declaraciones públicas de contenido notablemente diferente a la reacción que habían tenido tras la difusión pública de la denuncia penal, cuando repudiaron a su autora, la defensora del Pueblo Alicia Oliveira, por haber vinculado el nombre de la FUBA a las maniobras detectadas. Entre otras cosas, las principales cabezas de Franja informaron que pidieron la renuncia de todos los integrantes de su agrupación involucrados en el caso (ver aparte). También admitieron, por primera vez, la necesidad de “asumir el debate de cómo se financia la actividad política”.
La autocrítica no refleja una posición monolítica dentro de la fuerza universitaria, sino que sale de los dirigentes universitarios de mayor peso y a la vez distanciados del liderazgo de Rafael Veljanovich. El actual subsecretario de Promoción Social porteño fue presidente de la FUBA y de la FUA antes de convertirse en funcionario. Los militantes de Franja con cargos en el gobierno de la Universidad a quienes se descubrió como beneficiarios del Nuevos Roles pertenecían, en su gran mayoría, a su corriente interna.

Los pobres de Arroyo
Guillermo De Maya fue presidente de la Federación Universitaria de Buenos Aires (FUBA) durante el año pasado y es uno de los dirigentes de Franja Morada que aparecen vinculados al manejo irregular del Plan Nuevos Roles Laborales. En su caso, es uno de los socios fundadores de una de las ONG favorecidas con un alto número de programas. Ayer De Maya admitió que “por supuesto” conoce a las personas denunciadas por haber recibido los planes destinados a familias carenciadas y reveló incluso que “en el listado hay gente que vive en la calle Arroyo, tercer piso a la calle”, es decir en una zona de alto poder adquisitivo. En declaraciones radiales, De Maya aseguró que Franja ya “expulsó e inhabilitó a todos aquellos que tuvieron beneficios”.

 

OPINION

Que se investigue a fondo

Por Franja Morada (Mesa Nacional) (*)

La Franja Morada es una agrupación estudiantil que desde hace más de treinta años viene realizando su aporte en la defensa y consolidación de la Universidad Pública en la Argentina. Desde siempre inspiró su accionar en la Reforma Universitaria de 1918, que liberó a los claustros de la vieja tradición monástica y los abrió a las nuevas mayorías, así como en los valores éticos y republicanos del partido radical. En los años setenta, junto a la Juventud Radical alzó su voz en defensa de la paz, la vida y la democracia.
En las postrimerías de la dictadura inició la reconstrucción del movimiento estudiantil. Ya en democracia, impulsó la normalización de las universidades, la revisión de los concursos docentes de la dictadura y la lucha por los derechos humanos. Desde entonces preside por decisión de los estudiantes la Federación Universitaria Argentina, habiendo conducido con éxito al movimiento estudiantil durante la década de resistencia al menemismo.
La Franja Morada es, sin riesgo a equivocarnos, una de las organizaciones políticas juveniles más importantes del mundo; por su extensión geográfica, por su permanencia en el tiempo, por la coherencia de su accionar. En cada ciudad del país en la cual hay universidad pública hay Franja Morada, de Ushuaia a La Quiaca, de la cordillera hasta el mar. Donde hay Franja Morada hay estudiantes aferrados a la utopía de la universidad del pueblo, sólo realizable en un país pensado para todos.
Que la política estudiantil no insume millones es un secreto a voces. Que nuestra agrupación se financia, cuando no del bolsillo de sus militantes, de su vínculo orgánico con la Unión Cívica Radical (y por lo tanto de sus aportes legales), tampoco. Sin embargo ello no nos exime de la posibilidad de acciones individuales que no sólo provocan nuestro repudio, sino que además desmerecen el esfuerzo desinteresado de cientos de militantes de todo el país.
Cuando escuchamos denuncias que involucran a integrantes de nuestra agrupación, sólo podemos reclamar que se investigue a fondo hasta el total esclarecimiento de los hechos. Y como siempre brindarle nuestro apoyo y respeto a quienes tienen la obligación de investigar y hacer justicia. Solo así podremos continuar con nuestra lucha de todos los días, en cada aula, en cada universidad, en los centros, en los consejos, junto a los estudiantes y junto al pueblo. Somos conscientes además que en un país agobiado por una crisis política y social sin precedentes, la juventud se transforma muchas veces en la reserva ética y moral de la sociedad, en la esperanza de un futuro mejor. Pedimos disculpas a la gente por poner en duda esa ilusión y nos comprometemos a apartar de nuestra agrupación a quienes resulten responsables.
Creemos en la política como herramienta de transformación social y estamos convencidos de la necesidad de su transparencia. Creemos por ello que hay que dar una batalla sin cuartel al flagelo de la corrupción que carcome nuestras instituciones. La corrupción siempre es inmoral, pero lo es aún más cuando se utilizan planes destinados a personas de bajos recursos. Ante esta situación, el rol de una Justicia independiente resulta fundamental aunque no único. Es necesario además dar un debate a fondo sobre el financiamiento transparente de la política a partir de la reivindicación de ésta y no en su detrimento. A lo largo y a lo ancho del país, éste también es nuestro compromiso.

* Hernán Rossi (secretario General) Mariano Sein y Marcelo Guouman (secretarios Adjuntos)

 

 

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