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LA XVI MACABIADA MUNDIAL EMPIEZA EN ISRAEL EN JULIO
El deporte desafía al terror

El atentado contra la discoteca de Tel Aviv hace dos semanas causó, en un primer momento, la suspensión del equivalente judío de las Olimpíadas, pero ayer se decidió seguir adelante.

Un niño palestino tira una
piedra a soldados israelíes en
la conflictiva ciudad de Hebrón.

Por Raúl Kollmann

Tras un intenso debate entre organizaciones judías de todo el mundo, la XVI Macabiada Mundial no se canceló ni se postergó: se inaugura en Israel el 16 de julio. Hace 10 días, los dirigentes judíos de EE.UU., Canadá e Inglaterra plantearon que la competencia entre deportistas judíos debía postergarse por las tensiones y el peligro de atentados en Israel. En ese momento hubo cabildeos, sobre todo porque desde el gobierno israelí se lanzó una polémica: “Las cuestiones de seguridad no alteraron la vida en Israel, hemos seguido adelante con la Feria del Libro, el Festival de la Canción y el partido con España por las eliminatorias del Mundial de Fútbol. Necesitamos que el respaldo de los judíos a Israel no se dé sólo en los momentos buenos sino siempre”, reclamó el ministro de Deportes y Cultura, Matan Vilna’i.
Otros diputados insistieron en que los judíos no debían dejarse llevar por el miedo, polemizando con la postura de los dirigentes judíos de otras latitudes que remarcan los peligros en materia de seguridad. Finalmente, los dirigentes de Maccabi de Estados Unidos resolvieron enviar una amplia delegación –aproximadamente unos 600 deportistas–, lo que decidió también a Maccabi Mundial a mantener los juegos. También la confederación latinoamericana y la federación argentina anunciaron oficialmente su participación.
Toda la polémica se inició a raíz del atentado contra una discoteca en Tel Aviv. El blanco del palestino suicida fue inesperado: pleno corazón de Israel y en un ámbito de jóvenes. Esto provocó la iniciativa norteamericana, canadiense e inglesa, quienes pidieron la postergación de los juegos por problemas de seguridad. En principio se acordó realizar los juegos en julio del 2002.
En el Parlamento israelí hubo un intenso debate en el que se volvió a poner sobre el tapete la relación entre Israel y los judíos del mundo.
“La Macabiada es mucho más que una competencia. Es el símbolo de la independencia del pueblo judío. De ninguna manera podemos postergarla”, señaló el diputado Gennady Riger. La laborista Ophir Pines-Paz insistió en que “cancelar el evento es como darle una medalla de oro a la guerra”, mientras que Naomí Chazan, del Meretz, reiteró que “se han hecho planes para garantizar la seguridad de los participantes”. En el calor de la discusión, hubo diputados religiosos que le echaban la culpa a los reformistas, reclamos a los judíos del exterior y finalmente una postura casi unánime: la competencia debe realizarse con los que vayan.
En las semanas previas, la organización de los deportistas judíos latinoamericana, CLAM, que preside el argentino Víctor Weizman, expresó su postura de que las Macabiadas debían hacerse, pero quienes exhibieron las dudas fueron los dirigentes de Estados Unidos, Canadá e Inglaterra. Ayer, la Argentina resolvió oficialmente participar y durante la noche anterior ya Estados Unidos había anunciado un cambio de postura y se comprometió a asistir con la segunda delegación en número, después de la de Israel.
En verdad, más allá de los debates ideológicos, el obstáculo mayor es el temor por parte de las familias de los deportistas que miran con más que preocupación al conflicto de Medio Oriente. Hubo equipos que, después del atentado en Tel Aviv, decidieron directamente bajarse del avión, y la clave estará en la cantidad de participantes que tengan los juegos. O sea que el debate abarca desde la solidaridad con Israel, la actitud que deben tomar los judíos de la Diáspora, las polémicas sobre la política del gobierno israelí, el conflicto con los palestinos, las condiciones de seguridad, la existencia desde hace 48 horas de un alto el fuego precario y prácticamente toda la gama de interrogantes que durante las últimas décadas afrontaron los judíos del mundo.

 

Parte de guerra

Israelíes y palestinos se reunieron ayer con un responsable de la CIA y se acusaron mutuamente de violar el cese del fuego que las tres partes habían acordado entre el martes y el miércoles.
Israel exigió a la Autoridad Palestina que arreste a los activistas de los movimientos terroristas Hamas y Jihad Islámica. El premier Ariel Sharon advirtió que, de no cumplirse con esta demanda, dejará de aplicar las etapas del plan de la CIA.
Por su parte, la Autoridad Palestina acusó a Israel de violar el alto cese del fuego y de “imponer de nuevo medidas que supuestamente debían estar anuladas”.
Ayer, 17 palestinos fueron heridos en enfrentamientos en Cisjordania.

 

COMO MATARON A UN OFICIAL DE INTELIGENCIA ISRAELI
Operando bajo el cese del fuego

Por Ferrán Sales
Desde Belén

El alto el fuego decretado hace dos días por israelíes y palestinos no parece afectar a la “guerra secreta”, en la que se encuentran sumergidos los dos beligerantes desde que se inició la Intifada. Su última víctima ha sido el teniente coronel Yehuda Edri, de 45 años, uno de los miembros más brillantes de los servicios de inteligencia del ejército de Israel, conocido con el sobrenombre del ‘Capitán Mod’, muerto a manos de un agente doble palestino, en una encerrona.
“Por fin hemos acabado con el ‘Capitán Mod’”, exclamaban el viernes eufóricos los habitantes del campo de refugiados de Beit Jibrin –1727 residentes– en Belén, mientras celebraban la muerte del militar israelí a manos de uno de sus vecinos, Hassan Abu Sharia, 32 años, padre de tres hijos, dirigente de la milicia armada de los Tanzim, vinculada al partido gubernamental de Al Fatah, que preside Yasser Arafat. Hassan, ex obrero de la construcción, trabajaba en un asilo para ancianos del asentamiento de Gilo en Jerusalén, pero en realidad era un agente secreto al servicio de los dos bandos. Su pasado como activista en la primera Intifada, siempre en las filas de Al Fatah, le había otorgado un brillante curriculum de combatiente, que se vio enaltecido tras tres años en las prisiones israelíes. Se supone que su pasó por la cárcel lo puso en contacto con los servicios secretos hebreos, quienes lo enrolaron y lo convirtieron en uno de sus agentes colaboradores, bajo el mando del “Capitán Mod”. “Durante varios meses, de acuerdo con dirigentes de Fatah, Hassan Abu Sharia pasó información real e importante a los israelíes para ganarse la confianza del ‘Capitán Mod’, un especialista en el reclutamiento de agentes palestinos, con la esperanza de poder un día tenderle una trampa”, se aseguraba ayer en las calles polvorientas y estrechas de Beit Jibrin, mientras poco a poco la acción bélica de este hombre delgado y desgarbado se convertía en una gesta heroica.
El día de la venganza fue el jueves por la mañana. Hassan había llamado por teléfono a su contacto en los servicios secretos israelíes, para pedir una reunión urgente y personal con el “Capitán Mod”, en un lugar público, en la carretera de Hebrón a Jerusalén, poco antes de los túneles, a la altura de Gilo y de Beit Jala. Los dos llegaron puntualmente. El militar había estacionado el coche en la banquina y esperaba dentro. El confidente salió de un olivar, se acercó a la ventanilla del vehículo oficial y descargó a través de su cristal su pistola.
“Hassan no pudo escapar. El también murió tiroteado por uno de los escoltas del militar, antes de poderse esconder por el olivar”, asegura su hermano Mahmud, 48 años, obrero de la construcción, convertido desde el jueves en un miembro selecto de esta nueva aristocracia palestina, en la que el único requisito que se exige para su admisión es la de tener un pariente “shahid”, es decir un mártir.

 

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