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OPINION

Dos años del accidente

Por Alicia Castro *

En los últimos cinco años hubo más muertes en accidentes aéreos en nuestro país que en los anteriores 50 años. En los accidentes del Casa-235 de InterAustral, en las altas cumbres de Córdoba el 9 de agosto de 1995; del DC-9 de Austral en Fray Bentos, Uruguay, el 10 de octubre de 1997; y del Boeing-737 de LAPA en Buenos Aires el 31 de agosto de 1999, perdieron la vida nueve compañeros de trabajo y 131 pasajeros. Estos accidentes fueron evitables y mostraron las fallas latentes de los sistemas de seguridad de las empresas, así como la falta de control de las autoridades, limitados por la falta de recursos. Bajo la mirada indiferente del actual Gobierno y las restricciones presupuestarias, la crisis de la seguridad está en aumento. Es necesario en forma urgente revertir esta situación y para ello hay dos requisitos básicos: una política aerocomercial que tenga en cuenta sobre todo la seguridad y recursos para atender las inversiones y gastos del sistema y que no lleve a las empresas aéreas al borde de su desaparición como ocurre actualmente. El Estado tiene la tarea indelegable de velar por la seguridad en el transporte público y no lo hace. Recientemente la situación ha empeorado a raíz del Decreto 698/01 del Poder Ejecutivo que rebaja los recursos aplicables a la seguridad, desregula los tiempos máximos de actividad y mínimos de servicio de los tripulantes de vuelo, anula el certificado de aptitud y el entrenamiento psicofísico de los tripulantes de cabina. En 1997, la privatización de los aeropuertos se realizó con el declamado objetivo de mejorar la seguridad aérea y aeroportuaria. Los recursos del canon de aeropuerto están destinados a atender estos aspectos. Sin embargo, el Gobierno, al igual que el anterior de Menem, no le cobra el canon al concesionario, poniendo en serio riesgo la vida de los trabajadores y usuarios de la aviación. Los sindicatos aeronáuticos, los legisladores de la Comisión de Transportes y los Familiares de Víctimas de los accidentes de Austral y LAPA, así como los usuarios reclaman al Estado que asuma su responsabilidad y se ocupe de la seguridad. El actual Presidente se comprometió a ello frente a los restos del avión de LAPA, aun cuando sigue en deuda en cuanto al dictado de una política aerocomercial basada en la seguridad. En cuanto a los recursos, el canon que comprometió Aeropuertos Argentina 2000 SA y tasas e impuestos que pagamos los usuarios y contribuyentes deben ser aplicados sin demoras a las obras y equipamiento del sistema. Nuestro compromiso con la vida es irrenunciable, los trabajadores aeronáuticos y quienes hoy sufren por sus muertos requieren que el Estado asuma su responsabilidad.
* Diputada nacional y secretaria general de Aeronavegantes.


 

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