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El juez Bonadío mató a dos de los
tres desconocidos que lo atacaron

No se sabe si fue un asalto o el resultado de una amenaza que recibió ese mismo día, pero el viernes el juez federal terminó a los balazos. Un amigo fue herido en el abdomen.

Bonadío fue amenazado
por un sospechoso en el secuestro de Awada, al
que estaba interrogando.

Horas después de haber recibido una amenaza de parte de un sospechoso de ser responsable de por los menos dos secuestros extorsivos, el juez federal porteño Claudio Bonadío fue víctima de un presunto intento de robo que terminó en un tiroteo durante el cual el magistrado mató a dos de los tres agresores. “No está muy claro el móvil: si quisieron asaltarlo o si era un apriete”, reconoció a Página/12 una fuente vinculada a la investigación del suceso, que ocurrió en la noche del viernes en Villa Martelli. Bonadío, acompañado por un amigo suyo que recibió un balazo en el abdomen y está internado, se dirigía a una reunión social. Allegados al juez dijeron que Bonadío está “muy conmocionado” por lo sucedido. Después de prestar declaración ante una fiscalía de San Isidro, el juez se dirigió a su domicilio y todo hace suponer que se trata de un caso de “legítima defensa”, explicaron los voceros judiciales.
La actividad del viernes, para Bonadío, había incluido el interrogatorio en horas del mediodía del joven Cristian Miguel Bettiga, de 20 años, detenido el jueves pasado y acusado de participar en el secuestro extorsivo del empresario textil Abraham Awada, causa en la que interviene el juez de San Martín Hugo Gurruchaga. El juez federal Bonadío había pedido la captura de Bettiga con anterioridad, porque estaría involucrado en el secuestro del hijo de un empresario de la localidad bonaerense de Billinghurst, partido de San Martín.
El viernes, durante la indagatoria de Bettiga, el juez Bonadío recibió una amenaza expresa por parte del detenido y de la cual se dejó constancia expresa. Por la noche, acompañado por su amigo Miguel Angel Patrani, el juez federal, al volante de su automóvil particular, un Audi, había llegado al cruce de avenida San Martín y Matienzo, de Villa Martelli. Ya habían estacionado el auto cuando aparecieron tres hombres, uno de ellos con un revólver en la mano. El amigo del juez ya había bajado del vehículo y estaba sobre la vereda. Cuando intentó volver al coche, el presunto asaltante hizo un disparo que lo hirió a la altura de la cintura.
Bonadío sacó su arma, una Glock calibre 40, y se produjo un tiroteo durante el cual murió uno de los asaltantes, otro resultó herido de gravedad –falleció poco después en el Hospital de Vicente López– y el tercero logró escapar. Según la versión policial, los presuntos ladrones recibieron entre tres y cinco impactos cada uno. Un vocero de la Policía Federal comentó a este diario que Bonadío es “un experto tirador” que suele concurrir a los polígonos de la fuerza.
Los dos muertos fueron identificados como Germán Ariel Lorenzatti y Daniel Martín Villa. Uno de ellos habría estado detenido en una causa en la que se lo acusaba de encubrimiento. Cuando lo sorprendieron los tres agresores, Bonadío estaba por tomar una bolsa del supermercado donde llevaban la carne que habían comprado minutos antes, ya que iban a comer un asado en casa de unos amigos. Patrani cayó herido con un ramo de flores en las manos; era el obsequio para la dueña de casa.
“El móvil es confuso”, confirmó a este diario una fuente allegada a la investigación. “Según la declaración del juez, en ningún momento les pidieron dinero y se limitaron a seguirlos de cerca, en lo que podría parecer más una provocación que un intento de robo”, explicaron los voceros consultados. “Tiene un arma” fue la frase que dijo uno de los agresores y segundos después se produjo el tiroteo. “Bonadío reaccionó cuando vio caer a su amigo”, concluyó la fuente. En el caso intervino el fiscal de San Isidro Luis Celaya.

 

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