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EE.UU. dice que hace mucho, mucho
que apoya crear un Estado palestino

El Departamento de Estado
dejó filtrar que ya antes del 11 de setiembre tenía intenciones de apoyar la creación de un Estado palestino que reconociera el derecho a existir del Estado de Israel. Colin Powell sólo estaría esperando el momento más oportuno para hacer el anuncio.

George W. Bush habla en el aeropuerto Ronald Reagan, del
otro lado del río de Washington DC.

Por Julian Borger
Desde Washington

La administración Bush ayer dio señales de que estaba considerando una ruptura con su anterior política medio-oriental, al dejar filtrar planes que respaldan la creación de un Estado palestino anteriores a los ataques del 11 de setiembre. De acuerdo con un informe publicado en el New York Times, confirmado ayer por diplomáticos y analistas en Washington, el secretario de Estado Colin Powell está planeando reflotar la propuesta como parte de una iniciativa de paz y sólo estaría debatiendo el momento justo para hacerlo.
El presidente Bush rehusó comentar directamente el informe pero les dijo a los periodistas: “La idea de un Estado palestino ha sido siempre parte de una visión en la medida en que se respete el derecho de Israel a existir. Pero en lo que toca a Medio Oriente, lo primero es lo primero: hay que cumplir con el acuerdo Mitchell”. George Mitchell, un ex senador norteamericano, propuso en mayo una serie de medidas para recuperar la confianza entre las partes, dirigidas a lograr un cese del fuego.
La administración Bush endosó, tentativamente, el plan Mitchell. Pero el apoyo explícito a un Estado palestino significaría una apartamiento radical de la política que hasta ahora mantuvo Washington y sería muy bien recibido en el mundo árabe, donde los norteamericanos necesitan cada vez más desesperadamente de respaldo en su persecución de Bin Laden y de otros extremistas islámicos.
La semana pasada el premier israelí Ariel Sharon abandonó su oposición a un Estado palestino, aunque recordó que los palestinos debían “detener el terrorismo”. La derecha israelí respondió enfurecida, pero su reacción a los planes de Estados Unidos no se pudo conocer ayer, porque llegó en el feriado judío de Succot. Judith Kipper, miembro del Consejo de Relaciones Exteriores, un thinktank con estrechas relaciones con el Departamento de Estado, confirmó que está a punto de anunciarse una propuesta que rompe con la política norteamericana previa. “Había planes anteriores al 11 de setiembre de hacer una importante declaración sobre Medio Oriente ante la Asamblea General de la ONU, con el propósito de preparar el camino para un encuentro con Arafat”, dijo Kipper. “El punto es que, de no apoyar la creación de un Estado palestino, llegamos al momento en que sí la apoyamos. Ahora vamos a decir que la apoyamos como parte de un acuerdo completo que redundará en garantías de seguridad, etc. Hace mucho tiempo que ésta debería haber sido nuestra posición.”
No era claro ayer qué otros elementos integrarían el plan de Estados Unidos, pero seguramente han de referirse al destino de Jerusalén y a la cuestión emocionalmente conflictiva del destino de los refugiados palestinos. El New York Times dijo que existía un debate en el interior del Departamento de Estado sobre si Powell debía anunciar la iniciativa. Algunos diplomáticos sostiene que debe hacerse antes de empezar las operaciones militares en Afganistán.
El presidente Clinton dedicó buena parte de su último año en el gobierno tratando de lograr un tratado de paz en Medio Oriente, pero nunca fue tan lejos como para expresar apoyo abierto a la creación de un Estado palestino. En los últimos días de su presidencia, después de una tentativa in extremis por resucitar el proceso de paz, Clinton dijo que no podía haber resolución sin “un Estado palestino soberano y viable”.
Cuando en 1998 Hillary Clinton se refirió por radio a la cuestión, fue condenada por la derecha israelí y por grupos judíos norteamericanos.
El apoyo a la creación de un Estado palestino marca un giro particularmente drástico de la administración Bush con respecto a su predecesora. Particularmente, si se recuerda que Bush había sido muy crítico con el intervencionismo de Clinton en Medio Oriente. Inicialmente, el equipo de Bush intentó trató retirarse de la gestión cotidiana de una paz que parecía no llegar nunca, pero la escalada de violencia lo empujó a esa posición.

 

El fuego que no cesa

La ficción que todos se esfuerzan en sostener parecía a punto de derrumbarse. A última hora de ayer, una enorme explosión conmovió la ciudad de Gaza. Ya antes, el cese de fuego entre palestinos e israelíes había sufrido ayer una herida potencialmente letal cuando un grupo de palestinos irrumpió en un asentamiento judío de la Franja de Gaza y, tras los enfrentamientos, dos niños murieron y tres soldados israelíes resultaron heridos. Horas después, Ariel Sharon, el primer ministro israelí, convocó a una reunión de su Consejo de Seguridad. Yasser Arafat, por su parte, intentó despegarse del incidente: condenó el ataque y prometió castigo a los culpables. Sharon, sin embargo, limitaría las represalias debido a las presiones de Estados Unidos por formar la coalición antiterrorista con apoyo árabe.

 

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