Por Javier Lorca

Tras más de un año sin someter a examen la calidad de sus cursos, la UBA –la única universidad del país que no lo hacía– resolvió ayer volver a presentar sus posgrados ante la Comisión Nacional de Evaluación y Acreditación Universitaria (Coneau). El “operativo retorno” fue aprobado por todo el Consejo Superior de la universidad, con la sola excepción del claustro estudiantil. El acuerdo se alcanzó sobre la base de algunas modificaciones realizadas por la Coneau: “Ahora informamos anticipadamente quiénes van a ser los pares evaluadores y también perfeccionamos la selección de esos pares”, explicó a Página/12 el titular de la comisión, Juan Carlos Pugliese. No obstante, ya asoma otro posible conflicto entre ambas instituciones, alrededor de la carrera de Medicina.
Mientras la UBA sólo aceptó volver a presentar sus posgrados en forma voluntaria, la Coneau debe evaluar este año, en forma obligatoria, todas las carreras de grado en Medicina. “Suponemos que la UBA se va a presentar. Nosotros la vamos a invitar, ahora que empieza una etapa en buenos términos”, dijo Pugliese. Pero la secretaria de Asuntos Académicos de la universidad, Alicia Camilloni, advirtió: “La UBA aún no discutió qué hará con sus carreras de grado”.
En mayo del 2000, fue el mismo Consejo Superior de la UBA el que resolvió dejar de someter sus posgrados a evaluación. En un minucioso y crítico informe se argumentó que los criterios de la Coneau eran objetables, inconsistentes y no pertinentes. Hace un mes el decano de Ciencias Exactas, Pablo Jacovkis, propuso que la universidad volviera a la Coneau. El proyecto fue apoyado por algunos consejeros superiores y por la mayoría de los decanos. El rector Oscar Shuberoff se opuso, porque pretendía más tiempo para negociar –que finalmente ganó–, y tuvo un duro enfrentamiento con los decanos Andrés D’Alessio (Derecho), Aníbal Franco (Veterinarias), Raúl Carnese (Filosofía y Letras), Fernando Vilella (Agronomía), Máximo Giglio (Odontología) y Fortunato Mallimaci (Sociales).
Ayer, todos juntos aprobaron el retorno, en una sesión que fue interrumpida por una protesta de la Unidad Opositora de la FUBA (ver sección El país de esta edición). “Vamos a volver voluntariamente a presentar ante la Coneau nuestros posgrados. Lo hacemos en forma voluntaria, no por que la ley nos obligue”, aclaró Shuberoff a este diario. Se refería a la sentencia judicial firme que declara inconstitucional para la UBA a la Ley de Educación Superior, la norma que sustenta a la comisión evaluadora. Los pocos posgrados de la UBA que nunca fueron evaluados –la mayoría ya lo había sido antes de que ésta dejara de presentarse ante la Coneau– “podrán entrar en la convocatoria de agosto para los cursos no acreditados”, explicó Pugliese.
“La Coneau atendió varios de los reclamos nuestros y de otras universidades. Ahora hay posibilidad de recusar a los pares evaluadores; dicen haber mejorado sus mecanismos y criterios; y ya no se publican los resultados antes de que sean definitivos.” Así explicó Camilloni los motivos del retorno. “Además –apuntó Shuberoff–, estamos acordando la generación de un espacio con la Coneau, las universidades y el Ministerio de Educación para resolver los defectos graves que todavía hay.” La secretaria de Asuntos Académicos también dijo que la evaluación permitirá “contar con información para trabajar en el mejoramiento de la calidad de la universidad” y “funcionará como un sistema de control”. “La racionalidad del sistema universitario se ha vuelto tan confusa en los últimos años que es fundamental la evaluación”, agregó.
Los únicos que se opusieron al regreso fueron los estudiantes. Críticos de la Ley de Educación Superior, los consejeros de Franja Morada y del Frepaso postularon directamente desconocer a la Coneau.

LOS DISIDENTES DE CONADU CREAN SU SINDICATO
Otro gremio para los docentes

Mañana nacerá un nuevo gremio nacional de los docentes de las universidades. Los sindicatos que desde el año pasado desconocen la conducción de la Federación Nacional de Docentes Universitarios (la Conadu con reconocimiento “legal”) realizarán el viernes y el sábado un congreso en la Universidad del Litoral, en Santa Fe, para formalizar la creación del flamante gremio y elegir sus autoridades.
Los dirigentes de este sector docente afirmaron que el objetivo es “recuperar la herramienta legal y ponerla al servicio de los intereses de los trabajadores docentes conforme ha sido la línea histórica de la combativa agrupación”. José Luis Molina, de la Universidad de Catamarca, Néstor Correa, de la Asociación Gremial Docente de la UBA, y Gustavo Di Marzio, de la Universidad de La Plata, anunciaron también que durante el congreso se avanzará en el desarrollo de un “plan de lucha nacional en defensa de la universidad pública y gratuita”.
Antes, los representantes de las asociaciones de base fundarán la nueva federación. También votarán sus estatutos y elegirán una comisión ejecutiva provisoria, que tendrá mandato hasta la realización de elecciones.
Los gremios que participarán de la creación de la nueva federación son los de las universidades de La Plata, Litoral, AGD-UBA, Comahue, Patagonia Austral, Catamarca, La Rioja, Nordeste, San Juan, Cuyo, Misiones, Quilmes, La Matanza, Jujuy y la Tecnológica Nacional, entre otros. “Además de las cuestiones políticas y de ser independiente del Estado, la nueva federación sumaría más del doble de asociaciones que la ‘oficial’ y muchos más afiliados”, señaló Correa.
La fractura de la Conadu se produjo en 1998 y se agudizó el año pasado, cuando el gremio fue intervenido por el Ministerio de Trabajo. Tras la intervención, se realizó una elección que fue desconocida por aquellos gremios. Anahí Fernández resultó designada secretaria general. En torno a ella hoy se agrupan los sindicatos de Rosario, Mar del Plata, la Asociación de Docentes de la UBA, Córdoba, Entre Ríos, San Martín, IUNA y otros.
Frente al encuentro organizado para mañana y pasado por los sindicatos disidentes, la Conadu “legal” informó que “no ha convocado a ningún congreso ni ordinario ni extraordinario”.

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