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Una calificadora de riesgo casi hace naufragar el megacanje

Por Claudio Zlotnik

El megacanje estuvo a punto de terminar en un rotundo fracaso. A pocas horas del cierre de las suscripciones, el viernes último, la calificadora de riesgo estadounidense Moody’s tenía listo su informe declarando a la Argentina en cesación de pagos (default), lo que hubiera aniquilado la pretensión de Domingo Cavallo de llevar adelante la maxioperación. Y hubiese generado una corrida en contra de los activos financieros argentinos precipitando una severa crisis. Los oficios de Daniel Marx impidieron que la decisión de Moody’s se difundiera. El secretario de Finanzas pidió a los responsables de la agencia, una de las más importantes del mundo, postergar su análisis de la situación hasta después del canje. Finalmente, Moody’s emitió anoche su comunicado. Mantuvo en “B2” la nota para la deuda argentina, a sólo dos escalones del default, un nivel que comparte con Venezuela. A su vez, mantuvo sus “perspectivas negativas”. Ayer, conocido el saldo del megacanje, el riesgo país mostró una mejora sensible: cayó 63 puntos, hasta los 956.
En su informe, Moody’s dejó expresadas las preocupaciones que subsisten a pesar de que el megacanje permitió diferir pagos de deuda por 16.000 millones de dólares en los próximos cuatro años. “El canje debe entregar un alivio financiero temporal al bajar las necesidades de financiación. Sin embargo, incluso después de tomar en consideración los ahorros en el servicio de la deuda, los requerimientos de financiación del Gobierno continuarán relativamente altos, como queda demostrado con los pagos de capital del orden de 9000 millones anuales entre el 2002 y el 2005”, señaló Moody’s en el comunicado. Respecto de las perspectivas negativas sobre la economía, la calificadora destacó que “recuperar buenas tasas de crecimiento será una meta difícil”. Y añadió que el apoyo político del Gobierno “podría erosionarse a medida que se acerquen las elecciones”. Por otra parte, la agencia asignó una nota aun inferior –”B3”– a los depósitos bancarios.
Tanto Moody’s como la otra calificadora de riesgo estadounidense, Standard & Poor’s, habían advertido al Gobierno que declararían la cesación de pagos de la Argentina en caso de que los nuevos títulos de deuda no reflejaran los precios de mercado. Es decir, si existían rastros de que el canje era compulsivo en vez de voluntario. Con la decisión de ayer, Moody’s mantuvo la nota asignada a fines de 2000 y que había sido colocada bajo revisión, con perspectiva a la baja, en marzo.
Concretado el maxitrueque, la primera reacción del mercado fue positiva. A la baja sensible del riesgo país se sumó una recuperación del 1,8 por ciento en las acciones. Si bien hubo analistas de la city que evaluaron que la suba de los activos se debió a que el volumen de la operación superó todas las expectativas, hubo quienes –como Raúl Ponte, economista jefe del Dresdner Bank de Nueva York– que adjudicaron el rally alcista a una cuestiones puramente técnicas. “Como el hecho de que los bonos nuevos formarán parte del índice EMBI (que mide el riesgo país) y, por lo tanto, aumentará la ponderación de la cartera de títulos argentinos en relación a la de otros emergentes. Ante este incremento, muchos inversores salieron a adquirir bonos para ‘seguir’ las ponderaciones que forman el EMBI. La mayor demanda impulsó los precios”, explicó Ponte. El Global 2031 subió 1,8 por ciento y el Global 2008, el 0,3.
En dirección contraria, el también flamante Global 2018 registró una pérdida del 2 por ciento. En este caso, muchos inversores que llevaron al canje Brady Par y Discount ganándose un premio del 5 por ciento, recibiendo a cambio Globales 2018, salieron a vender este título –aun a un valor menor– con tal de hacerse de efectivo y contabilizar las ganancias que les proporcionó el canje. Por otra parte, se detectó que inversores que habían “alquilado” bonos Globales apostando a la caída del mercado, ayer salieron a recomprar esos bonos para cubrirse de las pérdidas. Como el stock de esos viejos Globales quedó menguado tras el canje (del Global 2030 sólo quedó el 20 por ciento, 240 millones), laspocas transacciones que se hacen mueven con los precios con violencia. Así, el Global 2030 subió 3,5 por ciento, lo mismo que el Global 2027.

Y ahora, ¿qué quieren los economistas de la city?

Miguel Angel Broda.
“Reactivar el crédito”

“El canje es bueno, pero no resuelve los problemas. No es un punto de inflexión en la historia argentina. Lo peor que podría pasar es que repitamos el triunfalismo irracional de fin del año pasado, cuando recibimos el blindaje y lo rifamos. No se puede decir que la tasa pagada es alta o baja, porque Argentina tiene cerrados los mercados de crédito. El beneficio del canje se verá si el riesgo país baja. Si sigue tan alto continuará la fuga de capitales. En los últimos tres meses se perdió el 19 por ciento de las reservas y se han ido más de 6000 millones de depósitos. El canje podría ayudar a que esta situación se revierta y, con más depósitos y reservas, se reactive el crédito para el sector privado. Lo que por ahora tenemos es una caída en la producción de un punto para el primer semestre del año. Si baja el riesgo país, el segundo semestre será mejor y terminaremos el año con crecimiento cero.”

Daniel Artana.
“Reformas y bajar gastos”

“Al igual que el blindaje, el megacanje lo que hace es darnos tiempo. La cuestión ahora es evitar que pase lo mismo que pasó con el blindaje. Y eso dependerá de cómo reaccione nuestra dirigencia política. Argentina tiene que despejar dos dudas: cómo volvemos a la economía más competitiva y al Estado más solvente. La sociedad ha llegado al límite de lo que puede pagar de impuestos. Por lo tanto, lo que hay que hacer es una rebaja más agresiva del gasto y después entrar en reformas estructurales: una buena reforma de pensiones, una buena reforma de obras sociales, desregulación a nivel provincial. También hacen falta mejoras en los niveles tributarios de la Nación y las provincias, mejoras en el ámbito laboral. Si el riesgo país no baja de los 700 puntos no hay posibilidades de que la economía argentina sea viable. Si Brasil reactivó con más de 700 fue porque recurrió a una devaluación feroz.”

Carlos Melconian.
“Cumplir con las metas”

“Lo más relevante del canje es que la mitad del alivio está concentrado en el 2001 y 2002. Y aunque se ha convalidado una tasa de interés que puede ser alta es la que regía en el mercado. Su efecto será más prolongado que el blindaje, en tanto y en cuanto Argentina pueda mostrar una receta para hacer crecer su economía. Y en materia de reformas estructurales cumplir con los compromisos, porque en noviembre pasado Machinea firmó un acuerdo que no se cumplió. Fundamentalmente en materia de gasto público, de reforma previsional. El congelamiento del gasto es el sendero natural que tiene que seguir el post canje para recrear expectativas. Quizá ahora, aquella persona que entre febrero y mayo sacó su plata de Argentina decida traerla nuevamente. Si se recrea la confianza, baja la tasa de interés y vuelve la plata Argentina va a crecer, sino el escenario será más complicado.”

 

 

 

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