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        El escándalo sobre los planes Nuevos Roles Laborales destinados 
        a desocupados, pero apropiados por dirigentes y militantes de Franja Morada 
        así como por empleados estatales suma derivaciones. Desde la Franja 
        ahora señalan a sus propios referentes políticos. Guillermo 
        De Maya, uno de los dirigentes claves de la agrupación y ex presidente 
        de la Federación Universitaria de Buenos (FUBA), acusa a la Unión 
        Cívica Radical (UCR) y al Frepaso de tener entre sus afiliados 
        una proporción mucho mayor de beneficiarios de los planes de 200 
        pesos que los universitarios franjistas. Además, a partir de los 
        padrones con los que cuenta, De Maya elaboró un listado al que 
        bautizó los pudientes que abarca cerca de un centenar 
        de personas que accedieron a los planes para gente sin trabajo y que viven 
        en la sección 20 de la Capital Federal, o sea, la Recoleta.  
        Cuando denunció irregularidades en el manejo de los planes ante 
        la Justicia, la Defensora del Pueblo porteño, Alicia Oliveira, 
        recordó que el programa había sido creado para capacitar 
        a desocupados que estuvieran en situación de vulnerabilidad y fueran 
        jefes de familia, y reveló que a pesar de eso en muchos casos no 
        se cumplió con ese objetivo. Un relevamiento de la Defensoría 
        mostró que el 15 por ciento de los beneficiarios fueron universitarios, 
        un sector que difícilmente entre en la categoría de desocupado, 
        vulnerable y jefe de familia. Y que, entre otras cosas, tampoco se respetó 
        la norma de otorgar un sólo plan por grupo familiar ya que aparecían 
        500 casos de domicilios repetidos. 
        Según De Maya el programa no sirvió para financiar 
        sistemáticamente a Franja Morada sino que favoreció a muchos 
        sectores. A él la historia del abuso de los planes lo roza 
        como fundador de Amigos de los Espacios Verdes, una de las ONG que más 
        dinero del programa recibió. Sobre ese punto, asegura que se desvinculó 
        de la ONG luego de su creación. Me contactaron como presidente 
        de FUBA. Ellos tenían un plan Nuevos Roles para capacitar gente 
        en el diseño de páginas web. Sólo les presté 
        seis computadoras y después gente que se capacitó hizo un 
        portal para la FUBA, se defiende. Hecho su descargo, agrega datos 
        que, dice, muestran un caso de clientelismo político escandaloso: 
         
          Dice que encontró 899 
        afiliados porteños de la UCR y 234 del Frepaso que recibieron Planes 
        Nuevos Roles. Ellos suman el 20 por ciento de los planes entregados, 
        afirma.  
          Que la mayoría de esos 
        afiliados se concentran en cuatro ONG: Besares tiene 283 beneficiarios 
        de planes, 80 de ellos afiliados del Frepaso; Aprocip tiene 520 favorecidos, 
        126 de la UCR; en Amigos de los Espacios Verdes 327 personas tiene planes, 
        47 son del radicalismo; y Práctica Social tiene 32 beneficiarios, 
        20 de la UCR.  
          También muestra un listado 
        con cerca de cien beneficiarios, los pudientes, que reportan 
        domicilio en la Recoleta.  
        De Maya contrapone argumentos a los de Alicia Oliveira, quien puso énfasis 
        en los adjudicatarios universitarios de planes, entre quienes aparecieron 
        dirigentes franjistas ligados a Rafael Veljanovich. Hasta el martes, Veljanovich 
        lideró la Subsecretaría de Promoción Social porteña, 
        pero el área fue disuelta y así su ex titular evitó 
        ser echado. A favor de la teoría de De Maya, la legisladora Vilma 
        Ripoll (Izquierda Unida) denunció el viernes que al menos 54 empleados 
        estatales también recibieron planes.  
        
      
        
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             Escrache a la Franja 
             ¡Borombombón, borombombón, para la Franja, 
              destitución!, gritaban unos cincuenta estudiantes que 
              tomaron la entrada de la sede del rectorado de la Universidad de 
              Buenos Aires (UBA), en Viamonte al 400, en repudio al manejo irregular 
              de los planes Nuevos Roles Laborales. El escrache a la Franja Morada 
              se hizo mientras sesionaba el Consejo Superior de la UBA. Los estudiantes 
              ingresaron pacíficamente, con bombos y pancartas, y la sesión 
              se suspendió. Mientras a los verdaderos desocupados 
              les niegan los planes, los militantes de Franja se los roban, 
              se quejó Gabriel Solano, entre los manifestantes. Todo 
              esto desacredita a la UBA, queremos recuperar la universidad, 
              dijo Freddy, del PO, titular de la secretaría obrero-estudiantil 
              de la FUBA. Entre los convocantes a la protesta figuraban la secretaría 
              general de la FUBA, los centros de estudiantes de Ingeniería, 
              Ciencias Exactas, Veterinaria, Ciencias Sociales y del CBCCiudad. 
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             OPINION 
              Por Alejandro Alborino* y Alberto Vivanco** 
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              De la Reforma a la 
              patota sindical 
            La agrupación Franja Morada debe su nombre al color de las 
              cortinas de pana de los despachos del Rectorado de la Universidad 
              de Córdoba allá por 1918, cuando aquellas fueron convertidas 
              en estandartes reformistas durante las históricas jornadas 
              que pusieron a nuestra Universidad a la cabeza de la transformación 
              de la educación superior en América. 
              El tiempo, que todo lo erosiona, volvió a mostrarnos la enorme 
              paradoja que nos domina: no creas en nada ni en nadie 
              parece decirnos; y es que en nombre de tanto compromiso, de tanta 
              lucha acumulada, los que ostentan poder en la gran mayoría 
              de las instituciones del gobierno, dentro y fuera de la Universidad, 
              se encargan de arrastrar el heroísmo de miles de compatriotas 
              a lo largo de nuestra historia como si se tratara de un simple slogan 
              publicitario que quiere vendernos fácil lo inservible. 
              Los hechos de corrupción que investiga la Justicia y que 
              involucran a dirigentes morados (como les decimos los 
              militantes universitarios) son sólo un desprolijo emergente 
              de la práctica que una agrupación hegemónica 
              institucionalizó los últimos 20 años en la 
              Universidad. 
              Los opositores de todo signo a esta lógica nos hemos cansado 
              de denunciar maniobras, fraudes y mentiras durante los últimos 
              años, como la venta de exámenes en la 
              Facultad de Derecho de la UBA que involucró al hijo del actual 
              presidente De la Rúa y cuya investigación el decano 
              de dicha casa cajoneó, o el soborno que pidió 
              ante las cámaras ocultas de un noticiero un ex presidente 
              de Ciencias Económicas que cumplía funciones de Secretario 
              de Finanzas del bloque radical de la Legislatura porteña 
              (Walter Berardo), que en ese momento le costó la separación 
              de la presidencia de dicho bloque a su jefe, entonces legislador 
              y otro ex presidente del centro de estudiantes de Psicología 
              y de la FUBA: Lautaro García Batallán, actual viceministro 
              del Interior del gobierno de la Alianza. 
              Eso sin contar los innumerables fraudes cometidos en diversas elecciones 
              de Centros de Estudiantes y Consejos en los últimos años 
              por esta agrupación mayoritaria (como en Económicas 
              de la UBA en 1996 o Derecho y Medicina en 1999), cuya última 
              muestra de defensa de la educación pública 
              fue la detección del intento de fraude en Ingeniería 
              el año pasado (cuando ya gobernaba la Alianza a nivel nacional) 
              en donde se encontraron cédulas de identidad y libretas truchas. 
              En todos los casos han habido denuncias, bronca e impotencia. El 
              aparato radical que manda académica, política y económicamente 
              en la Universidad se ha encargado de tapar su metodología 
              corrupta y su práctica corporativa. La misma, sin duda, ha 
              tenido mayor trascendencia en la UBA por la dimensión que 
              tiene esta universidad y el poder que de ella deriva. 
              Que no se equivoquen los compañeros que han confiado en las 
              promesas y consignas que repitió la Franja Morada durante 
              tantos años; no se trata de no creer en nada ni en 
              nadie sino de la práctica de personajes que han hecho 
              de la frase del lamentablemente recordado Alfredo Yabrán 
              casi un mandamiento: Poder es impunidad. 
              Lautaro García Batallán, Rafael Veljanovich, Guillermo 
              de Maya, Nicolás Simone y tantos otros dirigentes de Franja 
              Morada antimenemistas pasean hoy por las calles de la 
              ciudad en sus Ferrari Testarossas. 
              Mientras tanto, con prisa y sin pausa, está naciendo una 
              nueva dirección del movimiento estudiantil. Lo hace al calor 
              de la lucha por la dignidad, el trabajo y la educación que 
              necesita nuestro pueblo y nuestra Argentina. 
             * Secretario de Bienestar Estudiantil de la FUA - Unidad Opositora 
              ** Miembro de la Mesa Nacional de la Unidad Opositora (tercera fuerza 
              nacional del movimiento estudiantil) 
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