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EL SAINETE DEL CAMBIO HORARIO: OTRA VEZ LO POSTERGARON
Aún no es hora de cambiar la hora

No hay que atrasar el reloj: el Gobierno suspendió otra vez la implementación de la ley y los senadores votaron su derogación. Del Piero acusó a Colombo de ser �permeable al lobby energético�.

Incoherencia: �A la primera presión de las empresas privatizadas, se recula dejando
al descubierto un incoherente sistema de toma de decisiones�, acusó Del Piero.

Por Pedro Lipcovich

A la hora señalada, la medianoche del próximo sábado... no va a pasar nada: la ley de cambio de hora oficial, aprobada hace dos años pero nunca puesta en práctica, vive su hora más amarga. El Gobierno no le da ni la hora, ya que decidió postergar una vez más su aplicación y creará una comisión para reestudiar el tema, pero ya se sabe que, en las comisiones, el reloj no marca las horas. Incluso para los senadores, que por unanimidad habían votado el cambio, llegó la hora del arrepentimiento: el miércoles dieron media sanción a un proyecto para derogar la ley. Sólo se opuso Pedro Del Piero, quien había presentado el proyecto original y que acusó a Chrystian Colombo, jefe de Gabinete, de ser “permeable al lobby del sector energético”. Varios gobiernos provinciales, incluso el bonaerense, habían anticipado la posibilidad de no aplicar la ley en su territorio. El defensor del Pueblo de la Nación también pidió postergar el cambio y condicionarlo a un “consenso” que incluya a las provincias.
El 11 de este mes, el subsecretario de Energía, Alejandro Gallino, había llamado a conferencia de prensa para anunciar que, a la hora 0 del próximo domingo, los relojes deberían retrasarse una hora, en cumplimiento de la Ley 25.155, aprobada en 1999. Su aplicación, inicialmente prevista para marzo de 2000, había sido pospuesta por decreto del Poder Ejecutivo, y otro decreto la pondría por fin en vigencia. La medida adecuaba la hora oficial al huso horario 4, el que geográficamente corresponde a la Argentina. Parecía que llegaba la hora de la verdad, pero sólo fue la mala hora.
Varias provincias hicieron saber que no había llegado para ellas la hora del cambio: fueron los casos de Santa Fe, San Luis, Salta y la provincia de Buenos Aires. El legislador porteño Jorge Argüello también había pedido que la Ciudad de Buenos Aires rechazara el cambio, aduciendo “un aumento de la inseguridad al regresar a los hogares”. También se opuso la Unión Industrial Argentina, según la cual el cambio “generará un aumento en el costo del suministro eléctrico”. La Junta de Representantes de Compañías Aéreas manifestó su “preocupación” por “los importantes inconvenientes que ocasiona la falta de información concreta a tan sólo cinco días del eventual cambio” y advirtió “la dificultad para comunicar a todos los pasajeros el cambio de horario” y “eventuales pérdidas de conexiones”. El defensor del Pueblo de la Nación, Eduardo Mondino, también había pedido que se postergara la entrada en vigencia de la ley.
Pero el que dio las doce antes de hora fue Carlos Ruckauf, gobernador bonaerense, quien ayer –luego de haberse reunido con Chrystian Colombo, jefe de Gabinete del Gobierno nacional– fue el primero en anunciar que el presidente Fernando De la Rúa volvería a postergar el cambio de hora.
En efecto, una alta fuente de la Jefatura de Gabinete aseguró a este diario que “el cambio de hora se va a postergar; la idea es, más adelante, formar una comisión que estudie más a fondo el asunto”.
Entretanto, el miércoles, los senadores se habían quedado hasta cualquier hora de la noche para dar sanción a una nueva ley, que anula la 25.155 y fija como hora oficial la correspondiente al huso horario 3, la misma que rige en la actualidad. La derogación fue aprobada por todos los miembros del Senado salvo el frepasista Pedro Del Piero, militante desde la primera hora por el cambio de horario, ya que –junto con el justicialista Osvaldo Sala y a la vez que el diputado demócrata Jorge Zapata Mercader– había sido autor del proyecto de la 25.155.
Del Piero acusó a Colombo de ser “permeable al lobby del sector energético” e insistió en que “la secretaría de Energía hizo centenares de consultas: el 73 por ciento de las instituciones se pronunció a favor de la ley y el 27 por ciento en contra. En este 27 por ciento estaban las distribuidoras eléctricas”; según Del Piero, “a la primera presión de las empresas privatizadas en la década pasada, se recula dejando al descubierto un incoherente sistema de toma de decisiones en el Gobierno”. El doctor Colombo no tuvo hora ayer para atender a este diario, pero un vocero de la Jefatura de Gabinete negó las afirmaciones de Del Piero y afirmó que la razón de la nueva postergación “es que la mayoría de los gobernadores, el defensor del Pueblo, la Unión Industrial se han manifestado en contra”.
En cuanto al subsecretario Gallino, ayer prefirió no hablar: quizá maldecía la hora en que había organizado la conferencia de prensa donde, hace diez días, anunció que la ley empezaría a regir este sábado.
El defensor del Pueblo de la Nación, Eduardo Mondino, confirmó a este diario que “hice una recomendación al jefe de Gabinete pidiéndole posponer el cambio de hora: fue a partir de aproximadamente mil quejas que llegaron a la Defensoría, por carta y por mail, pidiendo que se mantuviera la hora oficial. También observé que varias provincias planteaban no aceptar el cambio de hora oficial. Por todo esto, parece razonable hacer una evaluación por consenso con las provincias, admitiendo incluso la posibilidad de que en determinadas regiones, como podría serlo la de Cuyo, la hora oficial sea distinta, como sucede en otros países”.

 

Los argumentos de unos y otros

Por qué sí

Los defensores del cambio del huso horario están encabezados por el senador Pedro del Piero, para quien la modificación tiene que ver con la seguridad y con la salud: “Cuando la mayoría de la población inicia sus actividades, el 85 por ciento del territorio nacional está a oscuras, por lo que es importante el cambio por la seguridad de los niños y de los trabajadores que salen temprano de sus casas”, argumentó Del Piero.
Y completó: “A las 5 o 6 de la tarde, que es la hora en que deberían empezar a encenderse las luces en los hogares, la mayor parte de los argentinos no está en sus casas”.
Respecto de la salud de la gente, un informe elaborado por el investigador del Conicet, Federico Norte, asegura que “cuando empieza la actividad diaria se inyectan más contaminantes en el aire, por la presencia de más autos. Si esto sucede cuando aún no salió el sol, la baja temperatura no permite que se disipe la polución como ocurre cuando hay sol y la temperatura sube”.
Del Piero está convencido de que “el cambio de horario permite el ahorro de tecnología en verano y ahí está la clave. En invierno es irrelevante, porque la luz del día no alcanza a cubrir todas las horas de actividad: lo que aprovecho de luz por la mañana lo pierdo por la tarde, es inevitable”.
Blanco apoya esta visión: “En promedio, la población gasta 34,8 por ciento más de energía con el huso -3. La única clase social que ahorra un 2,5 por ciento es la clase alta, mientras que la clase media llega a gastar hasta un 50 pos ciento”.
Existe la intención de reubicar a la Argentina respecto del resto del mundo: “El huso horario -4 al oeste de Greenwich es el que le corresponde a la Argentina”, explicó Elisa Arias, ex directora del Observatorio Naval.

Por qué no

“A las cinco de la tarde va a ser de noche, por lo que el consumo va a aumentar”, se quejó Sandra González, presidenta de la Asociación de Defensa de Consumidores y Usuarios (Adecua), quien observó que es “una cuestión de sentido común: las luces se prenderían antes y por más tiempo”.
González agregó otro argumento en contra: “Se acrecentaría el problema de la inseguridad, porque el oscurecer tan temprano los chicos que van al colegio por la tarde volverían de noche a sus casas”.
Desde la Asociación de Distribuidores de Energía Eléctrica, que nuclea a 38 empresas y atiende a casi 11 millones de clientes, se emitió un informe que sostiene que “se generará un crecimiento del consumo que se reflejará en un aumento en las facturas para los usuarios, lo que sería contradictorio con uno de los objetivos de la ley, que es lograr menor gasto de la población”.
Agrega, además, que “a las empresas, la aplicación les obligará incrementar algunas tareas técnico-administrativas, cuyos costos no serán compensados con el hipotético mayor ingreso por aumento en el consumo”.
Por lo bajo, las empresas proveedoras de energía eléctrica se quejan por los costos adicionales que les provocarán los ajustes de los medidores de sus grandes clientes, que acceden a una tarifa diferenciada dependiendo de la hora del día en que utilicen la energía.
La Unión Industrial Argentina también hizo conocer su posición contraria al cambio de hora: “Su implementación contradice los esfuerzos que está llevando a cabo el gobierno nacional para bajar el costo argentino”.
Los comerciantes también protestan. La mayoría de ellos tienen su negocio abierto más allá de las 20, por lo que la cuenta es sencilla: más horas las luces prendidas, mayores son los gastos.

 

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