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UNA NUEVA PUESTA DE “FALSTAFF” DE VERDI EN EL TEATRO COLON
Obra maestra a mitad de camino

La última ópera de Verdi volvió a escena en una régie de Alberto Félix Alberto que no define rumbos. El fuerte está en lo musical.

Renato Bruson es un Falstaff estereotipado pero eficaz. A su lado, Cebrian en un Ford de magra voz.

Por Diego Fischerman

Falstaff es una obra genial, en donde texto y música mantienen una conexión impresionante. Desde el punto de vista teatral, esta última ópera de Verdi –compuesta cuando su autor tenía 80 años y ya hacía 55 que venía escribiendo para la escena– se asienta (como L’Incoronazione di Poppea de Monteverdi o el Don Giovanni de Mozart) en su ambigüedad. En una primera mirada, el protagonista es un libertino que merece las humillaciones a las que lo somete un grupo de mujeres que se sienten ultrajadas por él. Una lectura más atenta revela que, en realidad, Sir John Falstaff es más una víctima de su propio pasado, de un personaje que él mismo se ha creado pero que ya es imposible de sostener. Y que esas “alegres comadres de Windsor” son la manifestación más perfecta de la crueldad pura y gratuita. En definitiva, lo que no le perdonan al patético seductor es, sobre todo, que sea patético. Más que la supuesta inmoralidad de sus acciones, lo que les parece deleznable es que sea viejo y, sobre todo, gordo. La puesta que acaba de estrenarse en el Colón intenta ahondar en esa zona de conflicto. En parte por las condiciones de trabajo que reinan en el mundo de la ópera y en parte por no haberlas reconocido como condiciones iniciales inevitables, la idea se queda a mitad de camino.
Renato Bruson, en el papel de Falstaff, es, por supuesto, eficaz. Maneja sus recursos vocales con oficio y su esquemática composición del personaje está hecha de taquito. En efecto, cualquiera que lo vea en video en la ya clásica versión dirigida por Giulini, comprobará que no hay ninguna variante entre esa y esta actuación. Es obvio que el director teatral Alberto Félix Alberto, responsable de esta régie, no pudo lograr nada con él. Pero también resulta evidente que no fue capaz de partir de esta limitación para convertirla en material y que el resultado terminó navegando en la falta de definición. Situaciones y gestos que viran hacia la comedia sin terminar de hacer reír (como la irrelevante renquera del tabernero), momentos dramáticos que no logran conmover (la escena de la soledad de Falstaff, mojado a la orilla del Támesis) y movimientos que no aparecen suficientemente trabajados (los incontenibles brazos de Paula Almerares, por ejemplo) eclipsan, en todo caso, una régie que con poco más podría haber sido interesante.
La escenografía de Emilio Basaldúa, concebida en los primeros dos actos y el primer cuadro del tercer acto como una suerte de estructura plegable que sale de baúles y contenedores dejados a la vista (y circundando el territorio dramático), se transforma para la escena final del bosque en un paisaje fantasmagórico, acentuado por la precisa iluminación de José Luis Fiorruccio, y, más tarde, es una especie de fiesta de club de barrio, con suelta de globos incluida, donde terminan empastándose los colores (en ese sentido el vestuario de Cynthia Sassoon ayuda poco) y, sobre todo, la acción, con más de un movimiento sucio y mal delineado. Tampoco aportó nada la innecesaria coreografía de Oscar Aráiz, que derivó en un conjunto de incomprensibles travestis molestando a Almerares en uno de los momentos más maravillosos de la partitura verdiana.
El punto más fuerte de esta versión es el musical, partiendo de la excelente dirección de Nello Santi, capaz de mantener tanto el impulso dramático como la claridad de los planos y el detalle en los endiablados contrapuntos (Verdi se dio el lujo de escribir un noneto donde cada cantante canta, simultáneamente, algo distinto). El elenco es de muy buen nivel y en él se destacan Bruson (más allá de lo estereotipado de su aproximación al personaje), Almerares (su Nanetta es magnífica en lo vocal), el Fenton de José Bros, el Pistola de Marcelo Lombardero y Mariana Pentcheva en una impactante Mrs. Quickly, bien secundados por Adriana Marfisi (Mrs. Alice), María Luján Mirabelli (Mrs. Meg Page) y Gabriel Renaud (Bardolfo). La única falla es la de un Giorgio Cebrian totalmente inadecuado para el personaje de Ford (y tal vez para muchos otros), con débil caudal, fraseo tosco e inexistentes dotes actorales. En el final, el sonoro abucheo de una pequeña parte del público, ubicada en un sector de la tertulia, fue excesivo y tuvo que ver –más que con los aspectos criticables de la versión– con la ofensa profunda que la escenografía no realista del tercer acto causó a los consuetudinarios talibanes de la lírica.

 


 

DOS CONCIERTOS EN EL ARGENTINO
Pianistas de gran nivel

Hoy a las 20.30, en la Sala Alberto Ginastera del Centro de las Artes Teatro Argentino de La Plata (Calle 51 entre 9 y 10), tocará junto a la Orquesta Estable de ese teatro el excelente pianista Alexander Panizza. El director será Javier Logioia Orbe y el programa incluirá el Concierto Nº 2. Op. 18, para piano y orquesta de Sergei Rachmaninov y la Sinfonía Nº 3 Renana, de Robert Schumann. El concierto servirá de ocasión, además, para el estreno de la cámara acústica diseñada por el director de Producción Técnica del mencionado complejo cultural, Juan Carlos Greco, junto a los ingenieros Rafael Sánchez Quintana y Gustavo Basso.
En la Sala Astor Piazzolla del mismo complejo se presentará, el próximo martes 25 de setiembre, a las 20.30, la destacada pianista italiana Giorgia Tomassi (que entre otras cosas grabó en CD el Concierto para piano de Nino Rota, con la dirección de Riccardo Muti). Este recital gratuito integra el Ciclo Latina 2001, promovido por las embajadas, consulados e institutos de Cultura de Italia, España y Francia. La presentación de Tomassi cuenta además con el auspicio del Cidim (Comitato Nazionale Italiano di Musica CIM/Unesco), la Fundación Cultural Coliseum y el Istituto Italiano di Cultura. La pianista interpretará obras de Chopin, las Danzas españolas de E. Granados y la Sonata Nro. 7 de S. Prokofiev.

 

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