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ASEGURAN QUE NO VOLVERAN A CLASE DESPUES DEL RECESO INVERNAL
Las largas vacaciones del 2001

Los rectores universitarios repudiaron el ajuste oficial y los docentes anunciaron que no comenzarán las clases en agosto.

Por Javier Lorca

Mientras los rectores de todas las universidades repudiaron y criticaron el ajuste promovido por el Gobierno, los docentes de las universidades nacionales anunciaron que no tomarán exámenes y tampoco comenzarán las clases en el segundo cuatrimestre. La decisión fue tomada ayer por la conducción de la Federación Nacional de Docentes Universitarios (Conadu). La misma medida sería decidida este viernes por el otro sindicato del sector, la Conadu “Histórica”. Así, la huelga abarcará a los 120 mil docentes que enseñan e investigan en las 37 universidades públicas del país y afectará al millón de alumnos que estudian en el sistema de educación superior. “De continuar este recorte tal y como está planteado, no vamos a empezar las clases”, aseguró a Página/12 Anahí Fernández, secretaria general de Conadu. Ayer hubo un anticipo de lo que vendrá: en algunas facultades de la Universidad de Buenos Aires ya se suspendió la toma de finales. Y, como si fuera poco, el titular de la Federación Universitaria Argentina, Manuel Terrádez, confirmó a este diario: “Los estudiantes vamos a salir a la calle”.
Si bien ni el Ministerio de Educación ni las propias autoridades universitarias saben aún cómo se aplicará el ajuste a las casas de estudios, lo cierto es que los salarios de docentes y no docentes están incluidos por decreto entre los que serán podados por la tijera oficial. Además, según fuentes del ministerio, la Secretaría de Hacienda ya le anunció a Educación que la próxima partida presupuestaria vendrá con un descuento global del 13 por ciento. El presupuesto universitario anual es de 1800 millones de pesos y, a esta altura del año, resta por ejecutarse poco más de la mitad.
“Es un grave error suponer que las universidades seguirán funcionando si este ajuste se concreta. Sólo tendríamos una universidad vaciada y en vías de una definitiva privatización”, señaló Anahí Fernández. También en diálogo con este diario, el secretario adjunto, Pedro Sanllorenti, apuntó que, al cercenar el 13 por ciento de los recursos, “este recorte es como el de López Murphy (Ricardo, ex efímero ministro de Economía). Este año va a ser ese porcentaje de lo que queda del presupuesto. Pero, el año que viene, va a ser el 13 sobre el total. Va a significar la completa imposibilidad de funcionar”.
Sin mediar el ajuste, los 120 mil docentes de las universidades nacionales tienen el privilegio de ubicar sus sueldos entre los más bajos del Estado. Eso, sin considerar que el 20 por ciento de ellos trabaja gratis, ad honorem. Entre los que gozan la suerte de cobrar, la gran mayoría (66 por ciento) tiene cargos con dedicaciones simples: en promedio, perciben un salario mensual de 115 pesos por diez horas de trabajo a la semana, es decir 2,88 pesos por hora. Las dedicaciones semiexclusivas las detenta el 18 por ciento de los docentes: sueldo promedio de 435 pesos por veinte horas de trabajo semanal (5,44 por hora). La minoría (16 por ciento) tiene dedicaciones exclusivas, con un sueldo medio de mil pesos por cuarenta horas de empleo (6,25 por hora).
Ayer, la mesa ejecutiva de Conadu –con representantes de los gremios de la UBA, Rosario, Córdoba, Mar del Plata y otros– resolvió tomar medidas de acción cuyas modalidades variarán en cada universidad. En algunas sedes las actividades docentes comienzan esta semana, tras el receso de invierno, y en otras empezarán la que viene. En la mayoría, las clases deberían recomenzar del lunes 6 de agosto en adelante. Dos días antes, un congreso de Conadu votará el no inicio de las clases resuelto ayer.
Las protestas docentes no se limitarán a la huelga. “Desde esta semana vamos a hacer asambleas en todas las facultades para ratificar el plan de lucha –contó el secretario de prensa de la federación, Raúl Gómez–. La semana que viene habrá clases públicas, cortes de calles, suspensión de exámenes y otras medidas conjuntas con los gremios estatales y el resto de los trabajadores.” A su vez, la Conadu “Histórica” –donde se nuclea el resto de los gremios de docentes universitarios– convocó a un plenario este viernes para “resolver el cese de actividades hasta derrotar el ajuste, medida que podría afectar no solamente el dictado de clases y las actividades de investigación y extensión, sino también los turnos de exámenes”. Dentro de este sector sindical, la Asociación Gremial Docente de la UBA, en una masiva asamblea, decidió no tomar los exámenes finales desde esta misma semana. La medida ya se hizo sentir ayer, en facultades como la de Ciencias Sociales. El secretario general del gremio, Néstor Correa, aseguró que “las medidas de ajuste y reducción salarial anunciadas por el GobiernoNacional, como así también el llamado déficit cero, constituyen un brutal atentado contra los derechos laborales y constitucionales de los docentes y del pueblo”, que “inviabilizan el funcionamiento de la universidad pública”, y que “suponen una completa postración y destrucción de la nación ante el chantaje de los grandes bancos y grupos financieros, responsables de la crisis y sobre quienes debe efectuarse el ajuste”.

Luz roja de los rectores

Aquí, algunos de los principales fragmentos del texto de repudio consensuado ayer por los rectores:
- “Rechazamos el nuevo ajuste a los sectores de trabajadores estatales, jubilados y pensionados. Rechazamos específicamente los recortes presupuestarios, de gastos e inversión en el sistema educativo, en general, y del universitario, en particular.”
- “Alertamos a la ciudadanía en general que estas medidas comprometen gravemente el normal funcionamiento de las universidades públicas nacionales.”
- “El derecho de la Nación a desarrollarse debe prevalecer por sobre el derecho de los acreedores a cobrar en sus términos una deuda gestada a espaldas de las mayorías que hoy se pretende sacrificar para honrarla.”
- “La responsabilidad argentina ante el mundo requiere revertir el resultado del enriquecimiento irresponsable e ilegítimo de unos pocos a costa de la mayorías nacionales y del patrimonio público.”
- “Los lineamientos estratégicos para el desarrollo del país deberían definirse a partir de un amplio consenso obtenido mediante la participación de la ciudadanía, cuya inclusión y energía creadora son indispensables.”

CONCLUSIONES DEL CONSEJO DE TODOS LOS RECTORES
“Un recorte con dunga-dunga”

Por J. L.

“Este no es un ajuste normal, un ajuste más. Es un recorte con dungadunga”, graficaba ayer el rector de una de las más grandes universidades del país. Alrededor suyo, un plenario extraordinario del Consejo Interuniversitario Nacional (CIN) plasmaba el malestar de los 37 rectores universitarios contra las medidas oficiales que persiguen el divino déficit cero. “Alertamos a la ciudadanía que estas medidas comprometen gravemente el normal funcionamiento de las universidades públicas”, señala el repudio consensuado por los rectores radicales, justicialistas e independientes (ver aparte).
Reunidos desde el mediodía y hasta las 19 de ayer en la sede del Rectorado de la UBA, los rectores acordaron un documento que será publicado como solicitada en los diarios de mañana.
Además del que recibe el propio recorte presupuestario, el principal rechazo de las autoridades universitarias es para la incertidumbre. “La novedad de este ajuste es que el Gobierno ha omitido información. Primero, las universidades no entraban. Ahora sí, pero no sabemos cómo”, se quejó el vicerrector de una universidad del Conurbano.
Ni siquiera el Ministerio de Educación sabe aún cómo se instrumentará el ajuste sobre los 900 millones que falta ejecutar del presupuesto universitario: si podará sólo los salarios, si recortará también las partidas para gastos y funcionamiento o si, lo más plausible, alcanzará a las dos partidas.
A casi dos semanas de anunciadas las medidas, el secretario de Educación Superior, Juan Carlos Gottifredi, comunicó ayer que “se está acordando un instructivo para llevar adelante el recorte salarial de acuerdo a lo establecido en el decreto del Poder Ejecutivo y teniendo en cuenta algunas situaciones especiales del personal universitario”. Después de reunirse con representantes del CIN, y frente al reclamo de los rectores de preservar algunas partidas que afectan al funcionamiento de las universidades, Gottifredi dijo que se está “trabajando en su contemplación”.
“Hay una gran nebulosa sobre cómo se va a aplicar el ajuste –dijo a Página/12 el presidente del CIN, Adolfo Torres, también rector de la Universidad del Nordeste–. Una indefinición absoluta que produce un gran malestar en la comunidad universitaria”. El otro malestar que genera el ajuste entre los funcionarios se apoya en que, como son las mismas universidades las que liquidan los sueldos de sus empleados y docentes, serán los consejos superiores los que deberán autoejecutar los recortes. Acaso a eso se deba el “dunga-dunga” que veía el rector. Como los consejos son órganos de cogobierno integrados por profesores, alumnos y graduados, allí estallarán los conflictos. Si el Congreso aprueba el recorte por ley, los consejos superiores no tendrán otro remedio que acatar. Pero mientras las medidas consten en un decreto, intentarán ampararse en la autonomía universitaria.
Por ahora, nadie sabe cómo liquidar los sueldos de julio. “En la UBA vamos a hacer una liquidación provisoria y después veremos qué pasa”, dijo el rector Oscar Shuberoff. Entre tanto, la demora en iniciar los trámites, provocada por la incertidumbre, garantiza que los docentes no sólo cobrarán menos, sino que también lo harán con el respectivo retraso.

 

 

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