Principal RADAR NO Turismo Libros Futuro CASH Sátira

“EL SHOW DE TOM GREEN”, UN PROGRAMA INCORRECTO A ULTRANZA
A veces ser el idiota da resultados

 

El polémico ciclo del humorista estadounidense está entre los diez más vistos de MTV, que programó un �Mes de los idiotas� en combinación con �Jackass�. Cómo llegó a la fama alguien que se empeña en hacer todo lo contrario a lo que pide el sentido común.

Por Julián Gorodischer

Objetivo cumplido: como en los tiempos de auge de “Beavis & ButtHead”, ahora ser idiota vuelve a ser cool también en la Argentina. Tom Green, fundador de este nuevo culto al torpe, el inútil y el bufón de las fiestas, llegó el mes pasado al ranking de los diez programas más vistos de MTV Latino (según mediciones de Ibope), y subió su cotización. El canal musical decidió, entonces, proclamar la celebración del “mes de los idiotas”, y multipicó sus emisiones: las agrupó en “paquetes funcionales” junto con “Jackass”, un primo hermano comandado por el humorista Johnny Knoxville, y los emite en el horario central de las 19 horas. “El show de Tom Green” suma audiencia a diario gracias a la doctrina que se desprende de sus andanzas: la nueva patada al corazón de la moralidad media y la pacatería global viene de la mano de la escatología, las bromas pesadas y el mal gusto.
Mientras tanto, en otro lugar del universo, Tom está orgulloso de que su primera película como director y protagonista (Freddy got fingered, que todavía no se estrenó en el país) sea calificada por la crítica estadounidense como “la peor de todos los tiempos”. Si uno no puede destacarse por sus virtudes, ¿por qué no probar por la negativa? Esa simple premisa lo llevó al centro de los comentarios adversos.
Las acusaciones se unen en la consigna: todo tiene un límite. Al parecer, la frontera fue salirse de la tele. Mientras se hizo el tonto desde la caja boba, el grandulón recibió los mimos (del estilo “¡cuánto desenfado!”). Con la decisión de filmar .-se lo ve cortar con los dientes el cordón umbilical de un bebé, bromear sexualmente con animales, imaginar a su padre sodomizando a un hermano y exhibir su gestualidad exacerbada–, la prensa salió al ataque para augurar “el fin del gran idiota”. La taquilla, en cambio, lo sigue apoyando: el ídolo .-casi al nivel de cualquier carilindo del teen pop–. genera una fidelidad a prueba de un mal debut en la pantalla grande. ¿Qué llevó a Green a ser el hijo dilecto de MTV latino, al punto de habérsele dedicado un fin de semana especial .hace dos semanas– y un mes de homenaje? Lo explica Germán Groba, gerente de programación de la señal: “Tom Green se convirtió en un clásico del absurdo para nuestros televidentes, y hubo que brindarles más opciones a los fanáticos de este nuevo tipo de comedia. Si se construyó una fidelidad por parte de una clase hacia un tipo de show determinado, ¿por qué no ofrecerles más por el mismo precio? El combo ‘Jackass’/’Tom Green’ junta a sus idiotas favoritos en una hora y eso los potencia”.
–¿Cuál es el fundamento de que haya aparecido esta reciente fidelidad al idiota?
–Mi impresión general es que sorprende y resulta original a la gente joven. Rompe con los estándares que les parecen tediosos y rígidos de aceptar. Y porque, en alguna medida, les genera una posibilidad de identificación. Esta se produce porque, tanto Tom Green como Johnny Knoxville son tan sólo gente joven, no especialmente carilinda ni destacada en nada, y no pretenden sentar ejemplo ni precedente. Muestran cómo se divierten de verdad entre amigos, sin prejuicios, sin ningún maquillaje estético ni engañoso y lo disfrutan realmente. Es como cuando Seinfeld proclamaba orgullosamente “este show es acerca de nada, es sólo para divertirse.”
Hasta ahora, a través de sus capítulos de media hora Green permitió el acceso a sólo una parte de su particular humor. En uno de sus momentos más extremos, construye una estatua de su padre violando a su madre en el jardín de su casa de infancia; en otro, visita a un viudo (fingiendo ser un agente inmobiliario), se escapa al dormitorio, se disfraza con la ropa de la mujer muerta y luego lo provoca sexualmente.
El idiota de tiempo completo es así un inimputable que rinde culto a la broma pesada, y no duda en aplicarla a su círculo íntimo. En un capítulo,huye en viaje de placer con la novia de su mejor amigo, simula un acto sexual, y luego exhibe sorpresivamente el video al hombre engañado. Con la obsesión por los pedos, los mocos, el semen, los desnudos compulsivos, la autoflagelación y el placer de asustar (sobre todo a mujeres mayores y desprevenidas), Green desafía un sistema de reglas de lo moralmente tolerable, y encabeza la revuelta contra el canon que impone la corrección política, a la que él entiende como un “manual del buen hipócrita”.
En el Mes del Idiota, el cuadro queda completado: su “especial de cáncer” lo redime de la posición de cazador en las sombras. Esta vez, él mismo es el objeto de la cámara despiadada, cuando le abre las puertas de su quirófano mientras lo operan por un cáncer en un testículo. Tom Green entiende que solamente si su “peor momento” entra a jugar el juego que más le gusta, si se expone al látigo que aplica otras veces, queda legitimado en su rol contestatario. El primer plano toma el testículo extraído, observa las manchas de la tumoración, husmea el interior del presentador. De regreso en el estudio queda la moraleja, que no es la advertencia solemne ni el alegato para una catarsis, sino un chiste de los más tontos, como cuando se divierte tirando bebés de juguete desde la colina o persiguiendo desnudo a viejitas de un pueblo de provincia. Dice que su enfermedad, después del paso por MTV, será para los jóvenes un objeto de deseo fashion.
Con su “especial del cáncer” Green revalida la condición experimental de su ciclo: pone el cuerpo para romper el tabú (la enfermedad innombrable) y sale bien parado. Como otras veces, rechazo y fascinación encuentran un espacio común en las “tripas revueltas” (así las llama) que aparecen tras el primer corte en la piel. Y finaliza con una lección, fiel a su fama de enfant terrible. No verbaliza conclusiones ni se vuelve serio de pronto: dice, en cambio, que la masturbación sistemática puede salvarnos a tiempo.

 

 

PRINCIPAL