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ZARPO LA NAVE QUE HARA ABORTOS EN ALTA MAR
Un barco para las mujeres

Llegará a Irlanda el jueves. Pertenece a una organización holandesa que ofrecerá practicar abortos a mujeres que viven en países donde está prohibido. Para ello, navegarán en alta mar.

Por Sonia Robla *
Desde Amsterdam

Conocido ya como “el barco del aborto”, el “Women on Waves” (“Mujeres sobre las olas”) nombre de la fundación que impulsa el proyecto, zarpó ayer hacia Irlanda. A bordo, dos médicos holandeses y una enfermera ofrecerán a las mujeres información sobre anticonceptivos y practicarán abortos en aguas internacionales. Lo harán únicamente con la pastilla RU486. Es el principio de un ambicioso proyecto que tiene su mirada puesta en todos los países que prohíben o limitan la interrupción del embarazo.
Con casi 50 metros de eslora y capacidad para 25 pacientes, la nave permanecerá unas tres semanas en el puerto de Dublín y a bordo se realizarán todo tipo de actividades: desde discusiones con médicos y juristas expertos en planificación familiar y enfermedades de transmisión sexual, a conferencias y exposiciones. Cuando haya mujeres que deseen poner fin a su embarazo, el barco zarpará a alta mar hasta situarse en aguas internacionales. “Los médicos se mantendrán en todo momento dentro de la ley. Al navegar bajo bandera holandesa, en aguas internacionales el barco es territorio holandés que se rige por la ley nacional”, ha explicado la portavoz del grupo, Joke van Kampen, bien asesorada por un equipo de juristas internacionales. La fundación holandesa que ha lanzado la idea cuenta con el respaldo de grupos de asesoramiento sexual. En días pasados, la filial irlandesa ha distribuido folletos en bares, cafés y restaurantes con un número de teléfono móvil para contactar con el barco.
La iniciativa de tan atrevido proyecto nació de Rebecca Gomperts, una doctora que adquirió su experiencia como activista internacional a bordo “Rainbow Warrior”, el conocido barco de Greenpeace. Cuando hace dos años hizo públicos en Holanda sus planes, obtuvo el apoyo sin reservas de varios políticos y hasta de la ministra de Cooperación al Desarrollo y provocó un debate en el Parlamento. Después de Irlanda, la nave se dirigirá a Brasil y más tarde a países africanos.
“Como buque de bandera holandesa, estamos bajo la legislación holandesa y debemos respetar el plazo de cinco días de reflexión antes de ayudar a las mujeres a abortar”, aclaró la portavoz. Por eso, en un primer momento las mujeres que se acerquen serán asesoradas en el puerto. Luego volverán a sus casas para pensarlo en un plazo de cinco días. Al cabo de ese período, el barco embarcará a aquellas que hayan decidido interrumpir su embarazo.
Para evitar que las pacientes irlandesas corran el riesgo de ser demandadas en su país, el buque embarcará a un máximo de 75 mujeres, entre quienes quieren abortar y otras que sean simplemente “simpatizantes”. “Así, nadie sabrá quién abortó –explicó Van Kampen–. Eso no se lee en el rostro de la gente”.
Pero los médicos podrían ser objeto de demandas judiciales en Holanda, ya que las leyes exigen a las clínicas que practican abortos una autorización especial del servicio nacional de Salud. “Hace varios meses hemos presentado demandas ante las autoridades holandesas. Hasta ahora no recibimos respuesta. Pero pensamos que todo está en regla y que ahora debemos peartir”, afirmó Van Kampen. Sin embargo, en una escueta declaración, el Ministerio de Salud holandés dijo que “si no hay autorización, practicar abortos está prohibido”. La fiscalía de Amsterdam anunció que podría iniciar una investigación judicial al respecto.
El grupo holandés está buscando más barcos y financiación para ampliar sus actividades. Según sus datos, de los 53 millones de interrupciones voluntarias del embarazo que se realizan en el mundo anualmente, 20 millones se hacen de forma ilegal. “Especialmente las mujeres más pobres tienen que recurrir a los métodos más inseguros. En casi la mitad de los casos, la intervención termina con complicaciones que desembocan en más de70.000 muertes al año. Donde el aborto es legal, seguro y posible, la complicaciones apenas suponen el 1 por ciento”, indica Van Jampen.
A bordo sólo se tratarán los embarazos de menos de tres meses, como establece el derecho holandés. La tripulación enseñará a los médicos locales técnicas de aborto y cuidados posoperatorios para que las interrupciones que se realicen tras su partida, aunque sean ilegales, se hagan con entera seguridad.
* De El País, de Madrid, especial para Página/12.

 

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