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TESTIMONIOS EN LA CONMEMORACIÓN, A UN MES DEL ATAQUE TERRORISTA
“Estoy tratando de que esto no me consuma”

Un acto en Nueva York
recordó a las miles de víctimas de las explosiones y el derrumbe del 11 de septiembre, luego de que los aviones se estrellaran contra las Torres Gemelas.
Un príncipe saudita ofreció
10 millones de dólares para la reconstrucción, pero el alcalde Giuliani los rechazó.

Por Michael Ellison *
Desde Nueva York

Cada uno encontró ayer su manera de conmemorar el mes que pasó desde que la muerte y la espectacular destrucción sobresaltaron a la ciudad: un príncipe saudita al donar diez millones de dólares y una advertencia a Estados Unidos, un solitario corredor de valores al sollozar en una esquina. El alcalde de Nueva York, Rudy Giuliani, estuvo al frente del minuto de silencio, roto sólo por el ruido de los equipos de construcción, en el World Trade Center, donde el primer avión secuestrado chocó la primera de las torres de 110 pisos a las 8.48 de la mañana el 11 de septiembre.
“El fuego todavía está encendido”, dijo Giuliani, “pero de él emergió un espíritu más fuerte, un país más unificado, una ciudad más unificada y un mundo más unificado”. Casi 1.000 oficiales de policía, bomberos y obreros de la construcción estuvieron a su lado mientras los gaiteros tocaban “Amazing Grace”. Pero en el mismo momento, cinco cuadras al norte en Chambers Street, el perímetro norte de la Zona Cero donde murieron unas 5.400 personas, otros eligieron recordar el mes yendo a trabajar. Caminaban hacia su trabajo o a la escuela, muchos echando una mirada hacia las grúas y cavadoras que recogían los escombros.
“Estoy un poco desilusionada”, dijo la corredora de valores Cathy Parente, mientras se secaba las lágrimas detrás de sus anteojos. “Pensé que habría más gente. Me siento mal por eso”. Los limites del lugar todavía están marcados por flores, recuerdos y versos con títulos tales como “Al final del Día” y “Almas que Pasan”, pero ahora se les sumaron avisos de empresas de mudanzas y departamentos en alquiler. Algunos no pueden dejar de pensar en los ataques. “Vengo acá casi todos los días para rezar antes de ir a trabajar,” dijo Parente, de 45 años, que vive en Brooklyn. “No estoy segura de cuánto tiempo lo seguiré haciendo. Estoy tratando de que esto no me consuma. Estoy tratando de entenderlo. Me ha agobiado. Tenía que venir aquí para creerlo y todavía no lo puedo creer. Esto es parte de mi vida. Si no lo liberaba me volvería loca.”
La gente llegó sola o en pequeños grupos para conmemorar el mes desde la muerte y la destrucción, que la ciudad dice que costará más de 100 mil millones de dólares. Pero el número de personas reunidas era sólo una fracción de los que se habían reunido previamente para recordar. El alcalde pidió a los turistas que se mantuvieran alejados, pero su pedido hizo sonar una nota falsa en la crisis; los visitantes estaban ahí solidarios, no como curiosos. “Estamos aquí para honrar,” dijo Michelle Sandoval, de 42 años, que se había detenido en Manhattan en su regreso a su casa en el estado de Washington después de un veraneo en Europa. “No podía venir a esta ciudad sin venir aquí. Es una extraña conmemoración.” Su marido, Martin Gay, de 51, dijo: “No sé cómo sentirme, pero estoy contento de ver que la gente funciona: veo gente haciendo cosas normales nuevamente”. La pareja había venido con binoculares y una cámara de fotos, y su hijo Dakota, de 10 años. “Quería que viniera aquí, aunque sea muy chico para poder entender.”
Un visitante mucho más rico, el Príncipe Alwaleed bin Talal, sobrino del monarca de Arabia Saudita, Rey Fahd, le ofreció a Giuliani diez millones de dólares para los trabajos de ayuda, después de un servicio religioso de 15 minutos. “Es increíble”, dijo. “Estamos aquí para decirle a Norteamérica y a Nueva York que Arabia Saudita está enteramente con los Estados Unidos.” El príncipe, clasificado por la revista Forbes como la sexta persona más rica del mundo, dijo en una declaración entregada por un asistente: “En momentos como este, uno debe tratar algunos de los temas que condujeron a este ataque criminal. Creo que el gobierno de Estados Unidos debiera reexaminar las políticas en Medio Oriente y adoptar una posición más equilibrada hacia la causa palestina”. “Nuestros hermanos palestinos siguen siendo asesinados a manos de los israelíes mientras el mundo pone la otra mejilla”, dijo. Giuliani rechazó el dinero.

De The Guardian de Gran Bretaña Especial para Página/12
Traducción: Celita Doyhambéhère

 


 

COMO ES LA EMISORA DE TV QUE DESBANCO A LA CNN
Al Jazeera, ganadora desde Qatar

Por J.P. Velázquez-Gaztelu
Desde Madrid

La guerra no ha hecho más que empezar y ya tiene un claro ganador. La emisora de televisión por satélite Al Jazeera, con sede en el pequeño emirato de Qatar, ha logrado desbancar a la CNN como medio de referencia en el mundo árabe y se ha convertido en la ventana por la que buena parte el mundo está viendo lo que sucede en Afganistán. Al Jazeera (o algeciras, la isla, en árabe) es la única televisión no afgana autorizada a trabajar en Kabul.
Fue la emisora que el pasado domingo, poco después de que los aviones de Estados Unidos comenzaran a bombardear Afganistán, retransmitió el discurso en el que Osama bin Laden, principal sospechoso de los atentados contra las Torres Gemelas y el Pentágono, llamó a la “guerra santa” a todos los musulmanes del mundo.
“La clave de nuestro éxito es la libertad de expresión con la que trabajamos en Al Jazeera”, afirma Dima Jatib, jefa de redacción de la emisora. “No tenemos una posición política a favor de uno u otro país y damos la oportunidad a todos para que puedan ofrecer sus puntos de vista”, explica la periodista siria, en perfecto castellano, desde la sede del canal en Doha.
Jatib asegura que Al Jazeera no negoció con Al Qaida la difusión de las imágenes de Bin Laden y que éstas fueron entregadas en una cinta de video a su corresponsal en Kabul. “Somos los únicos que estamos allí y debieron pensar que éramos la mejor vía para difundir su mensaje”, dice Jatib, sin especificar en qué momento llegaron las imágenes a manos de Al Jazeera.
El periodista que recibió las imágenes de Bin Laden y las envió a Qatar fue el corresponsal de Al Jazeera en la capital afgana, Tayseer Alouny, de origen sirio y nacionalidad española. Su esposa, de Ceuta (España), y sus cuatro hijos viven en Granada, donde el periodista trabajó para la agencia EFE. La semana pasada, Alouny declaraba a El País que está obligado a mantener “un equilibrio muy delicado” entre su responsabilidad como informador y el control de los talibanes.
El secretario de Estado norteamericano, Colin Powell, expresó ayer sus sospechas de que el hombre más buscado del mundo esté usando la emisora para enviar mensajes en clave a sus colaboradores. Powell reconoció que ha presionado personalmente al emir de Qatar para que censure a Al Jazeera.

De El País, especial para Página/12.

 


 

LAS CADENAS DE TV ACEPTAN EL PEDIDO DE GEORGE BUSH
Tele en autocensura, ¡march

Por Julian Borger y Patrick Barkham
Desde Washington y Sydney

Las redes de televisión de Estados Unidos acordaron censurarse a sí mismas cuando emiten videos de Osama bin Laden, en respuesta a un pedido de una administración cada vez más ansiosa por temor a perder la guerra de propaganda. En un acuerdo sin precedentes, las cinco principales redes, CNN, NBC, ABC, CBS y Fos News Channel, dijeron que limitarían su cobertura de los videos de bin Laden después de una reunión el miércoles con la consejera nacional de seguridad de la Casa Blanca, Condolezza Rice.
Durante la semana pasada, la organización al-Qaida de bin Laden entregó dos videos a la oficina en Kabul del canal de noticias árabe basado en Qatar, al-Jazeera, que se pasaron en vivo por las redes en Estados Unidos. En ambos videos, hay llamados, hechos por bin Laden o sus lugartenientes, para que los musulmanes se levanten contra los objetivos de Estados Unidos en todo el mundo. Rice expresó su inquietud porque además de los claros llamados a la violencia, los videos podían incluir mensajes dirigidos a las células de al-Qaida en el mundo.
Las redes han acordado evitar emitir en el futuro videos directamente, y citar solamente pasajes que no incluyeran retórica alentando la violencia contra los norteamericanos. También acordaron no emitir extractos repetidos de los videos. En una declaración, la CNN dijo que no emitiría ninguno de los discursos de bin Laden en vivo y prometió “considerar la guía de las autoridades apropiadas” al decidir qué emitir. Rupert Murdoch, el magnate mediático dueño de Fox News y News International, dijo que sus operaciones de televisión se censurarían solas si se pensaba que estaban siendo usadas para difundir mensajes codificados.
“Haremos lo que nos exija nuestro deber patriótico”, dijo Murdoch, ahora un ciudadano de Estados Unidos, después de la reunión general anual de News Corp en Adelaide, al sur de Australia, el lugar de nacimiento de su imperio de los medios. El precio de la seguridad para la gente en democracia, predijo él, sería “una importante disminución de las libertades civiles” durante este “período de imprevisibilidad pero de lento terrorismo dentro de nuestras fronteras.” Sin embargo, le dijo a sus accionistas australianos, que la guerra del terrorismo también le brindaba oportunidades a su red. El magnate de 70 años dijo que aunque el ataque del 11 de septiembre había golpeado las ganancias de publicidad a corto plazo y aumentado los costos de reunir las noticias, esperaba que el conflicto en Afganistán hiciera para los televidentes de su “24 horas Fox News” lo que la Guerra del Golfo había hecho por CNN.

 

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