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LAS MUERTES SERIAN UNAS 5000, SEGUN DATOS PROVISORIOS
El horror llevado a números

El alcalde Rudolph Giuliani habló de 4763 desaparecidos en Nueva York. A eso se suman unas 200 víctimas del Pentágono. Los restos hasta ahora son casi imposibles de reconocer.

Por Charlie Porter *
Desde Nueva York

El elegante negocio de ropa Brooks Brothers, al igual que otras tiendas cercanas al lugar donde estuvo el World Trade Center, han sido convertidos en morgues temporarias. El departamento de camisas del negocio de hombres es el lugar donde se reciben los cuerpos recuperados de las ruinas, hasta tanto puedan ser trasladados para su identificación al Instituto de Medicina Forense en First Avenue. “Ningún cuerpo fue traído intacto”, dice Tony Dajer, director médico de la sala de emergencias en el New York University Downtown Hospital. A ese panorama aludió el alcalde Rudolph Giuliani en una conferencia ayer en la que informó que la lista de desaparecidos en las torres asciende a 4763, cifra que incluye a quienes viajaban en los aviones lanzados contra ellas. Sumando a los muertos en el Pentágono, el número de víctimas parece rondar las 5000.
Brooks Brothers ocupa la planta baja de un edificio de 54 pisos en 1 Church Street, en la esquina de Liberty Plaza; es una de las muchas estructuras que se creyó inicialmente que podían colapsar. El miércoles el lugar fue vaciado, pero más tarde anunciaron que podía utilizarse. El interior del local fue rociado con agua y limpiado para sacar buena parte de los escombros que podían poner en peligro la operación forense. Otra morgue temporaria fue establecida en el elegante lobby del edificio de American Express en Vesey Street, aunque ayer debió ser evacuada.
Debido a que se pudo rescatar a tan pocos sobrevivientes, el foco de las actividades médicas se ha centrado en la recuperación e identificación de los muertos. Giuliani dijo que sólo 94 cuerpos fueron recuperados y numerados. De éstos, 46 fueron identificados. También se hallaron otras 70 partes de cuerpos. Ahora, se enviaron a Manhattan 11.000 bolsas para cuerpos, en preparación para lo que se rescate. Diez camiones regrigerados, capaces de llevar mil cuerpos, esperan en el instituto y un container con trozos de hielo está almacenado para preservar los restos. Se cree que será el mayor examen de restos en la historia de la medicina forense.
“El primer paso es ¿quién eres?”, dijo el doctor Charles Hirsch, el médico forense. Los familiares y amigos que registran a una persona desaparecida reciben un cuestionario de siete páginas que les pide descripciones íntimas de su seres queridos. Les preguntan detalles científicos, incluyendo tipo de sangre, y físicos, como alguna joya que llevaran puesta, si estaban circuncidados, si llevaban peluca, si sus dedos tenían manchas de tabaco.
Esta información luego se carga en un programa de computadora provisto por el servicio público de salud de Estados Unidos. Tantos detalles son necesarios porque los examinadores esperan recuperar muy pocos cuerpos enteros, debido al calor y la naturaleza del colapso. En cambio, buena parte del proceso de identificación dependerá del ADN. Un número de bomberos de la ciudad de Nueva York cuyos cascos, cara y extremidades quedaron quemados al punto de hacer imposible todo reconocimiento ya han sido identificados con ese procedimiento.
Los funcionarios señalan que los cuerpos también pueden servir como una suerte de escena del crimen, revelando, por ejemplo, si alguien en los aviones secuestrados fue herido antes de que se estrellaran. En los juicios civiles que pueden venir, el nivel de sufrimiento soportado antes de la muerte es a menudo un factor crítico en la cifra del arreglo económico.
Los investigadores están planeando visitar las casas y habitaciones de hotel de personas desaparecidas para recoger elementos tales como ropa o cepillos de pelo, que pueden contener trazas de su ADN.
* The Guardian, especial para Página/12 .

Flores para las víctimas de los atentados en Nueva York.

El peligro de derrumbe, aún vigente

El extremo sur de la isla de Manhattan siguió temblando dos días después del atentado: ayer fueron desalojados algunos edificios vecinos al lugar donde se emplazaban las torres gemelas, amenazados por peligro de derrumbe. La policía neoyorquina dio la orden de desalojo del edificio de la empresa American Express por temor a que colapse, ya que aunque los daños no parecían ostensibles se temió por la debilidad de la estructura. “La estabilidad del suelo de los edificios del World Trade Center es precaria”, dijeron los especialistas. En el edificio de American Express estaba funcionando un centro médico intermedio, donde se recibía a las personas rescatadas para evaluar la gravedad de sus heridas, así como también se atendía a los socorristas que sufrían alguna lesión. También había una precaria morgue. El desalojo del edificio obstaculizó las tareas de los socorristas que estaban trabajando en la zona. De todas maneras no es el único de los edificios que se levantan allí que se encuentra en peligro: también existen otros con grandes daños, entre los que s

 

La confusión del rescate

La desesperación por encontrar gente viva bajo los escombros de las torres derrumbadas provocó una confusión: la CNN informó que cinco bomberos que fueron encontrados vivos ayer bajo las piedras y dentro de un vehículo estaban allí desde el día de la explosión, lo que finalmente fue desmentido. Lo que sucedió es que los bomberos sobrevivieron a un pequeño derrumbe ocurrido ayer mismo por la mañana. Cuando los bomberos fueron rescatados y evacuados en un helicóptero, la gente en el lugar comenzó a aplaudir y gritar “USA, USA”, en una explosión de optimismo entre la tragedia. Por otro lado, un funcionario dijo –antes de que se supiera la verdadera historia–: “Es la mejor noticia que hemos tenido en tres días. Necesitamos algo como eso porque tenemos hombres trabajando en esa pila de escombros por tres días y esto les mantendrá en ánimo y hará que todos trabajen más duro si saben que hay gente con vida allí abajo”. La confusión puso en relieve el llamado a la cautela repetido por el alcalde Nueva York, Ralph Giuliani, quien insistió en no despertar falsas esperanzas.

 

 

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