El plan de obras públicas
que hace meses tiene diseñado el gobierno tendrá financiamiento
a través de la aplicación de un impuesto adicional de tres
centavos por litro a los combustibles y la extensión del IVA, a
tasa diferencial, al transporte público. Paralelamente, se equipararán
el impuesto a la transferencia de combustibles (ITC) que abonan las naftas
y el gasoil. Pero para evitar que esta última medida afecte los
costos de las actividades productivas, también se estableció
que el mayor gravamen pueda ser descontado a cuenta de IVA por productores
agrícolas y transportistas. Estas medidas, junto a un nuevo sistema
integrado de peaje que promete bajar el costo por cada 100 kilómetros
de 2,40 pesos en promedio a 75 centavos, con un valor diferencial para
camiones y vehículos pesados, conforman el paquete que ayer lanzó
el ministro de Infraestructura, Carlos Bastos, en la presentación
en Olivos que compartió junto al presidente de la Nación
y el ministro de Economía.
Bastos subrayó que las medidas están orientadas a potenciar
y tener mayor capacidad de ejecución en la marcha del
Plan de Infraestructura, con destino específico para rutas
y caminos. Para ello, señaló, se creará un
fondo vial que se alimentará, en lo inmediato, con la recaudación
de un impuesto adicional de tres centavos por litro sobre los combustibles
(naftas y gasoil). En el futuro el ministro estimó en un
año el plazo de implementación, se establecerá
un sistema integrado de peajes, que igualará el valor de los mismos
en 75 centavos por cada 100 kilómetros, ajustable por horario y
grado de congestión del sistema.
El nuevo sistema integrado se va a basar en conceptos de medición
electrónica, llevando bases de información que permitan
registrar el tránsito en cada una de las principales vías
del sistema, de manera tal que el peaje que se aplique pueda tener un
alto contenido económico. Según explicó Bastos,
el sistema va a comenzar con un valor promedio muy bajo, del orden
de 0,75 centavos por cada 100 kilómetros, y su evolución
va a estar asociado al crecimiento de la economía del país,
utilizando una variable muy simple como es el PBI por habitante: el peaje
recién va a ser incrementado cuando tengamos un crecimiento económico
sostenido.
El ministro señaló que el valor actual del peaje, en promedio,
se ubica en los 2,40 dólares por cada 100 kilómetros. Y
se contemplará un precio relativo más bajo, en el nuevo
sistema, para camiones y vehículos pesados con respecto a los automóviles
particulares.
Hasta tanto entre en funcionamiento pleno el nuevo sistema, se va
a aplicar una tasa a los combustibles del orden de los tres centavos por
litro, indicó. Como estamos convencidos de que el camino
correcto es la disminución y no el aumento de los impuestos, y
actualmente el ITC es realmente alto en el caso de las naftas, se va a
reducir en las naftas y aumentar en el gasoil de magnitud similar.
Posteriormente, indicó que la reducción aludida rondaría
los 10 centavos y el aumento para el gasoil, entre 7 y 8 centavos por
litro. Y que entre el jueves y viernes próximo el texto del decreto
respectivo estará a disposición del Presidente.
Para que este aumento no incida gravosamente sobre las actividades
productivas, como el agro y el transporte, podrá ser tomado a cuenta
del IVA. Así logramos equidad, ya que los usuarios de automóviles
particulares van a pagar el mismo impuesto con independencia del combustible
que estén utilizando, explicó.
Queda por solucionar el problema del transporte de pasajeros urbano,
agregó luego,antes de anunciar que vamos a aplicarle el IVA
(a una tasa del 10,5 por ciento), pero vamos a proceder a una modificación
de la modalidad en la cual se cobra, implementando el sistema de boleto
multimodal, que permitirá al usuario cambiar de medio sin abonar
nuevamente durante un período corto, de aproximadamente de dos
horas. Solucionamos así una serie de problemas al tiempo que conseguimos
fondos para incrementar las actividades en nuestro plan de infraestructura.
Negocio para los bancos
Domingo Cavallo estimó en 15 mil millones de pesos las
deudas que tienen los contribuyentes con la DGI. Ese activo se integrará
a un Fondo Fiduciario que emitirá documentos por 5000 millones
para cancelar el saldo técnico del IVA a favor de las empresas.
Aunque el ministro no lo dijo, el equipo económico está
definiendo un proyecto para privatizar la cobranza de esa deuda.
El secretario de Hacienda, Jorge Baldrich, señaló
a Página/12 que una de las ideas en estudio es entregar a
un club de bancos la tarea de recaudar esos fondos,
por lo que cobrarán una comisión. Este diario había
adelantado que Cavallo tenía la intención de privatizar
el cobro de impuestos, y que comenzaría asignando al sector
privado la recuperación de las deudas. Baldrich ratificó
ayer esto último. Estamos analizando cómo será
la medida. Pero básicamente consistirá en que los
bancos se encargarán de cobrar las deudas impositivas, a
través de sus equipos de abogados. Todavía no resolvimos
si serán algunas entidades o todas, indicó el
funcionario a este diario tras los anuncios de Cavallo. En principio,
la medida implica que los bancos se quedarán con un buen
negocio.
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ECONOMISTAS
EVALUAN EL IMPACTO DE LAS NUEVAS MEDIDAS
Apuesta a las exportaciones
En diálogo con Página/12,
economistas de distintas extracciones dieron su opinión sobre el
nuevo paquete de medidas de Cavallo. Todos coincidieron en que el ministro
privilegió al sector exportador y que busca impulsar el consumo.
Pero diferentes fueron las evaluaciones acerca de si este paquete podrá
sacar, finalmente, a la economía del pozo.
Claudio Lozano (economista
del Idep-CTA)
Cavallo intenta mejorar la posición de los sectores
productores de bienes transables, sujetos a la competencia, por vía
de una devaluación que ya estaba implícita en el proyecto
de la Convertibilidad ampliada. Lo malo es que lo hace sin ningún
tipo de contrapartida en defensa de quienes tienen ingresos bajos. A nadie
le escapa la posibilidad de que los bienes exportables aumenten de precio.
Existe un efecto de baja salarial en potencia. Con las medidas se apuesta
a mejorar la rentabilidad de los exportadores y le otorga una mayor decisión
de consumo a la población de altos ingresos. Ambas cuestiones tienen
un efecto limitado para lograr el crecimiento económico.
Norberto Sosa (economista
de Raymond James)
Las medidas me parecen correctas en la Argentina actual. Es
lo políticamente viable teniendo en cuenta que se necesita garantizar
la generación de divisas para pagar los servicios de la deuda.
Y la única manera de hacerlo es poniéndole muletas al sector
exportador. En todo caso, lo que llama la atención es que, normalmente,
una devaluación es contractiva del mercado y ahora se plantea como
una medida expansiva. Por otra parte, las iniciativas tienden a profundizar
la tendencia a transferir recursos del sector de los no transables al
de bienes transables.
Orlando Ferreres (consultora
Ferreres & Asociados)
Hacían falta medidas para reactivar el consumo y ayudar
a las exportaciones. La batería de medidas es técnicamente
inobjetable. Lo que está en duda es si tendrá plafón
político. Está visto que la Argentina vive una crisis económica,
pero también política. Este no es un dato insignificante
ya que la economía necesita una rápida reacción,
de lo contrario sobrevendrán más problemas. Confío
en que estas medidas hagan bajar el riesgo país, y rápidamente
este indicador se sitúe por debajo de los 800 puntos. Me parece
muy bueno la aplicación de un dólar comercial y no creo
que sea malentendido por la población.
Miguel Bein (ex secretario
de Programación)
Estaba claro que algo había que hacer con la devaluación
de Brasil. Igualmente habrá efectos no deseados no estudiados debidamente.
Por ejemplo, la importación de materias primas o insumos intermedios
extraMercosur van a pagar más, lo que se puede convertir en un
factor anticompetitivo. Por vía reglamentaria deberá ser
objeto de corrección. Puede ser un buen intento. Son mecanismos
de defensa frente a una coyuntura desvaforable. Pero el sector financiero
lo evaluará como el principio del fin de la Convertibilidad.
EL
BANCO CENTRAL TAMBIEN APORTO PARA EL PAQUETE
Salvavidas para las empresas morosas
Con el objetivo de brindar alivio
financiero a los morosos, el directorio del Banco Central aprobó
ayer flexibilizar las normas de calificación crediticia y de previsiones.
Por ahora, los cambios involucrarán sólo a aquellas empresas
incluidas en los planes de competitividad lanzados por el Gobierno. Las
modificaciones realizadas por el BC se dividen en dos partes. La primera
permite que las empresas morosas, con deudas de hasta 10 años,
mejoren su calificación crediticia de una manera más rápida
que hasta ahora. La otra habilita a los bancos a que consideren como pérdida
una porción menor de los préstamos morosos, de manera tal
de crear las condiciones para un aumento de su capacidad prestable.
Los cambios introducidos fueron reclamados por los sectores productivos,
pero el ex presidente del BC, Pedro Pou, se negó repetidas veces
a flexibilizar esas normas. La semana pasada fueron nuevamente solicitados
por los bancos nucleados en Abappra (bancos públicos y privados)
junto a la Unión Industrial.
En la actualidad, el Central otorga notas que van de 1 a 5 para calificar
a las empresas que hayan recibido préstamos. Con 1 se señalan
a las cumplidoras; con 5 a los incobrables. Hasta la flexibilización
de ayer se requería que una compañía cancelara más
de la mitad de su crédito moroso en un lapso corto para poder mejorar
la calificación. Ahora, en cambio, se establecieron montos más
accesibles, de manera tal que los morosos sean mejor calificados y así
puedan tomar créditos y evitar el ahogo financiero.
Para facilitar la refinanciación, el Central dispuso que, como
mucho, pase un año y medio entre que una compañía
calificada con 5 pase al escalón 1. Además, el BC introducirá
un ablandamiento en las previsiones (las pérdidas eventuales que
deben computar los bancos en sus balances por los créditos morosos).
Estos cambios, no obstante, no serán inmediatos. Se aplicarán
en forma gradual a lo largo de los próximos dos años.
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